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Sakura

Abrí  mis ojos extrañada por escuchar gritos abajo.

Decidí  aproximarme y ver qué ocurría.

— ¡¿Donde está?! — Ese era... ¿Ayato?

— ¡¿Donde mierda está?! — ¿Yuma?

Una felicidad se inundó  en mi interior y corrí  viéndolos. Sonreí inconsciente al visualizar a todos los hermanos ahí.

— Sakura. Quieta o esto va a terminar muy mal para ellos —declaró severo Carla. Paré en seco preocupada por lo que pudiera pasarle.

— Mierda que fuiste difícil  de encontrar, zorrita —comentó divertido Laito. Como extrañaba eso...

— Vamonos de aquí, Sakura. —ordenó Reiji.

— ¿Huh? Ella no se va a ningún lado. Se queda aquí —respondió Shin—. Y salgan inmediatamente de esta casa si no quieren morir.

— ¿Quien te crees? Maldito tuerto
—escupió Kanato enojado.

— No hay porqué  pelear... Eso sería una molestia y no quiero tener que moverme demasiado. Ya bastante hice al venir aquí por esa mocosa —habló el rubio, el mayor de los hermanos Sakamaki—. Devuelvanla y nos iremos en paz... Puede que sean los fundadores  pero nosotros somos muchos más.

— Sakura, das un paso y uno de ellos muere y a ti te espera un horroroso castigo —amenazó Shin.

— ¡¿Como te atreves a amenazarla?! ¡Yo solo puedo hacerle eso! —Habló Kanato.

— Frutita, ven con nosotros.

Tragué  saliva. Quiero irme con ellos pero... No dudaba ni un segundo que en cuanto diera un paso uno de ellos moriría o saldría muy mal herido de aquí.

— Va-Vayanse... Por favor. —pedí aguantando mis ganas de llorar.

— Eva... —susurró Azusa.

— Baja en este instante. No des más problemas de los que ya hay —Ruki.

— Por favor. Váyanse... Van a morir o salir muy mal heridos si siguen aquí...

— ¡Oww! La zorrita se preocupa por nosotros —dijo tierno Laito—. Extrañaba esas tonterías tuyas.

— Largo. Nosotros tenemos mucho más derecho sobre ella de lo que us-

Kou le tiró un jarrón y Carla lo esquivó,  claramente.

— ¡Ahora! —gritó Kou.

Frunci el ceño confundida.
Pero cuando menos me lo imaginé,  Ayato me tenía recargada en su hombro como un costal de papas sacándome de aquí.

— Hola zorrita, veo que has ganado peso en esta zona —apretó mi trasero pervertido.

— Ayato —me quejé.

Antes de salir de ahí pude ver cómo todos los demás de encontraban peleando con Carla y Shin.

— Espera, no. Ayato van a matarlos... ¡Ayato! —me removí.

— Tsk. ¿Quieres callarte? Fue muy complicado encontrarte, y ahora que lo hicimos no vamos a dar media vuelta dejándote ahí otra vez. Vienes con nosotros te guste o no.

— Pero ellos...

— ¡Que te calles! ¡¿Tienes idea de todo lo que hicimos por ti en estas semanas?! Eres una mal agradecida...

Decidí  callarme y no seguir discutiendo.
Se sentía bien saber que estuvieron buscándome...

— Ni creas que no vas a obtener un castigo por todo esto. Me dejaste solo. Otra vez. ¡Y tienes el descaro de irte con los Tsukinami! Eres una zorra...

— Pero yo no hice nada...

— Sigue dándome motivos para castigarte —apretó el agarré  en mi muslo, clavando sus uñas.

— ¡Ayato! ¡Duele! —rió.

— Música para mis oídos —volvió a hablar burlón —. Ah, veo que también ganaste peso en tu parte delantera, siento cierto... rebote. —rió mientras me quejaba por sus comentarios pervertidos. ¿Se juntó mucho con Laito o qué?

— No creas que vas a escaparte tan rápido de mi nuevamente, Sakura —ordenó—. Ya te dije que eres propiedad de ore-sama. Y mi propiedad no puede ser tocada por otras cosas. Tampoco  puedo permitir que se deje tocar, ¿Cierto? Debo volver a educarte.

— N-No, escucha Ayato. Todo es un m-mal entendido.

— Ah, si... Sigue tratando de escapar,  me gusta que sientas temor hacia mi... Me pregunto que situaciones te estarás imaginando para ponerte así —rió corto—. Puedes decirmelas y si me gustan... Podré hacer realidad tus fantasías.

•••
¡hola y adiós!

La rival de Yui || DL 2da TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora