¿Y si no quiero?

CAPÍTULO UNO.

Nota:
Antes que nada, solo quiero aclarar que esta historia será corregida lentamente y no tendrá más de veinte capítulos. Si ven alguna inconsistencia por favor haganmelo saber. Esta será la única nota que dejaré, disfruten y si tienen dudas pueden dejármelas en los comentarios.

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Era un día común en la academia Yakushi los pajarillos cantaban y el día estaba hermoso. Todos los alumnos estaban en clases; algunos ponían atención, otros ignoraban por completo la clase, algunos trataban de no quedarse dormidos y otros simplemente dormían.

Y ese último era el caso de Raichi, el mejor bateador de la academia; casi nunca se dormía en clase, pero ese día no podía no dormirse ya que la noche anterior no había pegado el ojo en ningún momento, todo por culpa de lo que su senpai favorito le había dicho anteriormente.

El problema era que su senpai favorito había descubierto su segundo género, algo que había decidido esconder, no porque fuese algo malo sino que era peligroso serlo en un mundo dominado por Alphas y para lograr ser un gran jugador y ganar dinero como su padre quería, ser de ese género, representaba mucha dificultad; ser Omega significaba que tendría que esforzarse lo doble o hasta el triple para lograra sus objetivos.

Además lo más importante, si se enteraban que era un Omega, ser un profesional sin pareja (si es que lograba serlo), era muy juzgado. Eso pensado más allá, porque aun quedaba el problema del abuso y las violaciones que sufrían cada día los Omegas. Porque a pesar de que la discriminación y las violaciones se habían reducido, aun existían.

Entonces, para evitar todo eso su padre le había dicho que mintiera sobre su género, que le dijera a todos que era un Beta cualquiera y así poder avanzar sin ningún  problema.

Solo que ahora, Sanada lo sabía. Raichi no le había querido decir a su padre aún ya que sabía que lo regañaría por lo que debía resolverlo solo. Sus amigos Mishima y Akiba sabían que era Omega, habían estado juntos desde que eran unos niños por lo que era inevitable que se enteraran, así que ellos también guardaban el secreto, pero no podía pedirles ayuda debido a que había una posibilidad de que todos en el equipo se enterarán y eso arruinaría más las cosas.

La campana que anunciaba el primer receso sonó, despertando a Raichi quien, luego de reaccionar, se levanto corriendo y salió del salón de clases en dirección al baño, podía ser tonto para algunas cosas pero estaba completamente seguro que su senpai lo iría a buscar a su salón para obtener una respuesta.

Ya en el baño saco el teléfono que le había prestado Akiba, a quien mintió para que se lo prestará, para poder hablar con su amigo Eijun. El picher de Seido se había convertido en su amigo luego de un juego de entrenamiento que habían tenido su escuela y la de él. Debía pedirle ayuda, anoche no pudo por la conmoción que había tenido al ser descubierto.

Raichi marcó el número del picher para luego escuchar el sonido de marcado un par de veces antes de que en el otro lado alguien contestará.

— ¿Bueno? ¿Quién habla? — dijeron al otro lado de la línea.

— Hola Eijun, soy yo Raichi, lamento molestarte en hora de clases — el bateador se rasco la mejilla mientras se acomodaba sobre el retrete del cubículo al que había entrado.

— ¿Raichi?... Ah hola, está bien ahora estoy en mi habitación descansando, mi celo está por comenzar — dijo con voz calmada.