No es tan malo.
Esa frase no dejaba de resonar en su cabeza cada vez que se encontraba con el chico de orbes violetas y este lo recibía con sincera amabilidad sin razón, como si hubiera olvidado por completo todo lo que le habia hecho en el pasado, todas las veces que había dañado su propiedad e incluso los momentos en los que le habia gritado cosas hirientes, parecía haberlo borrado todo y eso no hacía más que alimentar la culpa creciente en su pecho.
¿Porque no lo odiaba? Si le demostrará el más mínimo de los rencores o si le reprochaba alguna acción del pasado, eso sería más que suficiente para justificar lo que tenía planeado hacer e incluso podría terminar con todo mucho más rápido y ahorrando cualquier tipo de drama pero no, parecía que el mayor no tenía ninguna intención de reprocharle nada y eso sólo consiguió ponerlo un tanto nervioso.
— Veg — abrevió su nombre, como rara vez lo hacia y el mayor se giró para mirarle, concentrando toda su atención en el — tu...¿recuerdas todas las veces que dañe tu propiedad? — Vegetta inclinó levemente su cabeza hacía un lado en señal de duda pero no tardo en asentir, preguntándose internamente a que venía aquella duda — no es que quiera que lo hagas, porque la verdad no me apetece escuchar tus agudos gritos pero, ¿nunca piensas reprocharme nada?
Después de aquella pregunta, Rubius miro expectante al contrario, atento a cada una de sus expresiones y movimientos, esperando aunque sea un ápice de duda o rencor que le indicará que tal vez, algún día, iba a echarle en cara todo.
— Buaa, tu si que eres tonto chaval — dijo en un tono juguetón mientras soltaba una que otra risilla, sin apartar la mirada del castaño.
— Venga tío, no te burles — agregó fingiendo molestia y el pelinegro le miro con una pequeña sonrisa "como niño pequeño" pensó mientras se acercaba hasta donde el estaba sentado.
Ahora mismo estaban bajo la agradable calidez del sol, justo después de pasar casi medio día en la mina y en cuanto estuvieron dentro de la muralla, ambos decidieron pasar el resto del día pescando en el pequeño lago junto a su casa y al apartar su mirada del alfa, este termino sentando justo en la orilla mientras movía sus pies de adelante hacía atrás dentro del agua. Era una escena agradable de ver y más cuando el castaño hacia sus clásicos pucheros a los que Vegetta estaba cada vez más acostumbrado.
— Escuchame bien, cabezón — al acortar distancia entre ellos, el menor le miro de soslayo con curiosidad — lo que hayas hecho en el pasado ya no importa así que deja de torturarte con ello — colocó una de sus manos sobre la espalda del castaño y comenzó a hacer movimientos circulares sobre ella, en un intento por relajarlo — además, ahora somos amigos, lo que significa que el tontito dejará de atacar mi casa — un pellizco en su espalda le hizo removerse sobre sí mismo y le dedico una mala mirada al contrario.
— ¡Vegetta para, que ya entendí hombre! — se quejó en cuanto sintió otro pellizco y se levantó bruscamente de su lugar, intentando ignorar la constante repetición de la palabra "amigos" en su cabeza.
¿Eso eran? Si que era verdad que habían comenzado a pasar mucho más tiempo juntos e incluso buscaban de forma inconsciente el aroma del contrario pero no podía ser tan sencillo, no podía simplemente fingir que nunca había tenido segundas intenciones y seguir como amigos ignorando lo que le habia llevado ahí en primer lugar.
"Será divertido hacerlo gemir mi nombre como una puta" aquella frase paso de forma fugaz por su mente y sin decir palabra, comenzó a caminar dándole la espalda al pelinegro e ignorando sus constantes llamados. Había sido un completo idiota y el sólo hecho de que siguiera con el aún después de conocerlo, lo hacía aún peor.
— No es tonto, es tontísimo...— mencionó el omega al notar que el menor no pensaba detenerse y soltó un suspiro al ver como quitaba algunos bloques para poder salir — ¡Rubius, eso es ilegalisimo! — grito lo más fuerte que pudo, colocando ambas manos alrededor de su boca y el simplemente prefirió ignorarlo, desapareciendo de su vista justo después de colocar los bloques de vuelta.
Necesitaba alejarse, necesitaba un respiro de aquella situación y sin más, camino durante varios minutos o incluso horas hasta llegar a su hogar, donde por fin pudo relajarse e inhalar algo que no fuera aquel dulce aroma a cerezas que siempre rodeaba al omega.
"Somos amigos" de nuevo su mente empezó a torturarlo con los momentos que había pasado con el, como si se tratase de una película y soltó varias risas desganadas al recordar sus manías, entre las que destacaban su obsesión con la simetría. Rodó los ojos de sólo recordar lo mucho que el contrario lo había regañado cuando colocó una fila de más en su casa "Que no es simétrico, cabezón" repetía una y otra vez mientras lo apartaba para hacerlo el mismo. Aunque eso no era tan malo comparado con su fuerte obsesión por tenerlo todo bajo control, incluso el tiempo y cuando algo no salía como el quería, empezaba a gritar cosas sin sentido "Miradme soy Rubius" era una de las tantas imitaciones que realizaba cuando estaba molesto y a pesar de que casi siempre terminaban discutiendo, nunca era nada que no pudiera arreglarse a los pocos segundos.
Así era su convivencia y no importaba que tanto lo negará o evitará, ya eran amigos y lo deseara o no, ahora Vegetta era una parte importante de sus días. Sin el, probablemente aún andaría sin rumbo fijo, colocando minas por el pueblo y bebiendo hasta el amanecer. Lo había ayudado a cambiar y sólo por eso, estaba dispuesto a perder aquella apuesta. Si eso significaba seguir como siempre, lo haría sin dudar.
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Aᴘᴜᴇsᴛᴀ [ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ]©
FanficEn un mundo donde la jerarquía era algo cotidiano, cuatro de los alfas más conocidos en el pueblo hacen una apuesta en la cual involucran a los seres más débiles y hermosos, omegas que les harían pasar por distintas situaciones. ━━━━━━━...