La recuperación de Lin había sido realmente lenta, lo que hacía que la mujer se frustrara más de lo normal, por lo que Korra siempre intentaba calmarla, algunas veces fracasando, otras teniendo éxito. A pesar de todo, ya se movía con más independencia, lo que era realmente esperanzador. Así que aunque al principio se había negado a usar todo lo que Xue le había llevado, tanto la noche del día del accidente y otros aparatos que había ido comprando, porque se los había recomendado la fisioterapeuta; después ella misma se los ponía. Por un su debilidad había desaparecido, porque lo que caracterizaba a Lin Beifong era su sentido de independencia.
Korra cada vez se sentía más flechada por la mujer de ojos verdes, con solo tenerla cerca su corazón se aceleraba, algo que jamás había sentido por un chico. Ciertamente deseaba que todas esas sensaciones solo se fueran, era realmente algo imposible. Lin jamás se fijaría en ella; realmente dudaba que a la mujer se le pasaran las mismas ideas, pero no negaba que le gustaría. ¿Por qué todo tenía que ser tan complicado? ¿Por qué tenía que colocar su atención en Lin? Sabiendo que aunque le llegaran a gustar las mujeres ella no era una opción, la mujer a pesar de haber cedido mucho con ella, aún sentía la desconfianza; ya que después de haber recuperado su independencia, volvió a poner restricciones, algo que le afectó a la joven, quien pensaba que por lo menos podría surgir una amistad. Era un pensamiento loco, eso jamás pasaría, pertenecían a clases sociales y económicas muy distintas.
Solo sacudió su cabeza, volviendo a sus quehaceres. Limpiaba el cuarto mientras la pelinegra estaba con la fisioterapeuta en el gimnasio personal de Lin. Cuando estaba limpiando las mesas de noche, inevitablemente vio una foto de ella con un hombre, el cual estaba muy ver y la besaba en la mejilla mientras ella sonreía, como pocas veces la había visto. Se preguntó quién era el hombre de ojos grises, el cual era aparentemente de la misma edad que ella, ¿sería su pareja? Definitivamente era un baldado de agua fría para ella, que aunque sabía que jamás podría pasar nada, no podía evitar sentirse decepcionada. Volvió a poner la imagen en su lugar, para volver a lo que debía, terminando antes que la mujer entrara nuevamente a la casa.
Para cuando Lin volvió a entrar, se veía cansada y malhumorada, algo muy frecuente cada vez que tenía una sesión terapéutica. La joven nunca la había visto cuando la profesional la trataba, sabiendo que solo era una intromisión a l privacidad.
─Acompañala a la salida y cuando regreses te espero en mi oficina ─dijo Lin refiriéndose a la mujer que tenía al lado.
Korra asintió, pensando en qué le iba a decir, ─¿necesita que le lleve algo?
─Yo puedo sola muchacha ─contestó.
─No hay problema, mientras no te sobrepases ─defendió la especialista.
─Disculpen ─dijo sintiéndose como una completa tonta.
─Solo haz lo que te dije ─habló Lin con desinterés.
─Sí señora, ya mismo ─obedeció ayudando a la mujer con lo que traía en la mano.
─Nos vemos mañana a la misma hora Lin.
─Mañana no vengas, no voy a estar aquí ─mencionó con autoridad.
─Xue dijo...
Lin la interrumpió, ─Xue ya lo sabe.
─Bien, mientras no te esfuerces demasiado todo estará bien.
─No voy a levantar pesas.
La mujer asiente, ─bien, que pases un buen resto de día Lin.
─Igualmente Mei.Korra llevó a la mujer hasta la salida, ayudándola a montar todo en el carro, ya que Cho siempre la traía y al finalizar la sesión la llevaba, ─gracias ─le dijo la mujer antes entrar al automóvil.
─No se preocupe señora, feliz día.
─Igualmente.Se apresuró para saber qué era lo que Lin tenía que decirle, al entrar por la cocina notó que el soporte estaba en una silla, así que lo tomó, sabiendo que estaría en su oficina sin protección para su espalda y así fue.
─No lo necesito, así estoy bien.
La chica no le hizo caso, por lo que se acercó, esperando que accediera, hasta que se dio por vencida, soltando un suspiro, haciéndole saber que había ganado. Al poner el soporte vio la liga que le había puesto aquella vez que la peinó, lo que la hizo sonreír para sí.
─Gracias ─Korra volvió a alejarse, quedando frente a ella y mirándola con expectación, ─voy a ser directa. Te dije que vinieras porque ya no es necesario que te quedes a dormir aquí. Hablé con Xue ayer, así que ya está al tanto, para que te pague por las horas extras que trabajaste hasta el día de hoy.
─¿Está segura? ─se atrevió a preguntar.
─¿Por qué no lo estaría? ─cuestionó la pelinegra, frunciendo el ceño con irritación evidente, pero simplemente siguió─. Como sea, yo no voy a estar aquí mañana, así que si deseas puedes tomarte el día libre.
Decidió simplemente asentir, ─Gracias. ¿Desea comer algo en especial? ─preguntó.
─No, lo que sea que hagas estará bien para mí.
─Sí.
Pero antes de que la muchacha saliera volvió a escuchar la voz de Lin, ─de verdad te agradezco todo lo que haz hecho por mí, sé que sacrificaste tu tiempo libre, además no te puse las cosas muy fáciles que digamos.
