|168|

1.7K 138 12
                                    

Después de que Xu Tian salió de la oficina para regresar a su propio escritorio afuera, Jin Liwei se levantó y caminó hacia la pared de vidrio con vista al bullicioso distrito de negocios, sus ojos estaban enfocados en los edificios de concreto y los logotipos gigantes y llamativos de varias compañías, pero no estaba viendo ninguno de ellos, su mente estaba en otra parte.

Su expresión permaneció fría como siempre, pero sus ojos mostraban la confusión dentro de él, continuó de pie sin moverse hasta que el sonido de un teléfono sonando lo interrumpió.

Se reorientó rápidamente, caminó hacia su escritorio y presionó un botón, contestando la llamada por el altavoz.

-Presidente, tiene una llamada de Sir Lu Jianhong. ―era Xu Tian y sonaba emocionado.

Un rastro de sorpresa brilló en los ojos de Jin Liwei, luego sus labios se curvaron en una sonrisa cariñosa. 

-Lo tomaré ―le dijo a su asistente.

La llamada fue transferida.

-¿Hola? ¡Hola! ¡Hola, Sr. Secretario! ¿Realmente me transfirió? ¡Cuánto tiempo tengo que esperar para hablar con ese chico! ¡Quiero saber! ―la voz de un anciano retumbó por el altavoz.

La sonrisa de Jin Liwei se hizo más profunda al escuchar la voz familiar. 

-Estimado abuelo Lu, soy yo.

-¡Ahí estás, Liwei, mi muchacho! ¿Cómo estás? ¡Y deja de llamarme 'estimado abuelo'! ¡Ya te dije hace mucho tiempo que me llamaras solamente abuelo! ¡Eres como ese nieto mio! ¡Todos ustedes hermanos son iguales! 

Interiormente riéndose, Jin Liwei mantuvo una voz tranquila mientras hablaba con el anciano. 

-Abuelo Lu, ¿a qué le debo este honor de recibir una llamada tuya?

-Oh, claro, te llamo para decirte que volveré a China en unos días... creo. Ay. Se suponía que debía regresar hace semanas, pero mis amigos aquí en Grecia querían organizarme fiestas de despedida, tengo muchos amigos, y cada uno de ellos organizó una fiesta para mí. ¿Qué puedo hacer? ¡No puedo simplemente rechazar su amabilidad! Así que mis amigos y yo festejamos todos los días, y antes de darme cuenta, las semanas ya habían pasado. ¡Ah! ¡Ese mandón bastardo de Dupont sigue fastidiándome y apurándome todos los días para volver a China de inmediato! ¿No puede un hombre disfrutar con sus amigos? ¡Bah! ¡Qué alegría! Aunque no estoy sorprendido dado que él se esconde en esa fortaleza en lo profundo de las montañas todos los días.

Jin Liwei escuchó en silencio las animadas quejas del abuelo Lu, no sabía quién era este bastardo de Dupont, pero pensó que debía ser una figura impresionante si podía fastidiar y apurar a alguien como Lu Jianhong.

La mayoría de la gente consideraba a Jin Liwei como el hombre más poderoso del mundo de los negocios del país, sin embargo, este era solo el caso si Lu Jianhong no estaba en el país, ahora que Lu Jianhong planeaba regresar, el mundo empresarial del país necesitaba dar la bienvenida a su verdadero rey.

-¡Por cierto, Liwei, muchacho! ¿Escuché de Haohao que ahora tienes novia? ¿Y que incluso planeas casarte con ella?

-Sí, abuelo Lu, eso es cierto. ―a expresión de Jin Liwei se volvió más suave al pensar en su bebé.

La risa retumbante del anciano resonó por toda la espaciosa oficina. 

-¡Bien! ¡Eso es bueno, muchacho! Para ser honesto, tu abuela y yo estábamos profundamente preocupados por ti, tanto tu abuelo como tu padre, bendiga sus almas, ya no están con nosotros, por lo que tu abuela siempre está preocupada por los genes comerciales de su amado esposo pensando que no podrán continuar después de ti.

H. G. W. I. A S. |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora