•ＩＭＰＯＳＩＢＬＥ• [RUBEGETTA/RUBIUSPLAY]

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 17

MARATON 1/3

-OCHO MESES ANTES-

-AURON-

   - ¿¡Qué más quieres Auron!? ¡Es lo único que tengo!
   Voltee los ojos a modo de irritación. ¿100 diamantes? Vaya cabron.
   -Me marcho –Anuncié y pasándole a un lado, comencé mi camino-.
   Era el hombre más poderoso de Karmaland, aunque dijeran que lo era Vegetta. Ambos sabíamos que era mentira y que el dueño entero de aquel pueblo de mierda, era yo.
   -Te doy mi casa, pero follatelo –La voz de Fargan me detuvo en seco-.
   ¿Su asquerosa casa? Menuda mierda.
   -Conserva tu mierda –Dije-. Lo hare solo por diversión.
   - ¿¡Enserio!? –Grito. A los segundos sus brazos rodeaban mi cintura-. ¡Eres el mejor, tío!
   Sonreí y me solté de su agarre.
   -Sí, sí, a la mierda.
   Mirando a todos lados, proseguí mi camino y salí de ese lugar.
   ¿Por qué tanto drama con Rubius? ¿Qué tenía en el culo? ¿Por qué mierda todos se lo querían follar? Era lindo, sí, pero es estúpida toda la obsesión que tienen con él.
   ¿Una casa y 100 diamantes por follarmelo? Vaya que era importante para todos.
   Estaba a punto de dar la vuelta en la esquina para dirigirme a mi casa cuando aquel chico del que todo el pueblo hablaba salió de su escondite. Iba caminando con Vegetta.
   Un dolor en el pecho que no supe identificar me abordo, pero en cuanto conectamos miradas, una felicidad que no había sentido en toda mi vida me hiso tambalear.
   Sin pensarlo, levanté la mano para saludarlo y pude observar como el sacaba las manos de su sudadera y sonriendo me devolvía el gesto.
   <<Si entras a su juego, perderás.>> Me había dicho Luzu en cuanto le conté en donde me quería ir a meter.
   ¿Qué tenía que perder? Nada. Era el más poderoso y no necesitaba nada (Ni a nadie) Lo único que quería era divertirme y que mejor que con Rubius.
   Si perdía algo, solo serían unos cuantos diamantes que en menos de una semana tendría de nuevo en mis manos.

   ¿Rubius sería un problema? Imposible.

-ACTUALIDAD-

-VEGETTA-

   Las lágrimas picaban en mis ojos, pero no me permitiría llorar; no por alguien que no vale nada.
   <<Nunca te dejare, incluso si lo hago, ten por seguro que te amare eternamente.>>
   Aquellas palabras que tantas veces me dedico ahora no valían nada. Aquellos besos, caricias, susurros, cada una de las cosas que hiso y dijo por mí, ya no significaban nada. Ahora solo era una persona que solía conocer y nada más. Un chico hermoso que haría lo que fuera por ti, que te amaba y hubiera preferido la muerte antes que alguna otra mierda. Rubén Doblas, un pueblerino que se metía en la cama de quien se le pusiera enfrente; un chico mimado y querido por todos, ese era él y nada ni nadie lo podía cambiar.
   <<Ahora estoy con Auron>>
   Y por el otro lado, Raúl Álvarez, uno de los accionistas más respetados en Karmaland, amigo del ex alcalde y de los guerreros más poderosos del pueblo. Un ser irrespetuoso y orgulloso, sarcástico y divertido. Era todo lo que yo nunca pude ser y lo odiaba. Odiaba su imagen y todo lo que tenía y más ahora que sabía que el amor de mi vida estaba con él, lo odiaba muchísimo.
   Pero ¿Qué ganaba odiándolo? De todas formas, Rubius no lo dejaría y sabia, en el fondo, que esa decisión había sido culpa mía, si él estaba con Auron era por mí, para olvidarse de todo lo que vivimos y del amor que aun siente por mí.
   <<Estar aquí no te hace bien>>
   De una me puse de pie. ¿Qué había sido eso? ¿De dónde provenía esa voz? Sin dudarlo, desfundé mi espada y me puse alerta. Buscando en todas las direcciones por si acaso veía algo o a...alguien.
   << ¿Qué pasaría si Auron desapareciera? ¿Crees que regresaría a ti?>>
   Un escalofrió que no había sentido en mi vida se hiso presente. ¿Qué era eso? Y casi como si lo llamara, una anciana vestida de negro salía de detrás de un árbol, dejándome atónito ante la vista.
   En su espalda, un par de alas de color negro aleteaban, levantando hojas y flores a su alrededor y estaba ese fuego, un fuego de color azul verdoso, un color que jamás en mi vida había visto, el cual surgía desde mitad de su espalda hasta la punta de aquellas alas.
   Era tan hermosa que me costaba respirar.
   -Hola Vegetta –Dijo con voz ronca, pero firme-.
   Mi cabeza comenzaba a dar vuelta. ¿Cómo sabia mi nombre? Estábamos en medio de la nada. Después de perder al amor de mi vida, había salido corriendo, sin saber muy bien a donde ir, llegue a un pequeño lago escondido, el cual se notaba desolado y espeluznante (Cosa que no había notado hasta ahora, con la anciana frente a mí.)
   - ¿Q-qué quiere? –Dije en un hilo de voz-.
   Fue hasta entonces, que, con paso lento se acercó a mí, ocultando a su paso las alas y aquel fuego hermoso que estas desprendían.
   -Tú me llamaste –Dijo-. Tú me necesitas.
   Fruncí el ceño. ¿Estaba loca?
   - ¿Cómo la llamaría si ni siquiera la conozco? –Su mirada se suavizo-.
   - ¡Oh pequeño! –Dijo en tono dulce-. Soy la única que podrá sanar tú corazón cuando el muera...
   Mis ojos se abrieron como platos.
   - ¿Quién va a morir? –Podía sentir como mi corazón comenzaba a acelerarse-. ¿Quién morirá?
   Una sonrisa casi imperceptible adorno su delgado rostro.
   -Aquel chico de cabellos despeinados –Pronuncio-. El chico más noble de este pueblo, el amor de tu vida... Rubén....

   Y entonces, el tiempo simplemente, se detuvo.

¡Esto solo es el principio de lo que viene!

Muchísimas gracias por todooooo 🤞💖