Cumpleaños

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Luego de que el plan "Evasión" fracasara rotundamente no le quedaba mucho que hacer, más que recibir mimos de John. El mayor se comportaba de una forma bastante empalagosa, pero no le desagradaba del todo "podría acostumbrarme" había pensado cuando John recargó su cabeza en el hombro del más alto mientras acariciaba su mano. Luego de pasar bastante tiempo así decidieron que era tiempo de buscarle un lugar a los libros que seguían regados por el piso.

-Tendré que reparar ese estante- Dijo John mientras Sherlock levantaba algunos libros, unos bastante interesantes a decir verdad.

-A mi padre le gusta reparar cosas, podría decirle que venga por la tarde- John enrojeció hasta las orejas ¿Qué significaba eso? ¿Sherlock quería presentarle a sus padres? ¿Su padre? No podía evitar sentirse un poco asustado ante la idea.

-Descuida... yo puedo arreglarlo

-Yo lo rompí, John. Está bastante acostumbrado a reparar cosas que rompo... sin querer- Prefirió omitir los agujeros de dardos en la pared, o el jarrón que arrojó aquella vez desde la ventana y le dio al espejo del auto... o la vez que no encontró sus llaves y atravesó la puerta con un pie, de todas formas no había sido su culpa tener una puerta de tan mala calidad.

-Está bien... ¿Esta tarde?- Preguntó el rubio ya resignado.

-Oh... pensándolo bien tendrá que ser mañana, hoy estaremos ocupados, algo sin importancia, pero sabes como son los padres, les gustan las cosas bobas como los cumpleaños- Sherlock rodó los ojos.

-¿Tu padre está de cumpleaños hoy?

-No, es mi cumpleaños. Seguramente harán un pastel y esas cosas, podría traerte una rebanada mañana- Comentó de forma distraída el rizado- Aunque si el té te gusta sin azúcar dudo que seas muy fanático de los pasteles- Siguió acomodando libros en los espacios libres del estante de en frente. John no lo podía creer ¿Hoy era el cumpleaños de Sherlock y el no tenía idea? Ni siquiera tuvo tiempo de preparar un regalo para el.

-Yo, Sherlock... feliz cumpleaños...

-Descuida, John. Solo es un día más, pero gracias. Vendré mañana por la tarde con mi padre.- Se giró para mirar al mayor, quien estaba extrañamente callado.

-¿Por qué no me dijiste antes? Quizá podría haber comprado un regalo.

-No es importante, yo..- Miró al rubio, se veía un poco decepcionado.- Que hayas curado mi nariz es el mejor regalo.- Miró hacia otro lado, estaba bastante avergonzado ya con sus palabras como para sostener la mirada del mayor.

-No fue nada, yo..- Las palabras de John se vieron interrumpidas por un rápido beso en los labios.

-Te veo mañana, traeré pastel de todas formas- Comenzó a caminar a la salida el más alto- Adiós!- Dijo antes de desaparecer tras la puerta.

John se quedó parado en su lugar al medio de la biblioteca, Sherlock era tan peculiar que muchas veces le sorprendía su forma de pensar, si bien el rubio tampoco se emocionaba el día de su cumpleaños al menos le gustaban los regalos.

La señora Hudson abrió la puerta despacio y metió la cabeza, al ver solo a John entró y se sentó junto al mostrador.

-¿Ya se fue Sherlock?- John la miró y asintió- Uff no quise interrumpirlos, querido. Debían ponerse al día luego de tantos días sin verse. -Sonrió de forma pícara.

-Bueno, nosotros- John se veía nervioso, no era su intención ser descubiertos por la mujer, era mayor y los mayores no siempre toman bien estas cosas. -Conversamos un poco- Dijo luego de pasar su lengua por los labios mientras pestañeaba repetidas veces.

Incompetencia / Teenlock AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora