I could fall in love; n.h. [En edición]

XII

"Podría perder mi corazón esta noche."

Habíamos pasado toda la mañana juntos, cerca de las nueve desayunamos en un restaurante demasiado bonito, lo había acompañado a un par de pendientes que tenía y a pesar de eso salimos a caminar por ahí buscando ser lo más discretos posible y no llamar la atención.
Ahora estamos entrando a su hotel, subíamos por el elevador con un cómodo silencio entre ambos.

—Vamos a visitar a tu mamá —sus palabras hicieron que mi vista se despegará de los botones frente a mí, levante mi mirada hacia él y una de mis cejas se levantó ante su comentario esperando por que dijera que es un chiste.

—No —sentencié al no tener otro comentario de su parte, sabía que Jean estaba de vacaciones y llevaba un par de días en casa.

—¿Por qué? —su ceño se frunció, sus ojos azules se clavaron en los míos en espera de una respuesta.

—Porque no —cuando el elevador se detuvo solté un suave suspiró—. Aparte, Jean te va a partir la cara —reí ante la idea y salí del elevador cuando esté abrió sus puertas.

—No lo dudo —lo escuché murmurar mientras venía a mi lado, se detuvo frente a una puerta y saco la llave de uno de sus bolsillos.

—¿A qué quieres ir? —cuestioné entrando a la habitación después de que abriera.

—Solo decía, quería saludarla —se encogió de hombros—. Ven —su mano jalo la mía hasta que estuvimos frente al sofá, tomó asiento y dio un suave jalón para que yo hiciera lo mismo.

—Solo es cosa de que hablé con Jean —murmuré acomodándome sobre el sillón, uno de sus brazos se colocó sobre el respaldo mientras su rostro estaba girado hacia mí.

—Lo entiendo, es tu hermano mayor —su mano libre paso por su pelo intentando acomodarlo—. Comprendo que quiera partirme la cara, me lo merezco —la expresión en su rostro era serena, tranquilo ante la idea.

—¿No venias a hacer algo? —pregunté después de un par de segundos en los que él esperaba mi respuesta.

No quería hablar al respecto, Jean solía ser muy impulsivo y no quería pensar en lo que podría pasar cuando se vieran, tomando en cuenta que desde el principio no han tenido la mejor relación, aunque mi madre y yo lo habíamos intentado de todas las maneras posibles.

—Cierto —se levantó del sillón y sus labios se curvaron en una pequeña sonrisa—. Me daré una ducha y nos vamos ¿sí? —asentí en respuesta mientras mi espalda se recargaba en el sofá, a decir verdad, era bastante cómodo—. Puedes ver televisión o comer algo, ya sabes.

—Gracias —murmuré extendiendo mi mano al control remoto que estaba sobre la pequeña mesa frente al sillón—. Date prisa, muero de hambre —le di una última mirada, movió su cabeza en un suave asentimiento para después darse la vuelta y entrar a la que era su habitación, prendí el televisor frente a mí y empecé a cambiar los canales hasta detenerme en uno de noticias al no tener otra opción.