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El insistente e irritante despertador empezó a retumbar muy cerca de sus oídos, haciendo que se moviera con molestia entre las sábanas que le cubrían. Sacó una de sus manos de su escondite y busco a ciegas al culpable de su dolor de cabeza.

La noche anterior se había quedado bebiendo hasta tarde en un lugar que acababan de inaugurar hace dos meses y la verdad ahora mismo no tenía ganas de ir a hacer guardia por el pueblo, así que apago al molesto aparato y volvió a acomodarse, haciéndose un ovillo en la mitad de la cama que antes solía compartir. Chasqueo la lengua al recordar eso y sin darse cuenta, una vez más, ya se encontraba pensando de nuevo en aquel alfa.

Se reincorporó en la cama y tocó con la planta de sus pies el frío suelo, sin apartar la vista de la pared. Soltó un largo suspiro con olor a alcohol y estiró sus brazos lo más alto que pudo hasta que sus huesos crujieron en respuesta.

Joder — gimio con una pequeña sonrisa cuando escucho aquel satisfactorio ruido y bostezo a plenitud antes de levantarse.

El punzante dolor de cabeza seguía presente pero ya estaba acostumbrado así que siguió con sus actividades matutinas con normalidad. Alimento a sus mascotas, desayuno mientras veía algo en la tv y antes de salir de casa, se colocó el limpio uniforme y se puso su casco, el cual había empezado a usar nuevamente para ocultar su rostro y no recibir preguntas sobre porque se veía tan demacrado.

Una vez listo, les brindo una última caricia a sus mascotas y salió de casa dando pequeños trotes.

El pueblo estaba bastante tranquilo así que se dedicó a hacer algo de papeleo antes de salir a dar unas vueltas de rutina para cerciorarse de que todo andaba bien y brindarles confianza a las personas que rondaban por el pueblo haciendo compras o simplemente dando un paseo.

"Aburrido" pensó mientras le daba vueltas a la porra con habilidad y aprovechando la extraña tranquilidad, decidió ir de visita al pequeño zoológico que se hacía cada vez más grande gracias a las personas del lugar, quienes se alegraban de los cambios que estaba haciendo el alcalde.

Pensó que estaría vacío por la hora que era pero al llegar, había una persona en cuclillas obervando el área donde tenían a las ranas. Lo miro con curiosidad, jamás lo había visto por la zona y por su musculatura, dedujo que era otro alfa. Se acercó con cautela hasta el y miro de reojo lo que el veía con tanta atención.

— ¡Ostia! — un grito se escapó de sus labios al ver que una de las ranas estaba sufriendo entre las paredes y cuando la vio morir, se quedó boquiabierto. ¿Por que no había hecho nada? — oye tu, hombre, ¿por qué no le ayudaste?

El castaño le dirigió la mirada por primera vez y Alex sintió un escalofrío recorrer su espalda al ver el tono ámbar tan peculiar en los ojos del contrario, quien dejó su posición para levantarse con una socarrona sonrisa.

— Lo intente — guardo ambas manos en los bolsillos de su rojizo pantalón y Alex lo miro con duda, estaba seguro que estaba mintiendo — pero si de todas formas se iba a morir, ¿qué más da?

Alex casi le da con el taser al escuchar aquella pregunta, pero respiro un par de veces para calmarse — como vuelvas a decir algo así, te doy con la porra eh, asi de claro te lo digo — advirtió con molestia y el contrario lo miro con curiosidad.

— Vale — respondió con neutralidad pero sin borrar la sonrisa de su rostro. Alex hizo una mueca al notarlo y se dio media vuelta para volver por donde había venido, en definitiva no quería saber más de aquel tipo — espera, ¿como te llamas?

Siguió caminando ignorando la pregunta pero al escuchar unos pasos a su espalda, se detuvo en seco — Alex — respondió tajante y sin mirarlo antes de seguir.

— Alex, Alex, Alex — escucho su nombre repetidas veces con un tono infantil y golpeó su casco con fastidio.

— ¿Que pasa? — pregunto, dándose media vuelta sobre sus talones.

— ¿No vas a preguntarme mi nombre?— ladeo su cabeza ligeramente hacía un lado, como un pequeño búho curioso y Alex arqueo una ceja, ¿de verdad le hablaba para eso?

— No me interesa — soltó sin trabas y debido a que no quería ser detenido de nuevo, espero para escuchar la respuesta del más alto.

¿De verdad? — su voz tenía un toque de diversión y Alex comenzaba a odiar aquella sonrisa que parecía jamás desaparecer.

— Si — rodó los ojos y cuando el silencio se hizo presente entre ambos, por fin logró librarse de el.

No sabía quien era ni mucho menos le interesaba saberlo, ahora solo quería terminar su turno y volver a casa para cambiarse de ropa y tal vez salir de nuevo a divertirse en el nuevo lugar, como cada noche desde hace un mes. Eso en definitiva no era bueno para su salud pero poco le importaba, ya que ese era el único momento en el que dejaba de pensar y seguiría con ese modo de vida hasta que sus órganos le cobraran factura o hasta que alguno de sus amigos se diera cuenta.

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Aᴘᴜᴇsᴛᴀ [ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora