I could fall in love; n.h. [En edición]

XIII

"Buenos días, A."

Tenía miedo, miedo del golpe de realidad que vendría cuando él se fuera, pero no iba a decirle nada al respecto, lo dejaría irse y no pensaba seguirlo ni pedir que se quede conmigo, me volvería a acostumbrar a ser solo yo, a dedicar mi cuerpo, mente y alma a mi carrera y de ahora en adelante tenía que sacarlo completamente de mi mente y con el tiempo sabía que lograría sacarlo de mi corazón.

Pero hoy quería olvidar todo lo que vendría mañana, quería por un solo día hacerme la pequeña ilusión de que esto es como un jodido cuento de hadas, él estaba aquí, a mi lado, durmiendo tan plácidamente que no quería moverme para que no despertara.

Era como una maldita obra de arte, tan hermoso y complicado, podía pasar la vida contando sus lunares, podía pasar mi vida admirando la manera en que sus facciones se complementan. Ahora que todo estaba bien, quería quedarme con la mejor versión de él, quería recordarlo como realmente fue por casi dos años y tal vez en algunos años iba a poder contar que si tuve un príncipe azul.

Fui sacada de mis pensamientos cuando él se removió y sus brazos dejaron de envolverme.

—Buenos días Ni —murmuré, levanté mi rostro hacia él y sus ojos examinaron mi rostro por un segundo hasta que una sonrisa se posó sobre sus labios.

—Buenos días, A.

—¿Dormiste bien? —sus manos subieron a su rostro pasándolas por sus ojos y asintió.

—Mejor que nunca ¿y tú? —no quería levantarme de la cama, quería estar aquí todo el día.

—Igual —murmuré —tomaré, un baño —me alejé de él dispuesta a levantarme de la cama.

—Vamos a quedarnos un rato más —jaló de mi cintura para volver a pegarme a su cuerpo—. Todavía tengo hora y media antes de ir a unas fotos —inevitablemente hice un puchero.

—Es mejor que te apures, seguramente hay mucho tráfico —uno de mis brazos rodeaba su torso, pasando vagamente mis dedos sobre la piel de su espalda.

—Vendré más tarde ¿sí? —asentí sin pensarlo dos veces.

—¿Preparo algo de cenar? —dejé una de mis manos sobre su pecho y una sonrisa se formó en sus labios.

—No, yo traigo la cena —murmuró, sus dedos se presionaban sobre la piel de mi cintura mandando una corriente por mi cuerpo.

—Necesito ir al baño, enserio —volví a alejarme de él para está vez levantarme de la cama.

—¿Te puedo acompañar? —levanté una ceja ante el descaro y tomé una almohada para aventarla contra su cuerpo.

—Ni lo sueñes —tomé una toalla de un cajón y entré al baño soltando un suspiro, no quería detenerme a mirarlo sobre la cama, sabía que solo estaba en ropa interior y odiaba que se viera tan bien siendo tan temprano.