VIII

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—¡Vayan a ducharse que huelen como perros mojados! —grita el entrenador Moore luego de sonar su silbato. Tomó unas de las botellas de agua que se encuentran tiradas en el suelo y tras destaparla la bebo rápidamente.

Camino con tranquilidad hacia los vestuarios, James no me quita su mirada de arriba y puedo sentir mucho odio emanando de él. Nathan llega a mi lado y se cuelga en mis hombros, ha estado bastante feliz todo el día debido a que Chloe, la chica que lo tiene enamorado, le pidió que la acompañara a casa esta tarde. Comienza a tararear unas canción bastante melosa y decido frenarlo.

—Las chispas a tu alrededor me provocan náuseas —digo cómico.

—Cállate, Sebastián. De seguro estás celoso.

—¿Celoso de que? —cuestionó.

—No lo se, quédate pensando —responde, toma una toalla de su casillero y se mete dentro de una de las regaderas abiertas.

Yo, en cambio, tomó mi teléfono celular, busco el contacto de Ethan y le envío un mensaje. Necesitaba charlar con alguien y él parecía ser la única persona conocida la cual nunca me juzgaría por ello.

  ¿Estas disponible?
15:36

Si.
15:38

        ¿Quieres ir a un lugar?
15:38

Pasa por mi a mi departamento.
15:40

Espero a que Nathan salga para entrara esa misma, cierro la cortina y dejo que el agua limpie mi cuerpo. Es tan relajante sentir el agua fría en mi piel tras un largo entrenamiento al rayo del sol. Siento a mi mejor amigo avisarme que se marcha ya y me pide que le desee suerte con su chica, eso hago para después comenzar a refregar mi cabello con el shampoo.

—¿Cap, tienes idea de si jugaremos algún partido antes de la final? —preguntó Cameron, uno de los chicos del equipo, desde el otro lado observándome a través de tela trasparente.

—El fin de semana que viene jugaremos un amistoso contra los chicos de la preparatoria cercana, será algo tranquilo.

—¿Ya se sabe quien jugará?

—El entrenador no me ha dicho nada pero ahora que James está en la banca supongo que alguien tomará su lugar, descuida, le comentaré a Moore que tú eres un buen candidato —respondo con una sonrisa.

Tomó mi toalla, la enredó en mi cintura y camino hacia mi casillero para tomar mi ropa limpia.

—Gracias —me contesta con una sonrisa, recoge su bolso y se larga por la puerta.

Me colocó un vaquero azul claro, una camisa blanca y mis habituales tenis blancos, me echo un poco de perfume en el hueco de mi cuello y desodorante para evitar transpirar en caso de que me ponga demasiado nervioso. Tomó mi celular, busco el contacto de mi padre le aviso que llegaré un poco tarde a casa hoy ya que saldré con un amigo, me responde inmediatamente un simple «cuídate» así que tras observar por tercera vez mi imagen en el espejo junto todas mis cosas y me dirijo al estacionamiento.

—Hola —saluda Ethan subiéndose al asiento de copiloto.

—¿Como estas?

—Bien pero algo cansado, tengo que entregar un proyecto el próximo viernes y mi equipo no logra ponerse de acuerdo para empezarlo.

—Siempre es tan odioso cuando eso sucede —digo, rodando los ojos—, por suerte a mi siempre me toca con mis mejores amigos o mi novia así que me evito todo ese drama.

—Nunca me hablaste de tus mejores amigos —comenta— ¿A donde iremos?

—Contestare lo segundo primero: es un secreto pero te dire que queda un poco lejos de aquí —respondo—. Respeto a mis mejores amigos, bueno, ellos son las mejores personas del universo. Nathan es genial a su manera, algo mujeriego pero nunca le ha faltado el respeto a una mujer y se que nunca lo haría. Sophia tiene dinero, mucho dinero, es la típica chica que a primera vista te hace creer que es una creída e hija de papi pero no es así, tiene muchas agallas y es una persona muy fuerte.

Todo lo que soy [LGBT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora