Capítulo 13

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"Noah Callum"

-Pensé que ibas a tirartela, o ya sabes... por lo menos un buen beso con una agarrada de culo con planes para una noche en tu casa, ¿verdad?

Noah prende un cigarrillo mientras estaciona su auto en el aparcamiento de la escuela, para luego salir de este junto a mí.

-No pensaba hacer eso- suspiro-  No la quiero para eso.

-Bromeas, ¿la quieres?
Noah me observa con los ojos bien abiertos mientras frunce las cejas.

Asiento, sin poder y querer negarlo más, le quito el cigarrillo de las manos  y lo inhalo lo suficientemente fuerte para lograr acabarlo, tirarlo al piso y pisarlo.

-¿Te gusta?

-Sí... y también la quiero, pero no creo que ella quiera estar conmigo en una relación, no sé, es una chica, supongo que pensará que todo esto es muy pronto...

Noah frunce los hombros, abriendo las puertas de la escuela.
Me doy cuenta que es tan temprano que no podemos ver ni un alma en el pasillo principal de la escuela. Cosa que es realmente extraña.

-No hay ni un alma Lynch- asiento mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja.

El me entiende al instante.
Corremos rápidamente hacia la cafetería y entramos. No hay nadie.

Hay reunión en la oficina del director.
Recuerdo al instante

-Imbécil- Noah voltea de inmediato- Hay reunión de profesores.

Se acerca hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja, alza la barra que permite entrar a la cocina de la cafetería y con todo el descaro del mundo da un enorme mordisco al pastel de chocolate que hay en el mostrador.

-Oportunidades como esta no se pueden desaprovechar.

Me dice mientras me indica que entre, doy un paso hacia atrás cuando Noah comienza a lanzar la comida de la cafetería al techo y al piso con una velocidad increíble.

Entiendo su reacción al instante al recordar que él odia a las señoras de la cafetería ya que ellas hicieron que el director le quitara el iphone que compró con su propio esfuerzo el verano pasado y no se lo devolverían hasta que hiciera algún trabajo que beneficiara tanto a él como ha la escuela.

-Detente, no te lo devolverán si descubren que tu haz sido el que ha echo eso.

Pero sin escucharme, sigue embarrándose las manos con la comida de la cafetería y lanzandola a las paredes. Madre mía.

Calmar a Noah cuando está enojado es una de las actividades más difíciles que puedes hacer en el mundo. Y si logras hacerlo, mereces un premio de un millón de dólares.

Entro a la cocina de la cafetería, y lo empujo.

Recibiendo otro empujón por su parte.

Hijo de puta.

-¿¡Podrías calmarte!? 

Me mira con enojo, y seguido de esto, tumba absolutamente toda la barra de la cafetería, rompiendo los vasos, jarras, fuentes que hay allí.

-¡Noah, basta! 

Sin hacerle caso a mis palabras, ve la cocina, enciende un fósforo y está apunto de dejarlo contactar con el aceite algo derramado en otra alacena.

-¡SONARÁ LA ALARMA DE INCENDIOS! 

Se detiene al instante, y voltea, observando todo el desastre que ha causado, el timbre de la primera hora suena.

Ángel negro | Ross Lynch Donde viven las historias. Descúbrelo ahora