La rival de Yui || DL 2da Temp

34

Reiji

—Y eso es todo lo que tenemos.

—Entonces... ¿Pueden volver por mi? —preguntó con algo de temor. Asentí— No quiero... No quiero, Reiji. No quiero volver a estar con ellos, por favor —suplicó.

Vaya... Verla suplicandome era algo glorioso. Me estaba pidiendo ayuda, a mí.

— Bueno. Supongo que no puedo permitir que me arrebaten mi juguetito después de todo.

Sus ojos se iluminaron y me abrazó.

—Gracias, Reiji. Gracias.

— No te di permiso de abrazarme —me soltó al instante.—. Bien... Como ya estas mejor, tengo derecho a reclamarte.

Dudó unos segundos y luego bajó su camisa dejando al descubierto su hombro.

—¿Que es esto?

—¿No querías beber mi sangre...?

— ¿Piensas que necesito que me digas de donde beber? —la tiré sobre mi escritorio haciendo que si espalda haga un ruido sordo al impactar—. Tú no me dices dónde debo enterrar mis colmillos, maldita zorra.

Levanté su camisa dejando al descubierto todo su abdomen y parte de su pecho.

— ¡Oye, espera un segundo estu- Auch.

Bebí y bebí con más fuerza de su cuerpo, era tan exquisita esta sangre... No estaba mezclada con la humana y eso le daba cierto sabor exótico. Solo sangre de Eva y de Zorro, que dicen que es dulce y exquisita.

Saboreé unos segundos la sangre parando de beber.

—Esto es mío. Todo mío —volví a clavar mis colmillos.

— ¿Quien te piensas que eres, eh? —rió seca.

No voy a permitir que otros colmillos se claven en su piel, todo esto me pertenece. Si es necesario dejarlo grabado en su piel, lo haré. Sobre todo cuando la vi entrar con el suéter de Shuu. No voy a darle el gusto de saber que eso me puso celoso.

—Sakura, eres y siempre serás de mi pertenencia. ¿Te quedó claro?

Volví a morderla pero esta vez en su cuello, necesitaba sentir su respiración de cerca, me... Tranquilizaba.

Laito

¿Por qué se tarda tanto? Llevo minutos estando en su cama.

— ¿Tanto vas a tardar en ducharte? —suspiré quejandome al verla salir por la puerta del baño— Estaba por entrar y hacerlo yo mismo, soy bueno pasando la esponja por cuerpos femeninos le guiñé un ojo y esta rió sutil.

— Gracias, Laito. Pero hoy rechazaré tu oferta, la tendré en cuenta para más adelante.

— ¡Con gusto, zorrita!

— Dejemonos de rodeos. ¿Que es lo que quieres?

— ¿Yo?

—Sí, tú. Me dijiste que querías una pequeña recompensa por no armar un alboroto el otro día y supongo que estás en mi cuarto para reclamarla, ¿Cierto? —caminó hacia mi con lentitud, aún con la toalla envuelta en su cuerpo, provocandome— Dime que es lo que quieres, travieso Sakamaki.

—Moo~ no sabes cuánto me fascinará hacer cosas contigo hoy —apreté sus glúteos con fuerza atrayendola—. Pero, debo rechazar tu oferta... La tendré en cuenta para más adelante —le guiña un ojo.

—Esa es mi línea, ladrón. ¿Entonces que es lo que quieres?

Me levanté haciendo que la castaña ahora quede pequeña, ya que era más alto que ella.

— Fufu~... No es digno de mí pero — tomé sus mejillas entre mis manos, mirandola—, solo quiero dormir contigo.

Fruncio el ceño.
Creo que era bastante extraño que yo solo quiera dormir con ella.

— ¿Tú? ¿Laito? ¡¿Que le haz hecho a mi Laito?! —se separó extrañada.

—Mhm... Me agrada eso de "Mi Laito", me produce —ahogué un gemido al imaginar muchas cosas— ciertas sensaciones. Incluso es una sorpresa para mi el pedirte solo esto, pero vengo con intenciones puras, lamento desilusionarte.

— Esta bien, es extraño pero... Esta bien —se encogió de hombros—. Date la vuelta, quiero ponerme la ropa.

—No me molesta dormir contigo desnuda a mi lado.

Me miró incrédula.

— ¡Esta bien, esta bien! —me di vuelta— hazlo rápido antes de que me arrepienta de que quiera solo dormir.

— ¿Sabes? Es extraño pero... Es lindo. Dormir con alguien sin ningún tipo de intención es un gesto sincero...

—Oh. No entiendo a que te refieres.

— Solo las parejas o la gente que verdaderamente se ama solo quiere dormir.

— ¿Que estas insinuando?

—¿Yo? Nada -respondió divertida—. Puedes darte la vuelta.

Luego de que ella se metiera a la cama yo hice lo mismo, acomodandome bajo las sabanas. Esta se apoyó en mi pecho.

— Si no te conociera diría que estás tratando de conquistarme...

Supongo que lo hago porque quiero que te enamores de mí tanto como yo estoy cayendo por ti.

Eso me hubiera gustado decirle pero... Mi voz no salió. Mi orgullo no me lo permitía
¿Cuando fue que me enamoré de esta zorra? Es imposible.

•••
¡hola y adiós!