Podría perder mi corazón esta noche si no te das la vuelta y te vas, porque por la manera en la que me siento podría perder el control y permitir que te quedes, porque podría tomarte en mis brazos y nunca dejarte ir.
Podría enamorarme de ti.
[Lament...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
De alguna manera había sacado las fuerzas para no besarlo en aquel momento y después de cenar en el primer restaurante que nos cruzó por la mente y consideramos era el más cercano al lugar en que estábamos fuimos a su departamento y aunque le había dicho que podía irme a dejar para que siguiera durmiendo se negó, llevábamos cerca de una hora y me había dedica a escuchar cómo le había ido durante la semana que no nos vimos, una ligera sonrisa adornaba mi rostro mientras lo escuchaba hablar con tanta emoción de todo lo que tenía planeado hacer, sus ojitos brillaban y la sonrisa no abandonaba su rostro en ningún momento, podía sentir mi corazón latir con fuerza mientras agradecía poder ver aquella imagen una vez más.
—Ni, muchas gracias por haber ido —murmuré después de que terminara de decirle algunas cosas sobre mi semana, recosté mi cabeza sobre su hombro y volví a recordar lo que unas horas antes había sucedido.
—No me des las gracias —uno de sus brazos rodeo mis hombros y recostó su cabeza sobre la mía, lo oí soltar un suave suspiro mientras su mano frotaba suavemente mi hombro buscando reconfortarme.
Mi mirada vagó por el lugar, algunos recuerdos volvieron a venir a mi mente junto a algunos pensamientos que había tenido durante estos días.
—Tuve miedo, por un momento no supe que hacer —admití volviendo a sentir el nudo formarse en mi garganta y pegando un poco más mi cuerpo al suyo.
—Lo sé, me preocupe mucho por ti, no sé cuántos semáforos me pase para poder llegar lo más rápido —solté un suave suspiro—. Mientras yo pueda, estaré contigo.
—Yo puedo cuidarme sola —presioné mis labios en una sonrisa mientras llevaba mi mano por detrás de él y la dejaba sobre su espalda—. Pero muchas gracias —murmuré levantando un poco mi rostro hasta dejar un rápido beso en su mejilla.
—No hay de qué, siempre tenlo presente —la media sonrisa en su rostro fue sustituida por un bostezo y me separé un poco de él.
—Es hora de que me vaya —sus ojos vieron los míos por un segundo y se limitó a asentir antes de levantarse—. Voy a tomar un taxi ¿sí? —me levanté del sofá, acabamos de llegar y no quería que causarle más molestias y menos robarle horas de sueño.
—No, iré a dejarte a tu departamento —fruncí el ceño y negué en un movimiento de cabeza—. Si Amelia, no seas terca —volví a negar.
—Puedo irme sola —me fue inevitable reír al verlo rodar los ojos, pero las ojeras debajo de estos eran muy marcadas y podía ver el cansancio en su mirada—. Niall te estás cayendo de sueño, no te preocupes en llevarme.
—Mejor quédate conmigo, por esta noche —murmuró buscando mis ojos, una de sus manos viajó hasta mí hombro y sentí mi corazón dar un vuelco.
—Ni, no creo que sea lo más correcto —murmuré de la manera más vaga, recordarlo que meses atrás ya había cedido a esto y fui interrumpida por él.