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Sakura

— Un gusto hacer negocios contigo, Reiji.

—Tsk. Vete —ordenó acomodándose su ropa.

Una risita se escapó de mis labios.

—¡Cuando quieras hacerlo solo llamame!

Salí del despacho feliz por la travesura.

—¿Que hiciste? —frené en seco.

—¿Yo? Solo... Jugué. ¿Por qué?

—No quiero que estes con mis hermanos.

—¿Eso te incluye?

— ¡No te pases de lista! —agarró mi ropa con brusquedad. Yo sonreí divertida— ¡¿Que te da gracia?!

—Oh, Kanato... Mi dulce y tierno Kanato —acaricié su rostro—. Si solo querias jugar conmigo tenias que decirmelo. No hacer toda esta estúpida escena.

— ¡¿Hah?! ¡¿Quien te crees?! —quiso pegarme. Pero claramente mi mano lo evitó y clavé mis uñas en su muñeca—. Tch. Sueltame.

—Pero querias jugar conmigo, ¿O no? —me acerqué rozando nuestras narices.

No omitió palabra alguna, solo se quejaba mirandome con enojo.

Lamí su mejilla.

—Me pregunto... Que pasa si toco aquí —presioné mi dedo en su pecho esperando una reacción—. ¿Nada? Mhm... ¿Y aquí? —toqué su estómago— Tal vez... Aquí— su zona baja del estomago—. Veo que nada... ¿Y aquí? —presioné su miembro.— ¡Ahí esta la reacción que queria ver! —reí.

—¡Sueltame! ¡¿Quien te crees que eres para jugar conmigo de esta forma?!

— Creo que su padre lo dejó bien en claro: Eva —lo miré desafiante y me marché antes de que me reaccione.

Estoy segura que lo dejé con las palabras en su boca.

— Esa risita tuya siempre significa que lograste cometer una travesura.

—Subaru, hola. Puede que tengas razón... Reiji y Kanato estaban aburridos asi que... Me encargué de entretenerlos —reí—. ¿Tú también?

—Tch. No jodas, no soy como ellos.

— ¿Are? Pero si a ti... —di zancadas hasta llegar a su espalda y lo detuve con mis manos en sus hombros— Te hace falta diversión.

En su cuello le dejé una pequeña marca debido a la succión que hice en esa zona y cuando se volteó enfadado hacia mi le robé un beso y salí corriendo. Conociendo a Subaru, no me seguiría debido a la vergüenza que sentiría en estos momentos.

Estiré mis brazos hacia adelante tranquilamente.

—Que bien se siente volver...

— Oe, tú idiota.

Ah, mi siguiente víctima ya apareció. Una enorme sonrisa adornaba mi rostro al verlo.

— Dime.

—Dame tu sangre. Quiero beber.

— ¿Huh? Pidelo adecuadamente —me acerqué—. De rodillas.

— ¡¿Qué?! ¡¿Con quien crees que estas hablando?! ¡Soy tu Ore-Sama!

Rode los ojos.

— Nunca lo fuiste, superalo.

—Dije. Dame. Tú. Sangre. —agarró mi cuello en sus manos.

— ¡Esta bien! Bebe...

Sonrió arrogante y me soltó. Grave error.
En el segundo que hizo la acción de acercar su boca a mi cuello su espalda impactó en el suelo, y yo me senté arriba de este.

— Esto me trae recuerdos... ¿A ti no?

— Lamentaras esto —me removí en cierta zona suya, haciendo que se sonroje y se queje—. ¡Oe!

— Dije que me lo pidas de rodillas. Pero puedes pedirlo desde el suelo —rozaban nuestros labios—, "Ore-Sama".

(...)

Supongo que si ya jugué con cuatro de los hermanos... También deberia de jugar con los restantes. Para completar el combo, claro.

— ¡Zorrita! Fufu~ te ves tan linda con tu colita.

— ¿A cual te refieres?

— A la que gustes —respondió seductor.

—¿Quieres verla mejor?

—Are, are~ Debe ser mi día de suerte...

— Hagámoslo memorable entonces —quité sus sombrero y mis manos se apoyaron en su pecho, juntando nuestras anatomías—. Nadie quiere jugar conmigo como lo haces tú —hice puchero—. Son tan aburridos...

— ¿A que quieres jugar?

—¡A las escondidas! Pero con las reglas inversas... Si yo te encuentro, tú te desvistes y me dejas jugar contigo como yo quiera.

— ¿Y si no me encuentras?

—Pierdes el juego, asi que mejor... Sé fácil de encontrar, Laito —besé su mejilla y me di vuelta—. ¡Tienes dos minutos! ¡Ya!

Al no sentir más su presencia reí por lo idiota que puede llegar a ser.

Próxima víctima: Shuu.

Entré a su cuarto viendolo recostado en su cama.

Me subí y empecé a gatear hasta llegar a él.

— ¿Que quieres? —habló molesto abriendo uno de sus ojos.

Me senté en su zona varonil.

—Estoy jugando a las escondidas con Laito... Y no quiero que me encuentre, pensé que este podria ser un buen escondite —mentí. Hice circulos imaginarios en su abdomen con mi dedo.

—Vete de aquí, esto no una guarderia.

— Yo creo que sí... Necesito que cuides de mí, Shuu... Puedo lastimarme si juego con cosas peligrosas —subí mis manos hasta su pecho. Este suspiró.

¡Bingo! Otro soldado caído en mi juego.

•••
¡hola y adiós!


La rival de Yui || DL 2da TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora