Capítulo 21

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Stef esperaba con inquietud la respuesta de Borja, no sabía que la había impulsado a invitarle pero de lo que estaba segura es que deseaba verlo, desea desconectar un poco de todo aquello que le preocupaba. Y simplemente pasar un buen rato, amaba a su hija, ella era su vida de eso no había duda, pero habían ocasiones en las que debía pensar un poco mas ella.

Pasaron alrededor de diez minutos en los cuales observaba como Sofia dormía plácidamente, era uno de los momentos que le gustaba apreciar de su pequeña.

Pero la vista era un mejor con Eros a su lado, el ver como su mejor amigo observaba a su hija le calentaba el corazón de una manera que no sabría explicar y aunque en ese momento él estuviera enojado con ella (lo cual comprendía). Stef era consciente del amor incondicional que Eros profesaba por Sofia, el cual había llevado a que muchas personas pensaran que él era el padre de la niña, rumores que ella no desmentía. Porque le daba igual lo que las personas pensara de ella y si Eros era un modelo de padre ejemplar a pesar de contar con un paso bastante turbio ¿Pero quién no tiene demonios muy oscuros en el pasado? pensó, a ella le hubiera gustaba que su amigo fuera el padre de su hija, porque solo de pensar de cómo Sofia fue concebida todo dentro de ella se revolvía.

El mensaje tan esperado llego a su móvil y al ver la respuesta de su compañero una pequeña sonrisa ador5no su rostro.

- ¿Un enamorado?- pregunto Eros con cautela.

- No.

- Tu sonrisa no dice lo mismo.

- ¿Mi sonrisa?- respondió ella.

- Si, estas intentado contener una sonrisa tonta que te provoco el mensaje que te acaba de entrar.

- ¿Aun eres muy observador querido Eros?

- Lo soy. ¿Entonces si tenemos un enamorado?

- Para nada.

- Claro...

- Hablo en serio, solo es un amigo y mi compañero de trabajo.

- Así que tu compañero de trabajo te saca una sonrisa boba, interesante.

- Tarado- Eros simplemente se encogió de hombros.

- Solo hago una pequeña observación.

- Cambiando de tema, ¿Podrías quedarte un rato con Sofi mientras bajo a la cafetería porque necesito comer algo?

- Por supuesto, no hay problema.

- Gracias.

- No hay nada que agradecer, por muy molesto que este contigo siempre voy a ver por el bienestar de las dos mujer de mi vida- esas palabras hicieron que Stef se sintiera especial, muy pocas veces en su vida era receptora de palabras tan sinceras.

- Te amo.

- Lo sé.

- Pero aun sigues enojado, ¿Verdad?

- Verdad.

- ¿Me perdonaras?- pregunto ella con duda.

- En algún momento lo haré. Porque a pesar de tus errores te amo y eso no lo cambiara ni la más grande metedura de pata.

- Yo...

- No tienes que decir nada.

- Pero quiero decirlo.

- Pero no es el momento ni el lugar y lo sabes.

- Lo sé- acepto ella derrotada.

- Cuando todo esto pase tu y yo hablaremos.

BorjaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora