Podría perder mi corazón esta noche si no te das la vuelta y te vas, porque por la manera en la que me siento podría perder el control y permitir que te quedes, porque podría tomarte en mis brazos y nunca dejarte ir.
Podría enamorarme de ti.
[Lament...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Miércoles por la noche y Niall había aparecido en mi puerta con una pizza un par de horas después de haberle contado que tal vez hoy no dormiría estudiando y terminando un trabajo bastante importante que debía entregar al día siguiente, en realidad me tomo por sorpresa no pensé que nos veríamos antes del viernes.
—Acabo de descubrir muchas cosas sobre los partos y los bebés —murmuró haciendo que despegará mi vista del libro frente a mí y reí ante su cara de horror, llevaba quince minutos leyendo uno de los libros que tenía sobre la mesa mientras yo seguía buscando un par de cosas.
—Felicidades —sonreí ligeramente observando como dejaba el libro sobre la mesa, di un rápido vistazo a mi celular para poder ver la hora "12:45"—. Sabrás un par de cosas cuando tengas hijos —bromeé.
—Por suerte tú vas a ser la mamá, no tendré que preocuparme mucho por esas cosas —sus palabras me sorprendieron, mis mejillas se encendieron y una sonrisa estaba sobre sus labios mientras se recargaba en la silla y cruzaba sus brazos sobre su pecho—. ¿Nunca has pensado en tener hijos? —cuestionó después de unos segundos en los que se mantuvo observándome y yo a él.
—Si, en un futuro seria lindo —me encogí de hombros mientras recordaba la única ocasión en que habíamos hablado de esto—. ¿Y tú?
—Supongo que sí, no ahora, me agradan los niños, pero prefiero poder regresarlo a sus papás cuando lloran —frunció el ceño y reí ante su expresión—. Pero no creo que vaya a ser un buen papá —esboce una ligera sonrisa.
—Yo creo que sí —murmuré, una media sonrisa adorno su rostro y negó—. Te he visto con niños, congenias muy bien.
—¿Nunca pensaste en que podríamos tener un niño? me refiero que, yo llegué a pensarlo —comento con un deje de nervios en su voz—. No me molestaba la idea de un bebé, algo de los dos, tal vez una niña. Igual de bonita que tú, con tú carácter y tal vez mis ojos y el talento —una inevitable sonrisa se formó en mis labios mientras lo escuchaba decir aquello y podía sentir mi corazón derretirse ante la manera en que lo decía y como por un momento su vista se perdió en algún punto de la mesa como si intentara imaginarlo.
—Lo pensé, pero aún somos jóvenes para un bebé —asintió con una sonrisa mientras fijaba sus ojos en los míos.
—Bastante y no me gusta compartir —soltó una risa y recargo sus brazos sobre la mesa—. ¿Aún no terminas? —negué al mismo tiempo en que hacía un puchero, apenas iba por la mitad y había empezado a las cuatro de la tarde, ni siquiera había hecho una pausa para comer y si no fuera por Niall no hubiera comido nada—. Tengo que irme, debo ir a una entrevista a las nueve y tomar un vuelo por la tarde a Los Ángeles —fruncí ligeramente el ceño, sin embargo, me limité a escucharlo.
—De acuerdo, gracias por la pizza y la compañía —levanté mis comisuras en una sonrisa, se levantó e hice lo mismo para poder acompañarlo hasta la puerta.