Extra I

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El mundo entero de Niall se detuvo en el momento en que vio a la pequeña bebé, su corazón se sentía lleno de felicidad y amor hacía el pequeño ser que ahora tenía en brazos y que sostenía con cuidado, con miedo ante lo pequeña que era.

Amelia dormía plenamente en la cama del hospital y Niall no podía sentir más orgullo y admiración hacía su esposa, había pasado por largas y exhaustivas horas de labor de parto, podía recordar su expresión de dolor mientras tenía las contracciones que con el paso de las horas se hicieron más constantes y fuertes, la capa de sudor que cubría su frente mientras pujaba y daba su mayor esfuerzo cuando fue el momento de por fin traer a la bebé al mundo.

El realmente quería apoyarla por completo y en todo lo que le fuera posible, aunque sabía que no podía hacer nada más haya de estar a su lado, tomar su mano, frotar su espalda y darle los ánimos que sabía que ella necesitaba.

Pensó que para el segundo bebé los nervios y la ansiedad serían menos, pero podía jurar que se sintieron como la primera vez, la emoción y el mar se sentimientos fue tan familiar.

Sus ojos analizaban a la bebé que sostenía en brazos y dormía emanando una inmensa paz y tranquilidad. Algo en él se había detonado en el segundo que la tuvo entre sus brazos, quería protegerla de todo lo que estaba afuera, quería hacerla inmensa y completamente feliz, cumplir cada capricho que tuviera y darle cada cosa que pidiera.

Hasta ese momento pensaba que los testimonios de sus amigos que ya habían sido papás de una niña eran una completa exageración, pero estaba completamente equivocado.

Apenas tenía un par de horas y desde el primer momento supo que la amaba de una manera desconocida, era su bebé, su hija, su niña. Suya, ella era suya y el corazón de él estaba siendo tomado por aquella niña.

Haría lo que fuera por ella y la sola idea de que en algún momento se enamoraría de un idiota que le rompería el corazón ya le había cruzado por la mente, le rompería la cara o lo mataría.

A pesar de todo, el miedo seguía presente, quería ser el hombre al que su hija admirará, quería ser el hombre perfecto para ella, quería ser todo lo que ella pidiera y tenía miedo de no cumplirlo.

Un puchero se formó en los labios de la bebé, su respiración se aceleraba y Niall supo que estaba a punto de llorar, ya no se sentía tan inexperto en este ámbito.

—Hey, no llores pequeña -susurro llevándola contra su pecho y meciéndola entre sus brazos—. ¿Quieres que te cante? tu hermano ama que lo haga.

Se levanto del sillón en que llevaba cerca de una hora, después de haber convencido a Amelia que él podía con la bebé y que debía dormir, realmente se veía cansada.

—Oh si, tienes un hermano, se llama Neithan y está muy emocionado de conocerte. En un rato vendrá, junto a tus abuelos —murmuro, la bebé no había llorado, pero había despertado y ahora se removía un poco entre sus brazos—. ¿Tienes hambre? mamá está durmiendo y debemos dejarla descansar.

Una de sus cejas se levantó al ver a la bebé llevar su mano a su boca, miro a Amelia que aun dormía y se debatió por unos segundos en despertar a su esposa o dejarla seguir durmiendo.

Una pequeña sonrisa de victoria se formó en sus labios cuando la bebé empezaba de nuevo a quedarse dormida, volvió al sillón y la acomodó entre sus brazos, podría dejarla en el cunero al lado de la cama, pero le gustaba así, estaba disfrutando de admirarla y simplemente sentirla cerca.

[...]

—¡Mami! —Neithan entro frente a sus abuelos, rompiendo la burbuja de silencio en que sus papás y su nueva hermana estaban.

I could fall in love; n.h. [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora