Capítulo 30

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Cierro los ojos al sentir la presencia de _____________ encima de mí. Toco sus caderas y no dudo en seguirle el beso cuando junta nuestros labios.

Suspiro.
Presionandola más contra mí, asegurándome de que no se sienta incómoda con mis caricias algo desesperadas.

–Buenos días.

Susurra ella separándose de mí.
Sonrío. Observándola.
Tiene unas ojeras diminutas debajo de sus ojos, más que obvio por estar llorando todo el día de ayer. Vuelvo a besarla, esta vez coloco mis manos sobre su cabello, masajeando su cabeza con cuidado.

Puedo sentir que mi miembro despierta ante sus besos húmedos. Por Dios Ross, eres un maldito enfermo.

–¿Qué quieres desayunar?

Me pregunta, puedo darme cuenta de que ya está más tranquila de lo que estaba ayer, y me alegra demasiado haber podido colaborar con eso.

–Pediré algo- susurro, admirando su belleza, teniéndola aún encima mío- No quiero que hagas algo, descansa, ¿de acuerdo?

–Ross- me regaña, moviéndose bruscamente sobre mí, me aguanto las ganas de gemir- Que haya fallecido mi abuela no significa que sea una inútil- me besa- Además ayer me invitaste la cena, déjame invitarte el desayuno.

Sonrío.
Podríamos desayunar otra cosa...
Quisiera decírselo pero es demasiado imprudente ahora mismo.

Ha fallecido su abuela.
No creo que quiera hacer el amor conmigo teniendo en cuenta de que su abuela puede estar viéndonos desde allá arriba... un momento... ¿y si nos observa cada vez que...?

–¿Te gustan los panqueques?
Me pregunta ella al no obtener una respuesta mía, trato de quitar mi cara de espanto y asiento.

–Me encantan- removiéndome, haciendo que se quite de encima mío.

¿Y si su abuela se mete en mis sueños exclusivamente para gritarme que no debo tocar ni tener encima a su nieta? Madre mía...

Me restriego los ojos, sentándome en la cama de ____________, he pasado toda la noche aquí, le informé a mis padres de ellos que su abuela había fallecido y no tuvieron problema, es más, sugirieron que se quedara con nosotros por un tiempo, tal y como le dije en el velorio, a pesar que mi novia no les agrade mucho por las estúpidas mentiras que les digo Cassie, me sorprendió bastante.

Se lo diría nuevamente luego de unos minutos.
Además de esa forma, podría asegurarme de que vuelva a asistir a la escuela.

–¿Estás bien?

Me pregunta, seguramente por ponerla a mi lado. Asiento, abrazándola.

De tan solo imaginarme que su abuela nos podria estar viendo en este preciso momento me pone los pelos de punta.

–Te ayudaré a hacer los panqueques- me levanto de la cama, no le diría lo de su abuela por ahora– ¿Vamos?

_____________ asiente, pero antes de levantarse, se quita la camiseta que está usando, quedando con el torso desnudo. Me giro, para no verla. Su abuela podría jalarme los pies por la noche...

–¿Por qué te volteas?

Ríe.
Poniéndome nervioso.

–Es que- suspiro, sin saber que decir‐ No creo que sea el mejor momento para excitarme y que tengamos algo.

Me estremezco al sentir sus brazos abrazando mi pecho, siento sus pechos desnudos en mi espalda. Maldita sea, abro los ojos, aún sin girar la cabeza.

–Eres un amor.

Me dice, dejando un beso en mi hombro derecho, se aleja, haciéndome voltear y la observo ponerse otra camiseta. Me recuesto en la pared de su habitación, sintiéndome de pronto más tranquilo.

¿Cómo se supone que haré el amor con ella si es que su abuela podría estar observándonos?

-

Termino de comer los panqueques, sintiéndome como un oso polar luego de su hibernación. Creo que acabo de subir cinco kilos, no miento.

–Creo que te gustaron.

Comenta ella, riendo.
Sonrío.

–Comiste como veinte.

–Estaban deliciosos- me acerco para dejarle un pequeño beso en los labios, y cuando lo hago, me levanto de la silla del comedor para llevar mi plato hacia la cocina.

¿Cómo podría convencerla de ir a vivir conmigo? Es obvio que no va a ceder fácil y no la culpo, Cassie se encargó de tratarla muy mal la última vez que se vieron. Conociendo a mi hermana, se encargará de hacerlo cuantas veces pueda mientras viva con nosotros.

Pero si es que lo hace, me encargaría de hacerle la vida imposible con mis padres, hace un año me enteré que Cassie iba a fiestas llena de sus amigos drogadictos mientras que le decía a mis padres que iba a quedarse en la casa de una amiga. Un día fuí a una de estas fiestas y la ví, nada más y nada menos que inhalando cocaína. 

Como era de esperarse, me alteré, la lleve a casa y al día siguiente me encargué de hablar con ella. Cassie no consume, me dijo que simplemente quería probar y eso es lo que hizo. De todas formas, prometí guardar su secreto y no decirle nada a mis padres a cambio de que lave los platos del desayuno, almuerzo y cena por cinco meses. Cosa que no cumpliré si es que comienza a molestar a mi novia.

Vuelvo al comedor observándola comer allí sola, con la mirada fija en su plato lleno de miel y panqueques, con el tenedor pasando por estos, sin comer ni un bocado. Está triste otra vez.

Verla así me destroza el corazón.
No me gusta verla sola.

–Preciosa- la llamo, captando su atención de inmediato‐ ¿Te parece si vamos a mi casa más tarde?

____________ asiente.
Insegura ante lo que acabo de preguntarle, me siento a su lado, tomando sus manos, mirándola fijamente a los ojos.

–No sé si sea el momento adecuado para esto, pero por favor, acepta vivir conmigo- acaricio sus manos- Detesto verte aquí sola, y creo que también no te gusta eso.

_____________ aparta su mirada.
Suspiro.

–¿No quieres?

–No es eso...

–¿Entonces?

–Tu hermana...- hace una mueca- No le agrado, y siento que hará que tus padres me detesten.

Ya lo intento.
Y gracias a Dios, no le funcionó.

–Mis padres sugirieron que te quedaras en nuestra casa- vuelve a mirarme- No te odian, solo no te conocen, y es el momento perfecto para que lo hagan- le dejo un beso en la frente– Y si hablamos de mis hermanos... les caes bien a todos, ellos están de viaje pero volverán en unos cuantos días, y en cuánto a Cassie, podrían intentar llevarse bien, de cualquier manera me encargaré de protegerte si es que te hace o te dice algo que no te guste- me acerco más a ella- Por favor _____________... solo quiero que estés bien, quiero asegurarme de hacerte sentir bien...

_____________ baja la mirada, pero a los segundos, vuelve a mirarme y asiente, una pequeña lágrima recorre su mejilla. La abrazo, besando su cabeza continuas veces.

Ha pasado por tantas cosas...
Y con la muerte de su abuela es como si todo el peso de esos años hubiese caído nuevamente sobre ella.

–Te prometo que me encargaré que no vuelvas a llorar preciosa- susurro- Lo prometo.

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Maratón.
#1

Ángel negro | Ross Lynch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora