🍂 Chapter Two 🍂

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Emilio

Hola, soy Emilio Osorio Marcos, tengo 20 años, soy un Alfa aroma a mentas y no considero tener una orientación sexual, para mi si me enamoró, ya sea de una chica o un chico, no importa, amor es amor y no importa el sexo. Respeto a todas las castas, fui educado asi por mi mamá. Mi papá siempre ha insistido en que tengo que casarme con UNA omega o UNA beta, ademas discrimina a las demás castas, sobre todo a los omegas. Mi mamá es una dulce Beta que me demostró que todos somos iguales, sin importar casta, sexo, orientación, gustos por otras cosas, sin importar nada. Todos merecemos el mismo respeto, algo que mi papá nunca entendió y se divorciaron. Decidí quedarme con mi mamá, ya que las ideas de mi papá no me agradaban para nada.

Justo ahora debo ir a la oficina de mi papá, odio ir allí, todas las chavas se me quedan viendo como si fuera un plato de comida y ¡Ugh! No. No siento el aroma de ellas para poder decir que es mi destinada o no siento atracción por ellas, por lonque siempre que voy me siento ultra incómodo.

En fin, iba hacia la oficina de mi papá cruzando la calle, apunto de llegar a la dicha oficina me llego un fuerte aroma a chocolate, detuve mis pasos de pronto. El aroma inundaba mis fosas nasales. Iba a volver, a seguir el aroma, a encontrar al dueño o duela de ese aroma tan dulce, pero una llamada de mi padre interrumpió mi búsqueda.

Llamada

— Juan...

— Emilio, ya vas para la oficina?

— Eh... Si — Estaba buscando el aroma o de quien provenia

— Necesito que firmes los papeles para poder arreglar el trato, te los va a llevar Marisol a la oficina, firma debajo de la hoja ¿Entendido?

— A-Aja... Si

— Si entendiste? Pusiste atención?

— Aja...

— Tambien que asistas a la reunión con los inversionistas, para que aporten algo de dinero para la próxima edición de la revista, convencelos

— S-Si... Aja...

— Confio en ti

Colgó

Busque y busque, no lo encontré

¿Que fue lo que me pidió? Meh, talvez le dijo a Marisol, a ella le preguntare. En fin, el aroma se perdió, bufé frustrado y camine hacia la oficina, la nueva edición de la revista esta cerca y la mayoría de la presión esta sobre mi debido a que soy el hijo del dueño de la dichosa revista y que el dueño no se hace cargo de ella. Empecé a trabajar en esto con Juan desde que tengo 17 años, poco a poco fui tomando mas experiencia.

Cuando llegué a la oficina, una apresurada Marisol me recibió

— Emilio! Emilio! Necesito que firmes esto — Me dio un folder — Que revises esto — Me dio otro — Que arregles esto — Otro — Que tambien revises esto — Otro, y asi se fue hasta que fueron 8 folders — Uf! Si quieres al rato le aviso al Chino para que vaya a ayudarte

Asenti y bufe — Por favor!

— Oye... Te conozco hace 3 años, Emilio, estas raro

— Que? Yo? No — Bufe — Como crees?

— Si! Mira, al rato subire tu café y tomaré esa excusa y me vas a contar a mi y al Chino, quieras o no

— Mari!

— Subele! Andale!

Si se lo preguntaban, el Chino se llama Diego. Mari, el y yo somos como un grupito de amigos, a ellos son los qur mas confianza les tengo. A Diego lo conocí desde que tenía 7 años, lo ayude un poquito para que Juan le diera empleo aqui y a Mari la conozco hace 3 años pero los suficientes para confiar en ella, todo me lo cuentan a mi y yo a ellos.

Mentas Y Chocolates | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora