Capitulo 16

1.7K 158 187
                                    




Los guapos no soñamos, nos sueñan.

Noah Thompson

Esto ya se descontrolo.

Veo a Adam subirse a una mesa para tirase de esta encima de otra intentando derribarla con el peso de su cuerpo y su codo cual luchador.

Que pendejo.

Todo lo que logro fue caer en el propio
suelo pues la mesa terminó deslizándose.

Por eso los hombres duran menos que las mujeres.

¿A qué pendejo se le ocurre hacer eso sobre una mesa delgada que no es de madera?

Hice una seña para irnos, ya anda borracho y yo casi pedo.

— Me debes cien billetes.

— No te voy a dar un solo centavo.

— Vas a tener que.

Rodé los ojos.

— No puedes ser tan tacaño... ganas diez mil dólares por noche.

— No me voy a hacer rico regalándote dinero, Adam. Deja de mendigar.

— Me dijiste que si me besaba con la Fiona ibas a pagarme.

— Tu lo que necesitas es amor comprensión y ternura.

Me miro con cara de póker.

— Eso no me va a pagar la vida que quiero. Mi papá está apunto de desheredarme, y a ti te duele mantenerme— se quejó.

— Valió la pena salir a las cinco de la mañana de una peda por eso— me burlé mientras conducía.

Se quejó diez veces más.

— ¿Cómo es que salimos a ver un partido y terminamos en una fiesta de dios sabe quién?

— No sé. En fin, la hi-jo de puta buena vida.

Se burló unos segundos más.

— Quiero preguntarte algo.

— Si es demasiado idiota, ahórratelo.

No puede estar más ebrio.

Y yo muriendo de risa.

— ¿Qué harías si tuvieras un hijo? 

Fruncí el ceño

— Te subestime — admito —. El alcohol te puede apagar tu única neurona.

No pude evitar reírme.

— Ni si quiera me dejaste terminar — se quejó —. Que harías si tuvieras un hijo y lo corren de la escuela. 

— La gente idiota no cambia —bufé—. Para empezar si fuera mi hijo no lo podrían correr de la escuela.

— Hagamos de cuenta que para cuando tengas hijos no eres un puto mandón rico.

— Supongo que nunca lo sabremos por qué eso no va a pasar.

— Ahg... ¿Qué una persona no puede hacerte una pregunta y tú puedes responderla bajándole dos a tu ego?

Suspire y le sonreí.

—Como sea  — bufé —. Si es por calificaciones... pues yo creo que... si lo pateo — admito pensativo —. Si, si le meto una putiza al carbón.

— Y si se pelea...

— ¿Si se pelea? — Enfatizo —... bueno, si se pelea... obviamente espero que gane el pendejo. Si no, no es mi hijo.

Entendí MintiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora