Aᴘᴜᴇsᴛᴀ [ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ]©

◇ Extra ◇

Marca

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Ambos se encontraban en el comedor, uno frente a el otro mientras comían algo que Luzu había hecho. Habían pasado tres meses desde que ambos empezaron a vivir juntos y estaban felices de que aquella desición les hubiera ayudado pues, aunque el trabajo volviera a ser abrumador, sabían que siempre encontrarían al contrario del otro lado de la cama.

—Luzu...— Su voz se escuchaba inusualmente ronca por recién despertar y, dejando la taza que sostenía sobre la mesa, le pregunto.

—¿Qué pasa? — Le miro fijamente, aguardando con paciencia a que el contrario volviera a hablar.

Los ojos de Auron viajaron de un lado a otro, tomando un bocado de su desayuno en silencio mientras sus feromonas eran liberadas de forma irregular, haciendo del aire a su alrededor algo pesado y amargo.

Luzu lo percibió y, como no quería que se sintiera presionado ni forzado a hablar, dejó de mirarlo, tomando un largo trago de su bebida caliente.

—¿Cuando vas a marcarme? — Aquella pregunta le pillo por sorpresa, la cual quedó en evidencia por su tos seca y repentina, ahogandose con el café.

Dirigió su vista hacía el nuevamente, frunciendo ligeramente el ceño al ver como se burlaba, ocultando la mitad de su rostro bajo la sudadera. Ignoro aquello y, cuando por fin dejó de toser, le pregunto.

—¿Quieres que te marque? — Auron alzó los hombros, empezando a jugar con su comida.

—Sino es mucho pedir... si — Subió uno de sus pies a la silla, recargando su mejilla contra su rodilla y luego le miro con seguridad—. Lo haces tu o lo haré yo, tu decides — advirtió con un tono neutral, robandole una sonrisa al mayor. Aquello era imposible, pero, sino lo fuera, dejaría que Auron lo marcará cuando quisiera.

—Vale, cariño — aceptó con facilidad, disfrutando de la sonrisa victoriosa que se formó en los labios de su omega—, pero necesito que te lo pienses bien, recuerda que es algo permanente...— mencionó, aún sabiendo que Auron era conocedor de aquella información, pues no quería que tomará desiciones apresuradas.

—Ya me decidí, joder, que no soy un puto adolescente, quiero tu marca o reviento todo el pueblo — amenazó con falsa molestia, cruzandose de brazos como si fuera un niño a punto de hacer un berrinche.

—Esta bien, sólo dime cuan-

—Ahora — lo interrumpió con rapidez, levantándose de su silla para tomarlo por la muñeca y arrastrarlo hasta la habitación—. Vamos a darle caña, que ahora mismo estoy tan caliente como una puta tetera — Luzu soltó una risa al escucharlo.

—Siempre tan romántico — mencionó una vez llegaron a la habitación, siendo forzado a sentarse en la orilla de la cama.

—Si fuera un romántico no me querrías — farfulló, sentándose sobre los muslos de su alfa, deslizando sus brazos alrededor de su cuello.

—Te amaría de cualquier forma — Tomó sus mejillas con una de sus manos y con la otra lo sujeto por la cintura, observando cada detalle del menor.

En momentos así podría afirmar, que no importaba quien apareciera en su vida más adelante, él nunca dejaría de creer ciegamente que Auron era el ser más precioso que hubiera visto jamás.

—Vale, basta de cháchara — No parecía tener intenciones de seguir siendo observado y tampoco quería escuchar más de aquellas cosas vergonzosas que Luzu solía decir, así que, tan sólo corto el momento—. A darle que esa marca no se hará sola.

No era necesario hacerlo para hacer la marca, pero a Auron parecía no interesarle mucho aquello, así que lo hicieron, lo hicieron una y otra vez hasta que sus estuvieron satisfechos, disfrutando plenamente de la perfecta sincronía que compartían, sintiendo que en cualquier momento podrían ahogarse por el placer que les hacía temblar y gemir hasta que alcanzaban el ansiado final.

La tercera vez fue la definitiva y para ese punto ambos estaban tan sumidos en su propio mundo que todo dejó de existir a su alrededor. Luzu no se lo pensó dos veces antes de morder la nuca del menor mientras lo embestía con lentitud, clavando sus dientes grandes de alfa tan profundo que el sabor metálico se hizo presente en su boca. Por otro lado, Auron ahogo un grito contra la almohada, enterrando sus dedos en las sábanas que había debajo suya y liberando una lágrima que se había escapado sin permiso, sufriendo de una extraña mezcla de dolor y placer al sentir al alfa ir arremeter más rápido contra su interior, pasando su cálida lengua sobre la marca antes de que ambos llegarán al clímax entre ruidosos jadeos.

Luzu le miro preocupado cuando logró regularizar su respiración y, llevando una de sus manos a la altura de su rostro, aparto los alborotados mechones de su frente, recibiendo una suave y cansada sonrisa.

—Ha dolido como un puto grano en el culo, sino es que más, jo-der — Se quejó con comentarios que lograron relajar a Luzu, quien estaba algo preocupado por haber comentido un error, y se removió sobre la cama para poder verlo claramente, algo de lo que se arrepintió al instante en que su marca rozó la cama, robándole un gemido de dolor—. Ya te digo yo... que si esto tuviera que renovarse anualmente, no volvías a marcarme en tu vida — Una amplia y socarrona sonrisa se formó en sus labios y Luzu se dejó caer a su lado con una sonrisa diferente, una que reflejaba amor, satisfacción por lo que ahora eran, orgullo de poder decir que aquel omega era enteramente suyo.

—Eres precioso — Le halago en un suave susurro y se acomodó sobre uno de sus costados para apresar su cintura, cerrando sus ojos para poder dormir un rato antes de tener que tomar una ducha.

Auron, sin embargo, estaba tan feliz y sumergido en sus pensamientos que no podía cerrar los ojos, sintiéndose satisfecho cada vez que miraba al alfa que había elegido para permanecer a su lado, siendo el único que lograba cambiar el significado entero de la marca entre alfas y omegas, haciendo de ella la prueba eterna de su mutuo afecto, y no sólo un signo de sumisión y propiedad.

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