Día 8

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In Na POV

Hoy terminaron los juegos de primavera, mi equipo y yo no logramos pasar a cuartos de final a pesar de haber hecho un buen trabajo en la primera ronda así que no asistí a la ceremonia de clausura, en lugar de eso preferí volver a casa temprano. Ha estado nublado todo el día y parece que va a llover pronto, menos mal que traje mi paraguas conmigo. 

Tomo el autobús para volver a casa y me dedico a observar nuestro paisaje citadino mientras pienso en las cartas que recibí ayer. Sigo sin entender a qué se refiere mi escritor anónimo, tal vez lo entenderé la próxima vez que vuelva a escribirme. ¿Y si no lo vuelve a hacer? ¿Y qué quiso decir con eso de que llevaría el arrepentimiento de no haber cruzado aquel jardín a mi alrededor?  Tal vez se refiere al hecho de acercarse a mi. ¿Por qué no lo hace simplemente? 

Cierro los ojos y suspiro, para ser sincera hubo un momento en el que crei que JooHeon podría ser ese mensajero secreto. De algún modo lo ansiaba pero ayer me di cuenta de que se trata de dos personas completamente distintas. 

JooHeon... Recuerdo su bonita carta y una sonrisa esboza mi rostro. Hoy no lo ví por ningún lado. ¿Habrá ido a la clausura de los juegos? Si es así que pena, me perdí la oportunidad de verlo otra vez. 

Desde la ventanilla del autobús puedo ver las personas correr apresuradamente en busca de refugio, la lluvia los ha sorprendido y debido a que el autobús se detuvo puedo observar a una pareja caminar a lo lejos, sin mucha prisa o preocupación por mojarse, al contrario, parecen disfrutar de la lluvia, repentinamente una hermosa fantasía viene a mi mente.

—¿Está ocupado este asiento?— una voz interrumpe mis pensamientos.

—Claro, no...—No, tonta—Quiero decir que está libre— invito al dueño de la voz a sentarse. Está empapado por la lluvia pero eso solo lo hace ver más atractivo. Siento mis mejillas ruborizarse. 

—Volvemos a encontrarnos In Na— sus hoyuelos aparecen cortando mi respiración. 

—Asi es, Lee JooHeon— digo su nombre que es lo único que mi mente máquina en ese instante.

—¿Leíste mi carta?— dirige su mirada al asiento de enfrente mientras juega con sus dedos. ¿Está nervioso? Me siento muy nerviosa también de tenerlo a mi lado. 

—La leí, me gustó mucho— sin darme cuenta comienzo a jugar con mis dedos también.

—¿Enserio?— su vista regresa a mí pero no puedo mirarlo a los ojos— Estaba asustado de incomodarte o de que no la leyeras. Debes recibir muchas cartas todos los días, alguien tan bonita y talentosa como tú— sonríe rascándose la nuca y mi rostro debe parecer un rojo tomate con lo que acaba de decirme. Si supiera que casi nadie lee mis escritos en el periódico y mucho menos me escriben— Ha In Na— continuó— ¿Me darías tu número de teléfono?— Me entrega su celular y lo tomo para comenzar a registrarlo, este chico es increíble.

—Aquí tienes— le entrego el celular y él parece recuperar la confianza en si mismo porque se acerca más a mi para colocar un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. 

—Wow mira lo que encontré detrás de tu oreja— como si fuese una especie de mago, JooHeon abrió su puño y dejó caer un pequeño dije sobre mi mano. Lo tomé con delicadeza mientras lo inspecciona cuidadosamente, se trataba de una pequeña rosa de metal.

—Oh, es demasiado lindo. No debiste molestarte— le miré con sorpresa. 

—¿Qué dices? Pero si es tuyo, yo solo lo encontré detrás de tu oreja— siguió con la broma— que bueno que te guste, puedes ponerlo en tu celular y así nos deshacemos de ese dije del pececito del acuario— soltó una risita. 

—¿Cómo sabes que había puesto el dije del pez en mi celular?— pregunté sorprendida, JooHeon se rascó la nuca nuevamente.

—Yo... Lo noté ese día que te miraba desde el balcón de la biblioteca— sonrió dejándome sin aliento otra vez. ¿Es que quieres matarme JooHeon?

El autobús se detuvo, al observar la ventanilla noté que habíamos llegado a mi parada así que tenía que despedirme. 

—Debo bajarme aquí, nos vemos pronto— le sonreí aún nerviosa y él me permitió bajar. 

—Cuidate, estoy feliz de haberte encontrado otra vez— me dijo con una brillante sonrisa y las mariposas en mi estómago crecieron en número, no me dejaban tranquila esta vez. Cuando bajé del autobús tuve que detenerme un momento antes de seguir mi camino a casa pues los latidos de mi corazón iban a mil por hora. 


Hola hermosas personitas que leen esta historia. ¿Cómo están? 😊
¿Que les está pareciendo la historia? Espero les haya gustado este episodio también, ya falta muy poco para el final, voy a esforzarme por actualizar con mayor frecuencia. Por ahora me despido, las quiero mucho 😘✨



12 días [Lee Jooheon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora