31

2.1K 226 94
                                    

Sakura

— Oh, con que aquí estabas... —solté mientras entraba al mausoleo donde el rubio descansaba.

— Vete.

— Reiji me dijo que tu tenías mi uniforme. No se porque lo tienes tu —pensé en voz alta—, de todas forma damelo.

Suspiró con molestia.

— Vete.

Me paré a su lado retandolo con los brazos cruzados y una ceja levantada.

— Ruegame —sonreí altanera—. Ruegame que me vaya y lo haré.

— Será mejor que te vayas, porque no me haré cargo de lo que suceda si te sigues quedando aquí.

Bostecé aburrida y di media vuelta largandome de ahí. El rubio agarró mi cuerpo entre sus brazos,, sentí toda su anatomía en mi espalda.

— Te lo advertí —susurró.

— Pero si me estaba yendo...

— ¿Creiste que te dejaría ir? Teniéndote en estas cuatro paredes sola... Lejos de todo y de todos.

Su arrancó de un tirón destrozando mi camisa y separandome de él.

— ¡¿Estas loco, Shuu?!

Sonrío arrogante teniendo parte de la tela en su mano, la acercó a su nariz inspirando el olor.

— Este olor definitivamente va a estar en mi cama.

— Ya quisieras —escupí irónica.

— ¿Quieres apostar? —se acercó a mí esperando que retroceda pero no pensaba hacerlo.— Estaras en mi cama rogando que pare. Gritando mi nombre y yo me aseguraré de grabar esos gloriosos gemidos tuyos diciendolo para reproducirlos siempre en mi auricular.

Ahogué un gemido al escucharlo y el rubio sonrió.

— Te apuesto a que pasará, Sakura.

— No lo creo. Según tu padre solo puedo acostarme con Adán.

— ¿Y qué crees que estoy diciendo, pequeña?

— ¿Aseguras que te voy a elegir a ti? —largué una carcajada— Sigue soñando, dulzura.

— Es un hecho. Si no lo haces... Voy a dejarte una pequeña advertencia.

— ¿Adv-

Sus labios se juntaron con los míos, quitándome la palabra de la boca. Su lengua me empezó invadir y yo solo soltaba gemidos.

— Si gimes por esto... No quiero imaginar como lo harás cuando te tenga en mis manos.

Maldito engreído. No puedo controlar mis reacciones.

Su mano empezó a subir por mi abdomen tocando mis pechos y luego paró  en mi cuello, agarrandolo con fuerza.

Separó sus labios a poco centímetros de los míos.

— Te noto un poco excitada, Sakura... ¿Que ocurre? —rió seco— No me digas que te gusta esto...

Su mano libre se posó mi espalda baja apretandome contra el.

— Si me dices las palabras... Prometo cumplir todas tus fantasías. No necesito amor, ¿Sabes? —rozó mis labios con los suyos, haciéndolo desear— pero... Si tu lo necesitas puedo dártelo. Después de todo, creo que me estoy enamorando de ti. ¿Así es como lo llaman, no?

Tragué duro.

Su boca bajó a mi cuello.

— No soy muy ambicioso de lo dulce. Pero esta sangre —me estremecí al sentir su lengua—, hace que me esté volviendo un adicto a lo dulce. Esta es una excepción, eres una excepción.

Y sin más preámbulos bebió de mi cuello.

— Creí... Creí que Laito era el pervertido de ustedes.

Con una voz ronca respondió:

— Estas equivocada en muchas cosas, mujer. ¿Quieres que te demuestre cuán pervertido puedo ser? ¿Cuán  perverso, posesivo y competitivo puedo llegar a ser por ti? ¿Lo quieres? —me apretó aún más a su cuerpo y gemí— Solo di las palabras, Sakura. Dilas. Ya no se cuanto tiempo podré aguantar mis ganas de ti...

Al ver que no respondí me hizo mordeduras en todo mi pecho y succionó con fuerza mi piel, dejándome marcas.

— Shuu, detente.

— Ruegame —sonrió repitiendo mis anteriores palabras—. Ponte de rodillas y ruegame.

Pasé  saliva con dificultad al ver su mirada, me sentía muy chiquita...

Espera.
¿Cuando perdí el control?

Levanté la vista determinada y me acerqué a este, empujandolo y que caiga sentado a una especie de tumba.
Me senté encima de su regazo. Y hablé  a su oído

— Fue divertido. ¿Quieres que diga las palabras? —mordí su lóbulo y besé  su cuello— Entonces, haz que desee decirlas. Ganatelas. No esperabas tener todo tan rápido y fácil, ¿O si?

— Veo que empezaste a jugar de nuevo. Pero te olvidas que tienes la sangre de Eva. Habrá momentos que serás débil

Quité su suéter dejándolo en una simple camisa, este me inspeccionaba con sus penetrantes ojos azules.

— Hazme decirlas y seré toda tuya, Shuu.

Me coloqué  el suéter saliendo rápido  de ese mausoleo  antes de que mi auto control se esfume y mis hormas me fallen de nuevo.
Me habian roto. ¡Me habian roto! Creí que al volver a ser un zorro todo volveria a como fue en un principio pero... Esta estupida sangre me esta afectando

•••

¡hola y adiós!

La rival de Yui || DL 2da TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora