VI

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Estacione mi vehículo en el primer lugar que encontré disponible, tome mi bolso que se encontraba como de costumbre en el asiento del copiloto y entré a la secundaria a gran velocidad, ayer había a pesar de no haber llegado demasiado tarde a casa olvide poner la alarma despertar y me había quedado dormido. Corrí por los pasillos de la institución hasta el segundo piso en donde se encontraba el salón de Física, entre intentando hacer el menor ruido posible para que el profesor no me notara pero de igual forma lo hizo.

—Buen intentó, White. Tienes una falta en la primera hora.

—Está bien —conteste resignado.

Camine hacia mi asiento y me dejé caer junto a Grace, una chica pelirroja de piel pálida y ojos miel. Esta estaba en teatro junto a Emily. Forme una almohada con mis brazos y dejé caer mi cabeza allí, sentí que alguien picaba en mi brazo con algo puntiagudo y abrí uno de mis ojos.

—Tu novia está furiosa contigo —murmuro la chica a mi lado lo suficientemente alto para que solo yo pudiera oírla—, dice que siquiera respondiste sus mensajes anoche.

—Eran alrededor de trescientos, estaba cansado. ¿Te dijo porque estaba enojada?

—Claro que si, soy su amiga.

—Dímelo entonces.

—No asististe al cumpleaños de su padre ayer.

—Ni siquiera me dijo que lo celebraban.

—¿No? Porque en nuestro grupo puso que te lo había dicho el viernes antes de que te fueras a practicar y habías dicho que por nada te lo perderías.

—¡Demonios! —exclame lo suficientemente alto como para que todo el salón lo escuchara.

—¿White, algo que quieras compartir con la clase? —preguntó el profesor— Adelante, dilo.

—No, lo siento. No volverá a pasar.

Cuando la campana anunciando que la primera clase del día había finalizado sonó, tome rápidamente mis cosas, me despedí de Grace e ignorando a mis mejores amigos que me esperaban en la puerta del salón corrí hacia el casillero de Emily, suponiendo que ella se encontraba allí. Al llegar me di cuenta de que estaba acertado, mi pareja se encontraba justo al frente de un gran casillero rojo guardando y sacando libros.

Me acerque más y esperé a su lado. Emily me noto pero no dijo absolutamente nada, yo esperaba que me gritase o me pegase una bofetada por haber sido un idiota pero sabía de sobra que la chica a mi lado no era esa clase de persona. Cerró su casillero con candado y comenzó a caminar a paso apresurado por los pasillos intentando no chocar con ningún adolescente que cruzase por su camino, se dirigía al patio y sabía que si llegaba allí la perdería por completo.

—¿Por cuanto tiempo más vamos a seguir haciendo esto? —cuestione, tomando su brazo para que se detenga.

—¿Haciendo que, Sebastian? Ayer te esperé por dos malditas horas, ni siquiera me enviaste un mensaje de texto avisando que no irías.

—Perdóname, lo olvide por completo.

—¿Donde estabas? —preguntó desviando la mirada.

—En casa.

—No, no me mientas. Llame al teléfono fijo y nadie atendió.

—Estaba con un amigo.

—¿Que amigo?

—No lo conoces pero el a ti si. Lo conocí en la fiesta que hizo Noah, me ayudó a llevarte a casa luego de que te emborrachaste.

—No te creo —susurró. Claramente estaba demasiado enojada.

Todo lo que soy [LGBT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora