CAPÍTULO CUATRO.

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Al día siguiente en la escuela, Sanada se encontraba en su salón pensando en la noche anterior. Cuando regreso a su casa su madre le interceptó.

Flashback

El pelinegro abrió la puerta de su casa, regresaba de acompañar a "su querido Omega".

— Mamá, ya regrese — dijo mientras se quitaba los zapatos y los colocaba en la entrada.

— Hijo, bienvenido — la mujer se asomo por la entrada que daba a la cocina — Dime Shunpei ¿quién era el muchacho que vino?— su madre salió a encararlo antes de que el joven subiera las escaleras.

— Un kohai del equipo de béisbol — dijo restándole importancia.

— ¿Sólo eso? — su madre lo miró seria — Shunpei, recuerda lo que te dijo tú padre — ahora lo miró con una cara preocupada — Sabes que no tenemos inconveniente con que tengas amigos Omegas, el problema está en que... — fue interrumpida por el joven.

— Si, no tienes porque preocuparte por eso — el pelinegro sonrió y después subió las escaleras para ir a su cuarto, en el camino escuchó a su mamá susurrar un "lo siento" y cerró la puerta de su habitación.

Era tan difícil querer a Raichi, no sólo porque el bateador escondía ser Omega, sino que el entrenador no permitiría que tuviera una relación con él. Y lo peor era que su propia familia... El picher se acostó en su cama, tendría que hacer algo para poder cambiar todo lo que tenían en contra.

Suspiró y se dirigió al baño a darse una ducha y poder dormir después, para mañana ir a la escuela.

Fin del flashback

Era aun medio día y no prestaba mucha atención a la clase, así que decidió ver por la ventana. Cuando le toco el pupitre donde ahora se encontraba sentado no evito pensar que era muy cliché, pero le agradaba el lugar desde que descubrió que podía ver a Raichi en clase de educación física.

Justo como ahora, el bateador corria por la cancha. Era muy rápido debido al fuerte entrenamiento que tenían en el club, pero extrañamente no llamaba la atención.

Vio al grupo de Raichi terminar de correr y lo vio irse a sentar cerca de las bancas de forma tímida, eso hizo a Sanada reír, era tan lento cuando no jugaba al béisbol.

...

Las clases pasaron rápidamente y llego la hora de ir a entrenar. Iba caminando a la cancha cuando se topo con Hirahata en el camino.

— Yo — saludo Sanada. Inmediatamente se le fue devuelto el saludo.

— Hola — dijo acercándose al picher — Oye Shunpei, ¿qué sucede con Raichi? — su voz sonaba preocupada. Ambos caminaban juntos, pues iban al mismo lugar.

— ¿Qué quieres decir? — esa pregunta desconcertó al pelinegro, Raichi nunca había actuado raro en ningún momento como para que pensarán que le sucedía algo.

— Ambos somos Alphas, así que también debiste haberlo notado — el capitan hablaba como queriendo evitar decir lo siguiente — Ayer... Raichi olía muy dulce, pero eso es imposible ¿no? A menos que... — volteó a ver a Sanada — ¿Es acaso Raichi un Omega? —.

¿Y si no quiero?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora