Justo como me gusta culpar a Disney por poner mis expectativas altas en hombres, me gusta culpar a las película de Hollywood por hacer ver fácil como colarles en una casa.
Tuve que ponerle atención a donde pisaba para apoyarme, estar segura que no hacía ningún ruido y finalmente... No caerme.
Honestamente, no creo que haya rezado tanto en mi vida.
Dios, por favor no me dejes caer.
Dios, por favor ayúdame.
Dios, por favor no me dejes morir, no así.
Dios, POR FAVOR no dejes que él se despierta y piense que soy una niña rara y acosadora que le gusta observarlo afuera de la ventana de su cuarto.
Pienso que pasé la mayor parte del tiempo rezando por la ultima.
Cuando finalmente lo logré. Miré adentro tras el vidrio.
Aww. Reece seguía dormido.
Okay, eso fue demasiado acosador.
Mis dedos delicadamente comenzaron a abrir la ventana y lentamente levanté mi pierna y así entré a su habitación.
Me maldije por haber hecho las cosas por impulso; no puedo creer que no me cambié antes de decidir hacer esto. Me refiero, estaba utilizando una camiseta y unos muy cortos pantalones. Muy pero muy cortos pantalones.
Me tomó un momento para entender las cosas.
Estaba en la habitación de Reece Carter.
~*~
Estoy segura que mi latido era lo suficientemente fuerte como para despertarlo.
¡¿EN QUÉ DIABLOS ESTABA PENSANDO?!
¿Entrar a su cuarto? ¿Tratar de recuperar mi diario? ¿Okay, que rayos iba a hacer si él se despertará?
En ese momento, tenía dos opciones:
1. Coger mi diario y largarme.
2. Marchame de inmediato
Excepto que había un pequeño problema para completar una de las dos opciones, tenía que hacerlas sin despertar a Reece.
Esto empezaba a sonar como una película de Hollywood.
Miré a su mini repisa. La cubierta dorada de mi diario estaba brillando como algún premio.
Pues, sí, eso era para mí.
Pronto, me encontré tomando pequeños pasos hacia este, hacia donde Reece esta acostado en su cama. Todo lo que tenía que hacer era alcanzar mi diario y huir.
Mi diario: tan cerca pero tan lejos.
Todo lo que tenía que hacer era inclinarme hacia donde Reece, solo un poco... Un poquito más... Casi lo alcanzó...
De repente, me incautaron por la cintura, volteada alrededor y me encontré situada en el cálido y muscular cuerpo de Reece Carter.
Oh mierda.
La luz de la luna iluminaba su cara y vi como sus verdes ojos relucían.
Sí, ellos no estaban muy contentos.
Mi respiración era pesada, nuestros ojos se quedaron conectados. Su agarre era lo suficientemente apretado como para asegurase de que no me iría a ningún lado.
Bueno, con todas la chispas que corrían por mi cuerpo, no creo que quería irme a ningún otro lado aun.
Vi una ola de humor en sus ojos justo cuando sus labios formaron su famosa sonrisa.
- Wow, definitivamente apestas haciendo esto. - Él se refería a mis habilidades en 'escabullirme'. - Pero puedes cocinar, ¿verdad? -
En realidad no sabía que decir. Estaba superando el hecho de que él no parecía enfadado o bueno.... Espantado.
Así que comencé a luchar para librarme de su control y solté una nerviosa risa. - Quítate de mí, pesas como cien toneladas. -
Él parecía ofendido. - Sabes, Chloe, es bueno que yo tenga un autoestima alto. Eso pudo haber herido mis sentimientos. -
Alejé la mirada, tratando de ocultar la sonrisa y luego empecé a pegarle en el pecho.
En alguna parte en mi mente me estaba preguntado si le estaba pegando para que me liberará, o era porque me gustaba tocarle su tonificada y desnuda parte superior del cuerpo.
¡¿Espérense, qué?!
- ¿Por qué no estas usando una camiseta? - Me quejé, él estaba haciendo esto mucho más difícil de lo que era.
Él miró a mi cuerpo y sonrió.
- ¿Por qué tú sí llevas una camisa? -
- Pervertido. -
- Pues, al menos no me coló en las habitaciones de otras personas. - Me sonrojé de la vergüenza y estaba agradecida que era sufímente oscuro como para que Reece no lo viera.
- Devuelveme mi diario, Reece. -
Su tono deliberadamente cambió a uno donde un maestro de primeria le hablaría a un travieso niño.
- Ahora, Chloe, ¿qué es lo que normalmente decimos al final de una oración cuando queremos algo de alguien? -
- Err... ¿Por favor? -
- Bien, estas progresando. Ahora, intentémoslo de nuevo, ¿de acuerdo? -
después de unos minutos de pegarle y de luchar, me rendí.
- Esta bien, - Suspiré. - ¿Por favor de devuelves mi diario? -
Él me guiñó.
- No. -
~*~
El imbécil era como una pared de ladrillos. Él no se movía.
- En serio, si no me paras de golpear, voy a declarar una orden de restricción... O demandarte, ¿y sabes qué? -
- ¿Qué? - Él se inclinó, bajándole a su sexy voz española y susurrarme al oído.
- No me podrás ganar. -
Medio tiempo, no sabía si reírme a su arrogancia o llorar de la frustración. Mis manos me dolían por las numerosas veces que intenté liberarme.
Si no hubiera acelerado las cosas. Si no hecho las cosas por impulso.
Si solo... Un momento.
Esta parte de mi vida se llama: No teniendo otra opción.
Acerqué mi cabeza hacia delante... Y lo besé.
Al principio él estaba tenso por la sorpresa y yo temía a la humillación si él se alejase.
Solo que no lo hizo. Suavemente tracé sus labios y sentí su firme cuerpo relajarse. Luego de un largo y duradero momento, Reece Carter me besó también.
La chispas surgieron con unas suaves cosquilla en mis labios, pero luego sentí como fuegos pirotécnicos se volvían, dándonos la oportunidad a los dos de tener la fuerza para un hermoso y apasionado beso.
Así que podrán imaginarse cuanto tiempo me tomó para tener la oportunidad de pegarle entre sus piernas.
Duro, muy duro.
Él dejó un agudo chillido de dolor y me dejo ir.
Es ahora o nunca.
Agarré mi diario de la repisa y salté de la ventana.
Esto definitivamente parecía como una película de Hollywood.
Entré a mi cuarto, cerré la ventana, la cerré con llave y también moví las cortinas juntas.
No me atrevía a ojear.
No creo que quisiera hacerlo.
En vez, me deslicé bajo la pared de mi habitación, levanté mis piernas y me traje lo dedos a mis labios.
Aun podía sentir el dulce sabor de sus labios en los míos.
~*~
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The Bad Boy, Cupid And Me [Español]
Teen FictionReece sonrió, - Créeme, Chloe, la chica buena siempre se enamora del chico malo. Chloe Armel es la chica buena. Nunca se mete en líos, obtiene excelentes calificaciones y es amada por todos. Entra Reece. Salvaje, rudo, y tiene honestamente un ego qu...