Aᴘᴜᴇsᴛᴀ [ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ]©

♡ 13 ♡

De camino al pueblo, aún estaban acompañados por la iluminación natural del sol y debido a eso, aún había varias personas recorriendo el pueblo de un lado a otro, entrando a locales y saliendo de ellos con grandes sonrisas, como si se la estuvieran pasando de maravilla. Lolito miro de reojo al chico que caminaba junto a el y se dio cuenta de la preocupación dibujada en su semblante.

— Oye — con suma confianza, posó uno de sus brazos sobre los hombros del menor, logrando atraer su atención — ¿tienes hambre? Porque yo si — señaló con su dedo índice hacía un simple local de comida y sin esperar su respuesta, lo guió hasta el. No solía entrar a ese tipo de lugares así que atrajo la atención de todos los presentes.

Ignoró las miradas como siempre lo hacía y tomaron una mesa fuera del local para así poder seguir vigilando que el pelinegro no apareciera por ahí.

— Puedo preguntarte algo — el menor sólo asintió con la cabeza, dándole un gran bocado a su comida — ¿por que cuidas tanto a ese niño? — pregunto con duda y al ver la sonrisa socarrona en los labios del contrario, supo que había dicho algo erróneo.

— Tiene veinticuatro y cuido de el porque nadie más lo hace — dijo en cuanto termino de saborear su comida, tomando el vaso de jugo entre sus manos y dándole un trago, disfrutando de su dulzura.

— Venga, debe haber alguien más — dijo sin darle mucha importancia y se recargo en el respaldo de su silla, cruzandose de brazos.

— Había — mencionó sin ganas y limpió la comisura de sus labios con una servilleta — ahora sólo le quedó yo y un tipo que no me agrada para nada — hizo una mueca y dejó la servilleta sobre su plato vacío.

— ¿Por que dices, había? — inclinó levemente su cabeza hacía un lado y Mangel pareció dudar por un segundo de si seguir hablando o cambiar de tema.

— Antes de que llegarás al pueblo, hubo un alfa que fue su pareja durante algunos años...— dirigió su vista hacía su mascota y acarició su cabeza con ternura — pero el lo arruinó completamente — Lolito escuchaba atento cada una de sus palabras y por sus expresiones, podía decir que aún era algo difícil de recordar — al parecer estaba engañando a Alex con alguien del pueblo y cuando se enteró, quedó destrozado.

— Ya — sintió algo de lástima por el aunque apenas lo conocía y entendió porque Mangel se preocupaba tanto.

— En fin... Vegetta termino enterandose de todo lo que había pasado, hablo con el y a los pocos días se fue — agregó por último antes de levantarse rápidamente de su lugar al ver a Alex entrando al bar oscuro.

— ¿Hace esto siempre? — Mangel asintió un par de veces y ambos empezaron a caminar con notable prisa rumbo al bar, buscando con la mirada al omega entre la multitud apenas entraron.

— Cuidado tío — mencionó con fastidio al sentir como era empujado por alguien a su costado y si no fuera porque el aroma a fresas se estaba alejando de el, le habría dado un buen golpe.

Siguió adentrándose en el lugar que estaba inusualmente abarrotado y se topó con una sorpresa. El chico que lograba causar tanta preocupación en Mangel, estaba felizmente apartado de todos y perdido entre los labios de quien parecía ser un alfa. En otra ocasión los hubiera dejado seguir y se hubiera llevado a Mangel con el pero después de escuchar aquella historia no podía hacerlo.

Soltó un largo suspiro y se acercó hasta donde estaban aquellos dos, colocando una de sus manos sobre el hombro del alfa y logrando captar la atención de ambos.

— Venga tío, fuera de aquí — hablo el alfa y basto con apretar su hombro de forma amenazante para que se fuera a otro lado.

— Eres el alfa de aquella vez, ¿no? — mencionó el pelinegro cuando el alfa los dejó solos y Lolito asintió.

— Vamonos, no deberías estar aquí — llevo una de sus manos hasta el brazo del omega y lo arrastro unos cuantos pasos antes de que alguien más apretara su muñeca con suficiente fuerza para que abriera su mano y soltara el agarre.

— ¿Qué caraj...?— se giró bruscamente y antes de terminar su pregunta, se encontró con una mirada ámbar familiar — ¿Fargan? Tío, ¿qué haces aquí?

— Hombre, sólo venía a ver como estaban las cosas en el bar y beber algo — mencionó con una sonrisa de medio lado mientras tomaba con posesividad la cintura del pelinegro, quien se movía inquieto — apestas...— se dirigió a Alex con molestia al sentir otro aroma sobre el, quien soltó una amarga risa al escucharlo.

— Normal, estuve a punto de coger con alguien que no me ve como un puto hermanito — respondió con el mismo tono molesto que Fargan había utilizado.

— Siento interrumpir su platica pero... creo que este es buen momento para llevarte a casa — mencionó Mangel, quien por fin se les había vuelto a unir e intento acercarse a su amigo para llevárselo pero la intensa mirada del castaño se lo impidió.

— Lo siento mucho Mangel pero esta vez me lo tendré que llevar yo... tengo algo que hablar con el — Alex lo miro e intento apartarse con brusquedad. Conocía lo suficiente a Fargan para saber que lo máximo que podría hacerle sería utilizar su voz de mando pero no aún así no tenía ganas de estar a solas con el.

— ¿Ah si? Pues yo no tengo ni putas ganas de hablar contigo — se sorprendió un poco del lenguaje que había utilizado pero luego notó, por sus torpes movimientos, que había ingerido alcohol, pero no lo suficiente para perder la conciencia.

— Ya escuchaste — hablo Lolito con firmeza, apartando a Mangel y quedando a pocos pasos de distancia del contrario.

En comparación a todos los alfas con los que había llegado a pelear, Fargan era más dominante y claramente más fuerte que cualquiera, por eso mismo había evitado provocar una pelea, pero ahora mismo simplemente no podía. Sabía muy bien que si decidía dejarlo hacer lo que quisiera, Mangel lo enfrentaría solo para proteger a su amigo.

Fargan colocó ha Alex detrás suya y la intensidad de sus feromonas dejo más que claras sus intenciones. En fin, ya lo había dicho Luzu, no sabe controlar sus emociones.

— Como quieras.

• ────── ✾ ────── •