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Shin

—Ah, con que todo eso pasó... Y yo no estuve ahí para ti. Lo siento —apoyé mi mano sobre la suya—. Es que tenía que resolver unos temas de la manada y digamos que no soy muy bien bienvenido en esa... "casa".

—Shin, descuida —rió suave—. Estoy bien y eso es todo, además ya es pasado.

—Supongo que tienes razón... Por cierto, las miradas de tus "amigos" no paran de clavarse en mi espalda —dije irónico puesto que sentía todas esas miradas asesinas.

— Supongo que no aceptaron el hecho de que me siente contigo a comer y no con ellos... Los Mukami y Sakamaki suelen der algo... Posesivos —sonrió de costado incómoda.

—No tienes que vivir con ellos, puedes venir conmigo. ¿Sabes? Puedo cuidarte muy bien, estarás bien protegida con toda la manada a nuestro alrededor.

— Suena bien, Shin. Pero no puedo, Tougo me mataría.

— ¿Tougo? ¿Que no es ese el que te quería para su plan? No podría matarte ni aunque quisiera si te necesita.

— Si bueno... Es complicado —metió un bocado de comida a su boca—. Pero descuida, todo está bajo control. Ya no es lo mismo, volví a tener mis "defensas" —habló con la boca llena.

Hice un gesto de asco al ver toda la comida en su boca.

— Traga eso, Sakura —escupí.

Esta rió y tragó.

— Hey, tranquilo... Prometo que estoy bien, de verdad —apretó mi mano reconfortante al ver mi cara de preocupación.

— No es solo eso... Sakura, yo —suspiré y la miré a los ojos— ¿Como puedo protegerte si ni siquiera eres mía? Yo soy tuyo, y lo sabes. No puedo pensar en otra persona ni aunque quisiera.

—Bueno... Algunas cosas llevan su tiempo...

— Desearía ser tu chico. Yo podría hacer muchas cosas sin ni siquiera preocuparme o que me detengan. Pero, siempre que hago o intento algo los estúpidos vampiros me detienen diciendo que no soy nada tuyo y no debo porque meter mi nariz donde no me llaman.

— No debes hacerles caso... Ellos son así, arrogantes y se creen superior que todos.

— Lo sé, lo sé... Pero de alguna forma tienen razón.

—Shin, yo...

Inspiré hondo y hablé.

—De cualquier forma, Sakura; Esperaré. Te esperaré, ¿Esta bien? Voy a esperar a que aceptes ser mía, así podría marcarte y ningún otro ser sobre natural o lo que fuese se atrevería a tocarte. Voy a esperar para reclamarte como mía. Y no puedes decirme que no lo haga porque ya es tarde —finalicé determinado.

— Esta bien, niño alfa.

— No soy el al-

— Shin —rió—, lo sé. Trataba de molestarte.

Me encantaba oírla reír, llenaba de felicidad todo mi cuerpo. Era algo que podría hacer toda la vida.

— Es lindo todo lo que acabas de decirme... Se siente bien tener algo de apoyo, ¿Sabes? Es como que cuando estoy contigo siento calidez y me agrada esa sensación.

— Se le llama efecto Shin, buscálo —le guiñé un ojo coqueto y ella me pegó suave.

— Cambiando de tema... ¿Estudiaste para el examen de anatomía humana?

Bebí de mi bebida despreocupado.

— Uhm, no. ¿Hoy era la prueba?

— No como crees —soltó irónica—, te lo estoy preguntando hoy porque el examen es en dos meses.

— Ja ja —respondí sarcástico—. Supongo que improvisaré...

— De verdad no entiendo como es que siempre apruebas si ni siquiera estudias... ¡Te tuve que ayudar con literatura!

— Si bueno... Esa es la única materia que no puedo aprobar, por alguna razón se me dificulta bastante. Creo que es inmune al encanto Shin.

— Y pensar que nos conocimos gracias a tu estupidez en literatura —rió nostálgica.

— Ah, es cierto. Y tuvimos que actuar —reí incrédulo—, nunca creí que yo actuaría.

—Es uno de los efectos de Sakura, al estar conmigo puedo hacer que ocurran milagros.

— Hazme aprobar el examen de hoy.

— Milagros realistas, Shin.

— Yo lo veo bastante realista —me defendí.

•••
¡hola y adiós!

La rival de Yui || DL 2da TempDonde viven las historias. Descúbrelo ahora