LVII

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Cuando le dije a Niall que debía hacerme nuevos estudios lo primero que hizo sin duda fue ofrecerse a acompañarme y mis padres se ofrecieron para hacerlos en el hospital en que ellos trabajan, pero de alguna manera logre convencerlos de que los harías en alguna otra clínica, incluso mentí diciendo que ya había hecho una cita, quería una prueba de GCH aparte del hemograma y si llegaban a enterarse todo iba a volverse un caos.

—Pero te has sentido mucho mejor ¿no es así?— Niall jugaba con sus dedos en el volante, manteniendo toda su atención en el camino y las indicaciones que le daba.

—Si— asentí en un ligero movimiento de cabeza —Solo es para asegurarme de que todo vaya bien— divise la clínica y señale en dirección a ella.

Cuando se estacionó ambos bajamos, su mano se entrelazándolo con la mía al instante y me fue imposible no sentir nervios.

—Te esperaré aquí ¿de acuerdo?— asentí, soltando su mano y dejando que tomara asiento en la pequeña sala de espera.

—Buenos días— le di una sonrisa al hombre detrás del escritorio blanco —Quiero hacerme un hemograma y una prueba de GCH— creo que las últimas palabras salieron de mis labios en un tono más bajo de lo que me hubiera gustado decirlas.

Un par de minutos después en los que le di mis datos personales y pagué aquellos análisis me indicó a que pasará a una pequeña habitación.

—Solo será un pequeño piquete— el torniquete presionaba mi brazo y mi mano estaba cerrada en un puño. La aguja atravesó mi piel, dando perfectamente en la vena que resaltaba y el tubo empezó a llenarse de sangre —¿Desea que sus resultados se manden a algún correo o vendrá por ellos?—

—Vendré por ellos, gracias— me dio una media sonrisa después de dejar una pequeña torunda sobre mi brazo.

—De acuerdo, en tres horas están listos— me levanté y después de volver a dar las gracias salí hasta donde Niall estaba.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios mientras salíamos de ahí y volvíamos a subir al auto.

—Tendré que regresar en tres horas, podemos volver a casa o hacer tiempo en algún lado— voltee y podía notar la preocupación en su rostro a pesar de que intentaba disimularlo.

—Vayamos a desayunar, después de eso podemos ir buscar los regalos de navidad— asentí, completamente de acuerdo y recordando que solo faltaban tres días para navidad y ni siquiera sabía que era lo que le daría.

Llegamos a un restaurante y cuando estuvimos en una mesa mi mirada fue directamente al menú, sentí mi estómago revolverse seguramente por los nervios que traía conmigo desde que salí de casa, nervios por cualquiera que pudiera ser el resultado.

Termine pidiendo lo mismo que Niall y después de darle las gracias a la chica que se había acercado a tomar nuestras ordenes mi atención se puso sobre él que me miraba con atención.

—Has estado muy distraída ¿estás bien?— tomo mis manos sobre la mesa, jugando con su pulgar sobre mi piel.

—Lo estoy, solo tengo miedo de que aun tenga anemia— mis labios se fruncieron en una mueca y me fue inevitable suspirar.

—Todo va a salir bien, tomaste muchos medicamentos, no veo por qué deba seguir igual— asentí de acuerdo con él.

—¿Te gusta estar aquí? me refiero a, estar en casa con mis papás— ladee suavemente mi cabeza, tomando sus manos y dándoles un suave apretón.

—Si, la estoy pasando muy bien. Me gusta jugar con tus hermanos, platicar con tu papá y tomar algunas cervezas y en definitiva amo a tu mamá y su comida— soltó una risa y la sonrisa en mi rostro se hizo presente.

I could fall in love; n.h. [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora