Los rayos de luz atravesaban la delgada cortina que colgaba de mi ventana iluminando todo a su paso. Un extraño dolor en el cuello me abordo en cuanto intente moverme por lo que de inmediato me retracte y permanecí quieto de nuevo. Intentando guardar la calma volví a moverme esperando aquel dolor que segundos antes me había abordado, sin embargo, este no apareció. Una ligera sonrisa broto de mis labios aliviando el sentimiento de terror que se había instalado en algún lugar de mi estómago.
Con mucha pereza me levanté y me dirigí al baño, encontrándome rápidamente con mi reflejo en el estúpido espejo. Las ojeras se hacían presente por debajo de mis ojos, mi cabello rubio estaba hecho un desastre y ni hablar de mi cara en general.
- ¿Qué coño te pasa Rubén? –Me decía a mí mismo observando detenidamente cada rincón de mi cara-. Eres un puto desastre, tío.
Una ducha rápida basto para despertar del todo y ayudar en mi aspecto. Ese día no tenía planes, pero no quería decir que me quedaría en casa. Buscando en la maraña de mis pensamientos me encontré deseando ir a minar por lo que, sin pensarlo más, tome mi pico, mi mochila y un poco de comida, aquello me llevaría horas y lo sabía.
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-Venga ya, solo quiero un diamante más –Me repetía la misma frase por quinta vez. Tenía más de cien, pero uno más no le hacía daño a nadie o ¿Si? -. Venga, sal ratita...
Estuve picando lo que pareció un minuto más, sin embargo, al sacar mi móvil me percaté que ya había pasado al menos hora y media desde mi pequeña decisión. Harto de ver piedra y granito a mi lado me dispuse a regresar a mi casa, pero antes de eso pasaría por Karmaland, el pequeño pueblito al que pertenezco y donde he pasado momentos inolvidables al lado de mis mejores amigos.
Sin esperar más me adentre a sus pequeñas calles y termine frente a la taberna oscura, mi mayor adquisición dentro de este pueblo o eso creía...-VEGETTA-
Las luces del restaurante estaban totalmente apagadas, no sabía porque, pero un presentimiento me decía que esto se debía a Lobo Nocturno y el pánico que generaba en todo el pueblo de Karmaland. Ante aquel pensamiento no pude evitar comenzar a reír, no podía imaginar que alguien le temiera tanto como para tomar medidas tan drásticas, aun así me quedaría sin comer una vez más.
Estaba dispuesto a volver a mi fortaleza cuando música lejana llamo por completo mi atención. Cuanto más caminaba la música se intensificaba y me llamaba a entrar. Era una especie de cueva con escaleras de color negro, había estado solo una vez ahí y eso se debía a la inauguración y a mí mejor amigo: Willy.
Pero esta vez no había ninguna inauguración ni nada solo la curiosidad y el hambre.Las luces eran de todos los colores que yo conocía, pero eso no fue lo que me dejo atónito; frente a mí se encontraba un puñado de hombres, todos de distintas edades, todos ellos admiraban a un solo chico que, para mi mala suerte no conocía.
Evitando aquel espectáculo decidí pasar directo a la barra y pedir algo de comida para llevar.-Hola Samu –Saludaba el barman con una sonrisa-. ¿Qué quieres tomar?
Mi mirada estaba puesta en el pequeño menú que ofrecía la taberna por lo que no le preste mucha atención a este.-Quiero una hamburguesa, una cerveza y tal vez unas gomitas...-Dije aun mirando el descuidado papel en donde se encontraba el menú-. Todo que sea para llevar.
Un asentimiento basto para que el barman se perdiera de mi vista. Minutos después, algunos gritos llegaron desde las escaleras advirtiendo que fuera de este lugar se estaba llevando a cabo una pelea. Decidí no prestar mucha atención dado que no quería meterme en problemas, no esa noche; además estaban los guardias, ellos se harían responsables o al menos lo intentarían.-RUBIUS-
Estaba disfrutando del pequeño espectáculo que se había generado a mitad de mi taberna cuando un tío mayor entro y comenzó a amenazar a todo mundo diciendo que, si no le dábamos algo de dinero nos mataría a todos. Era obvio que no sabía quiénes eran los dueños de aquel local <<Que estúpido, pensé>>
Dejaría que se largara solo si no me molestaba, si lo hacía pagaría las consecuencias.
Dispuesto a ignorarlo me deje llevar por la música y trate de terminar mi cerveza, la cual comenzaba a afectarme. Un minuto después sentí un terrible dolor en la mano seguido de un golpe en la cara. Tarde algunos segundos en reaccionar y darme cuenta que aquel tío me acababa de golpear.- ¿¡Qué coño te pasa!? –Grite atrayendo toda la atención de la gente a mi alrededor-. ¡Eres un gilipollas!
Sin pensarlo una vez más lo empuje y este cayó de espaldas, era obvio que no esperaba aquello y yo ni siquiera sabía lo que estaba a punto de pasar. Lo tome de su sucia playera y lo arrastre fuera de la taberna, no estaba dispuesto a dejar pasar lo que me había hecho, esto me lo pagaría y muy caro.
En medio de todo el alboroto alguien comenzó a gritar << ¡Pelea!>> Pero sinceramente eso era lo de menos, ahora lo único que necesitaba era romperle la cara a ese hijo de puta e irme a dormir.El tío se dio cuenta de mis intenciones ya que de inmediato se puso de pie y me reto a golpearlo. Estaba a punto de echármele encima cuando unos brazos me rodearon por la cintura, impidiéndome ejecutar la acción. Incluso antes de mirarlo ya sabía a quién pertenecían, era él, era Samuel...Samuel de Luque.
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•IMPOSIBLE• [RUBEGETTA/RUBIUSPLAY]
RomanceEn un mundo donde todo era caos y destrucción, apareció un Ángel; el cual poseía un demonio dentro. No fue hasta la llegada de sus hermanos que todo comenzó a oscurecer, todo comenzó a perder...vida. Si aquel chico de ojos violetas no podía salvar...