Korra sonrió por lo equivocada que estaba la mujer, ya que jamás lo había visto como un sacrificio, por el contrario, había disfrutado demasiado del tiempo con Lin. Admitía que no había sido fácil, por la personalidad y el carácter fuerte de la mujer, pero a pesar de todo no negaba que le encantaba la percepción de tenerla cerca, ─no se preocupe, a mí no me disgustó en lo absoluto ─refutó, para después salir.El día libre que le había dado Lin, lo aprovecha para volver a su apartamento y dedicarse a organizar todo, lo cual no había sido muy complicado porque el lugar era pequeño, pero a Korra le parecía perfecto. Fue realmente una gran suerte conseguirlo, porque estaba amueblado totalmente, lo malo era la zona en que estaba ubicado. Una de las partes más peligrosas de ciudad república era esa, pero poco a poco fue conociendo estratégicamente a todos, así que nadie se metía con ella en lo absoluto.
Para cuando fueron las nueve de la mañana, había terminado todo, por lo que decidió ir de compras al supermercado, ya que lo poco que había dejado estaba vencido. Igualmente no era algo malo, porque no le vendría nada mal distraerse, y sí, hacer compras despejaba su mente, alejando a Lin de sus pensamientos por lo menos unos momentos.
─No te recomiendo ese tipo de leche ─Korra apartó la mirada del refrigerador, buscando al dueño de la voz, para encontrarse con un muchacho de su edad, en quien se fijó por sus ojos verdes, ─¿por qué no?
─Se corta mas rápido de lo normal.
─Es recomendable tomársela lo mas rápido posible.
El joven sonríe, ─muy buen punto.
─¿Solo te acercaste para darme consejos de leche o quieres algo más? ─cuestionó directamente.
─Pensé que en ser un buen samaritano y darte consejos sobre leche, pero al parecer no necesitas mi ayuda ─dijo fingiéndose afectado.
─Entonces gracias por tú consejo.
─Para servirle, Bolín a sus ordenes Señorita.
Korra se rió mostrándose divertida, ─¡Oh, mi héroe!
─Nunca te había visto por aquí.
─Me mudé, realmente ni siquiera soy de aquí.
─Lo supuse. Entonces, ¿cómo te llamas? ─naturalmente Korra no diría su nombre a un desconocido, pero Bolín le daba mucha confianza.
─Korra.
El joven sonrió, ─es un hermoso nombre, para una hermosa chica.
─Vaya pero que nivel, ¿estás jugando conmigo verdad? Eres realmente gracioso.
El chico solo la veía confundido, ─hablo enserio.
─Sí claro ─dijo picándole el ojo, intentando desviar los intentos de conquista por parte del joven.
─Como sea. Fue un gusto conocerte ─dijo volviendo a lo suyo y dejando sola a la castaña.En la tarde se preparó nuevamente para ir a la universidad, sabiendo que después solo sería ella sola, realmente se había acostumbrado a la presciencia de Lin aunque la mujer pareciera indiferente. Tal vez simplemente se estaba volviéndolo loca, tal vez simplemente necesitaba reunirse con jóvenes de su edad, todo era simplemente confuso.
─Hola ─escuchó una voz femenina que la sacó de sus pensamientos.
Los ojos cerúleo se fijaron en la pelinegra de la vez pasada, ─hola ─dijo con una sonrisa en el rostro.
─La vez que nos vimos no pude disculparme bien.
La morena abrió los ojos sorprendida, ─no hay nada de qué disculparse, tranquila.
─Oh claro que sí y realmente me gustaría invitarte a tomar un café.
─Eso no es necesario...
La linda muchacha sonrió con suficiencia, mostrando su cuidada sonrisa. Korra pensaba que era simplemente perfecta, viéndola completamente y por lo poco que había visto podía decir que la chica destilaba elegancia, ─solo será un café o un jugo si no te gusta el café.
La joven lo pensó, realmente su próxima clase comenzaba en treinta minutos, ¿qué repercusiones habrían si aceptaba?
─Bien, acepto.
─Muy bien... ─la chica se dispuso a hablar y terminó deteniéndose─. Creo que no nos hemos presentado. Mi nombre es Asami.
─Korra ─dijo la ojiazul.
─Jamás había escuchado ese nombre.
─No es muy común realmente. A decir verdad yo tampoco lo he escuchado.
Asami sonríe ante la declaración de la joven, ─bien, Korra. ¿Eres de aquí?
─No, soy de un pequeño lugar del sur.
─¿Eres nueva viviendo en ciudad república? ─cuestionó la joven, ahora caminando con Korra hacia la cafetería.
─Bueno, no diría que soy muy nueva. Realmente llevo más de un año ya.
La chica le presta atención, acercándose al mostrador para comprar dos jugos, ─me imagino que debió ser difícil para ti desprenderte de todo a lo que estabas acostumbrada.
─Al principio fue muy duro, pero siempre estoy en comunicación con mis padre y en algunas ocasiones los visito unos días.
Ambas se sentaron, ─que bien.
─¿Y tú?
─¿Yo? Bueno mi historia no es tan interesante. Nací en ciudad república y vivo con mi padre.
La mirada de Korra no se aleja de la joven, ─la mía tampoco, pero creo que eso está bien.
─Sí, tienes razón.
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Pequeña Perdición
RomanceKorra es una joven de veinte años, la cual trabaja para una de las mujeres más poderosas de la ciudad, aunque realmente nunca la había visto. Hasta que un día, accidentalmente la conoce, naciendo en la chica una atracción instantánea por la pelinegr...