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Fargan siguió mirando la puerta del bar durante un rato, esperando ver la pequeña y delgada figura de su amigo desaparecer como el resto, pero en cambio sólo escucho un largo suspiro a su lado antes de recibir un golpe contra su brazo.

Lo miro, curioso por aquella acción pero no tuvo oportunidad de decir nada ya que Alex se había adentrado más en el vacío lugar para buscar algo de beber.

— Sólo dime una cosa — hablo con neutralidad mientras tomaba una botella cerrada del otro lado de la barra — ¿yo estaba incluido en tu juego? — pregunto después de dar un pequeño trago a su bebida.

— No — respondió, simple y se acercó hasta la barra para sentarse en uno de los banquillos frente al pelinegro, quien le paso una botella recién abierta.

Realmente no comprendía ni un poco porque es que siempre buscaba, aunque fuera de forma inconsciente, proteger a quien tenía enfrente. Tal vez era porque era su amigo y no quería perder su amistad por algo de diversión momentánea o tal vez era que la simple idea de imaginar a otro alfa intentando acercarse a el le parecía repulsiva. Dio un trago amargo a su bebida y Alex se quedó en silencio mientras lo veía fruncir el ceño.

— ¿Sabes que lo que hiciste estuvo mal, no? — pregunto después de unos largos minutos de silencio e hizo una mueca al ver como Fargan desviaba la mirada hacia otro lado, intentado evitar el tema — Fargan — lo llamo con seriedad y no necesito repetirlo ya que el castaño lo hizo, con lentitud y con la mandíbula apretada, pero lo hizo. Volvieron a mirarse en silencio.

— Creo que lo se — mencionó en voz baja, casi en un susurro y Alex rodó los ojos sin ser demasiado evidente — pero te lo dije, es muy tarde para arrepentirse.

— Venga Fargan, ambos sabemos que no te arrepientes — su voz sonaba confiada y si no fuera porque lo conocía demasiado bien, el silencio lo habria hecho dudar de su repentina acusación — seguro ahora estas pensando, "si de todos modos se iban a enterar, no veo porque tanto drama" o algo así — hizo las comillas con sus dedos y utilizó el tono infantil que usaba cuando intentaba imitar a alguien.

Le miro con sorpresa al darse cuenta de que aquella frase estaba muy cerca de lo que estaba pensando pero se negó a admitir en voz alta que su amigo había logrado leerlo por completo. Volvió a beber a profundidad de la botella entre sus manos y cuando la termino, la dejó sobre la barra. Se levantó de su lugar, tirando el banquillo al suelo y colocó una de sus manos sobre la madera, andes de tomar impulso para saltar sobre la misma.

— ¿Fargan? — lo miro, confundido después de verlo saltar y al tener tan cerca su aroma acaramelado, el recuerdo fugaz de lo que había pasado hace unos días en su casa se hizo presente. Seguro el ya lo había olvidado pero cuando lo hizo decir aquel nombre, su mundo se vino abajo, sólo para ser nuevamente levantado por el asqueroso alcohol.

El castaño se dedicó a mirar entre las botellas para ver si algo llamaba su atención hasta que sintió un amargo e intenso aroma a vainilla. Miro por el rabillo del ojo al pelinegro, preocupado por el repentino cambio en sus feromonas y al ver su expresión, triste y al borde de las lágrimas, se pregunto si había hecho algo mal. Tendía a hacerlo sin darse cuenta así que la culpa le invadió el cuerpo, mucho antes de saber que era lo que lo estaba molestando. Se sentía peor ahora que cuando confesó todo hace unos momentos.

— Alex, ¿que tienes? — pregunto y en un descuido, su voz mostró toda la preocupación que estaba tratando de ocultar.

— ¿Eh? Nada nada — intento hablar lo más neutral posible pero sabía que su expresión lo decía todo.

— No me mientas...— hablo con suavidad pero aún así había algo de molestia en su voz — si algo te molesta, puedes decirlo.

— ¿Y si no te lo digo que harás? ¿Usaras tu voz de nuevo? — en el instante en que aquellas preguntas llenas de enojo salieron de su boca, se arrepintió.

Fargan arqueo una ceja con duda e intento recordar cuando había usado su voz contra Alex.

Mierda. Así que eso era — lo siento...— dijo lo más sincero posible y al ver la expresión sorprendida del contrario, se alegró, al menos ya no parecía a punto de quebrarse.

— ¿Te acabas de disculpar? — sus nervios estaban a flor de piel y ver tan relajado al castaño frente a el no ayudaba ni un poco — ¿por que? — sabía que Fargan había sido sincero pero realmente dudaba que supiera la razón por la que debía hacerlo.

Se lo pensó un momento. ¿Por que se había disculpado? — Pues, parecía que estabas a punto de llorar y no quería verte así — dijo con simpleza.

— Ya decía yo — soltó un suspiro y revolvió sus cabellos. Era mucho pedir que Fargan supiera en que la había cagado — mira, está bien que te disculpes... pero necesitas saber la razón, si no, no tiene sentido.

Tener que explicar algo tan sencillo resultaba extraño pero no sería la primera vez.

— Entonces...

— No quiero que vuelvas a usar tu voz conmigo — hablo con seguridad y mientras el se recargaba contra la barra, Alex notó su media sonrisa.

— Vale, ¿algo más? — lo miro, expectante.

— Si...— tuvo un debate interno donde se preguntaba si debía dejarse llevar por la curiosidad o guardar silencio, pero al final ganó la parte más obvia — ¿en que te benefició saber su nombre?

Su sonrisa se fue borrando hasta que no quedó nada de ella y miro el suelo, recordando porque había ido hasta aquel lugar en primer lugar. Cierto, tan pronto supo que la ex pareja de aquel alfa era Alex, camino de regreso al pueblo dando zancadas y entro al bar apenas llegó a su rango de visión, todo para borrar con excesos aquellos confusos sentimientos que lo estaban llevando al borde de la frustración.

Suspiro, exhausto y levanto su vista para mirar directamente a la causa del lío que tenía en la cabeza. Oh, ahí estaba, con los ojos aguados y con el cabello alborotado, pero aún así logrando lucir tan seguro y desafiante.

— En nada, sólo logró confundirme... — respondió con seriedad, una que rara vez se veía en el — fue terrible, Alex — agregó con una sonrisa forzada, intentando cortar el momento, antes de hablar de más. Como siempre.

— No lo entiendo, ¿como que confundirte? — de verdad, ¿no podía dejar el tema? Se apartó de la barra y dio un paso para acercarse más al pelinegro, quien tuvo que alzar mucho más la vista.

— Pues, en pocas palabras, ya no se que es lo que siento por ti.

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Aᴘᴜᴇsᴛᴀ [ꜰɪɴᴀʟɪᴢᴀᴅᴏ]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora