•ＩＭＰＯＳＩＢＬＥ• [RUBEGETTA/RUBIUSPLAY]

ᴄᴀᴘíᴛᴜʟᴏ 10 [ᴘᴀʀᴛᴇ Ⅱ]

   Auron apretaba mi mano de vez en cuando obligándome a alzar la cabeza y ayudarlo a buscar. Ya habíamos recorrido aquel lugar al menos dos veces tratando de encontrar a nuestros amigos, pero por algún motivo aun no lo conseguíamos. Estábamos a punto de darnos por vencidos cuando un chico con el disfraz de Deadpool nos saludó, al lado de él se encontraban otros dos chicos más: Uno iba disfrazado de Pirata y otro de Robín.
   - ¿Quién cojones es ese tío? –Le pregunte a Auron-.
   -Es Luzu –Respondió-.
   Yo mire extrañado a Deadpool. ¿Era broma?
   Sin esperar más, Auron me jalo en dirección de aquel extraño chico, en menos de un minuto ya estábamos llegando con él.
   - ¡Auroncito! –Gritaba Luzu-. ¡Te quedo perfecto!
   Dijo refiriéndose a su disfraz.
   -Luzu, tío, no se lo tienes que recordar–Luzu me miró fijamente-. Por cierto, todo quedo muy bien...
   - ¿RUBIUS? –Grito de nuevo-.
   Auron soltó una carcajada.
   - ¿A qué se ve hermosa? –Dijo Auron-. Esta noche es mi pareja.
   - ¿Tu pareja? –Me quede mirándolo-.
   -Obvio, esa era la meta.
   Luzu soltó una carcajada.
   -Bien, pues entonces por esta noche somos novios –Dije al fin-. Ven acá, me debes un be...
   - ¿Rubius?
   Aquella voz que estuve deseando escuchar durante días estaba ahí, justo detrás de mí mencionando mi...nombre.
   Mis manos comenzaron a temblar, pero eso solo hiso que me obligara a verlo. Y ahí estaba, tan hermoso como siempre. Su torso estaba cubierto por una pintura de color oro junto con sus brazos y su cara. Solo traía una falda, esta era de color negra con detalles dorados, en sus pies, lucia unas sandalias con cordones dorados que le llegaban hasta la rodilla; en su cabeza descansaba un sombrero de rey egipcio de color oro y negro como la demás vestimenta. En sus manos tenía brazaletes dorados y de su cuello colgaba una cadena con un triángulo en ella completando al cien su disfraz.
   Podía sentir como el aire escaseaba alrededor de mí.
   -Eh Vegetta –Hablaba Auron-. Cierra la boca, no se te vaya a meter una mosca...
   Todos rieron menos Vegetta y yo.
   Me había quedado anonadado al verlo ¿Enserio era él? Se veía...precioso.
   -Hola Veg –Dije-.
   -Hola...-Dijo sonriendo-. Te ves...
   -Bueno chicos, nosotros nos vamos –Interrumpió Auron de nuevo. Lo mire-. Mi novia y yo nos vamos a bailar que a eso hemos venido.
   Auron y Vege intercambiaron miradas.
   - ¿Tu novia? –Fue lo último que escuche decir a Veg antes de que Auron me empujara a la pista de baile-.

                                                        -VEGETTA-

   Ni siquiera me había dado tiempo de decirle lo hermoso que se veía esta noche.
   Ni siquiera pude decirle si quería bailar conmigo o de nuestra cita. Todo estaba siendo un fiasco, mientras él estaba bailando yo estaba a punto de largarme a llorar. No podía soportar verlo con Auron, me mataba el cómo agarraba su cintura y como lo abrazaba, simplemente era...insoportable.
<<Deberías ser tú el que estuviera bailando con él, no Auron>> Me repetía mi subconsciente.
   - ¿A ti también te dan celos de verlos juntos? –Preguntaba Luzu-.
   Abrí los ojos como plato. ¿Enserio se me notaba tanto?
   -Me encantaría poder castigarlo –Dije-. Y no me refiero a golpearlo –Ni siquiera sabía que decía-. Quisiera tenerlo en mi cama y...
   -Yo también quiero eso –Dijo Luzu-. Pero Lana...
   Empezaba a creer que el trago que había bebido comenzaba a hacer efecto.
   - ¿Sabes qué? Voy a ir por él y lo sacare de aquí –Luzu me miró fijamente-. ¿Dónde íbamos a tener la cita?
   Luzu señalo un pequeño callejón lleno de enredaderas.
   -Entra a ese callejón y llegaras a una mesa, todo está listo –Dijo-. Incluso la comida.
   Asentí, tomé mi dignidad y me dirigí hacia él. Sus piernas blancas saltaban a la vista, eran largas y preciosas, vestido así todos podían jurar que era una mujer, una hermosa y sexy mujer. Escenas nuestras pasaron por mi cabeza, todas subidas de tono, en cuestión de segundos sentía como todo subía su temperatura. Cuando menos lo esperaba ya estaba a su lado.
   Sus movimientos eran perfectos, era como si supiera exactamente lo que me gustara y lo hiciera a propósito.
   -V-Vege –Apenas y podía hablar-. ¿T-tú quieres b-bailar?
   Sin previo aviso lo tomé de la mano y lo conduje fuera de la pista de baile.
   -Te tengo una sorpresa.
   Sus ojos se iluminaron.
   -Ven vamos –Dije mientras nos introducíamos al pequeño callejón que había preparado Luzu para nosotros-.