Aᴘᴜᴇsᴛᴀ [ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ]©

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Consiguió todo lo que necesitaba para terminar e incluso más, todo con tal de asegurarse de que no tendría que volver a salir de su casa por un largo tiempo y cuando salió de la mina que había elegido, el sol ya no le hacía compañía y el cielo estaba cubierto por una excesiva cantidad de nubes.

Apresuró su paso para no toparse con algún indeseado y sacó su espada sólo para sentirse más seguro, guardando todos los materiales en su mochila y mirando con recelo hacía los lados mientras caminaba.

Odiaba quedarse afuera tan tarde, perdiendo valiosas horas de sueño, y por eso mismo agradeció cuando vio su casa a la lejanía. Suspiro con alivio y tomó los cordones de su mochila para acomodarla mejor sobre sus hombros.

Llegó hasta las puertas y el cofre seguía ahí, lo miro de reojo cuando pasó por su lado y al abrir las puertas que impedían el acceso a su jardín, se encontró con otro igual. Palmeo su frente y la paso por su cara con irritación antes de acercarse a el, poniéndose de cuclillas para levantar la tapa, esperando ver la misma vaga disculpa, pero está vez se encontró con una nota un poco más grande y con un mensaje diferente.

"¡De verdad lo lamento!"

Cerró bruscamente el cofre, reduciendo el espacio entre sus cejas y buscando nuevamente con la mirada al alfa, quien parecía estar siendo cuidadoso por primera vez en su vida ya que no lograba encontrar ni el rastro de sus feromonas.

Se levantó de su posición, dejando todo exactamente como lo encontró y comenzó su camino hacía el elevador para subir por el sin mirar atrás. Era difícil y no le ayudaba tener que estar escuchando los constantes lloriqueos de su lobo, pero era lo mejor...

♡

A la mañana siguiente, salió de casa con una taza de café y miro con una sonrisa orgullosa el interior de sus murallas. Le había costado pero era un buen lugar para vivir, todo estaba donde tenía que estar y no había nada raro, o eso creía.

Se atragantó con el café cuando vio un cartel en la entrada a su hogar, con letra poco comprensible y manchas de tinta en algunos puntos.

"Tas bobo o k? Al menos toma los materiales"

Chasqueo la lengua, dejando su taza en el suelo y llevando ambas manos al pedazo de madera para sacarlo del suelo donde estaba enterrado y cuando lo hizo, lo arrojó no muy lejos, haciendo que cayera del lado contrario y mostrando otro mensaje.

"Por cierto, perdoname"

Suspiro con tristeza al leer una y otra vez aquella disculpa. Quería aceptar, de verdad que si, pero a su orgullo le apetecía escuchar esas palabras ser dichas en persona, sentir que su arrepentimiento era real y no sólo un cruel intento por seguir dentro del juego.

Tomó de nuevo la taza del suelo y volvió a entrar a su casa, cerrando las puertas tras de sí.

♡

Después de días creyó que Rubius al fin se había rendido, ahorrandole el dolor de tener que rechazarlo cada que se encontraba con alguno de sus carteles o regalos, pero cuando la puerta mecánica se abrió frente a el, se encontró con otra sorpresa, bueno, con varias sorpresas.

"Hola"

Un simple saludo fue lo que estaba escrito en el primero de muchos carteles puestos en hilera hasta su elevador y paso por su lado para leer el resto mientras caminaba.

"Se que estas molesto"

En realidad, aunque quisiera negarlo, con cada palabra y detalle su enfado había ido perdiendo la intensidad, y ahora sólo estaba intentado contener la tosca voz de su lado impulsivo, que le exigía a base de gritos y llanto que se conformará, que estaba esperando demasiado de un alfa y que lo mejor era perdonarlo de una vez. Ignorando todo eso, siguió leyendo.

"Yo también lo estaría"

— Pues si, serías un subnormal si algo así no te molestará — le respondió, rodando los ojos como si pudiera verlo.

"Y se que un par de disculpas no son suficientes para reparar el daño que te hice.."

Negó con la cabeza. Tal vez no lo reparaba pero le alegraba ver que alguien hacía mucho más esfuerzo por volver a ganar su confianza que varias personas juntas en su pasado.

"Pero no me rendire contigo,
¡voy a por ti triple siete!"

Soltó una risita cuando leyó el apodo y sin darse cuenta ya había llegado al faro, quedando sobre el elevador y sin nada más que por leer. Creyó que los mensajes seguían en la parte de abajo o que, tal vez, el castaño por fin había ido para disculparse de frente, así que bajo después de doblar ligeramente sus rodillas y cuando estuvo abajo, salió corriendo hasta el borde de las escaleras frente a el, paseando su mirar por cada espacio cercano en busca de algo más, lo que fuera.

"Nada" pensó con desilusión y con la mirada perdida en el suelo gris. Ese hubiera sido un buen momento para hablar las cosas pero, al parecer, el alfa prefería seguir con su jueguito de los carteles. Se revolvió los cabellos con frustración y resopló."¿Que estas planeando, Doblas?"

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