Capítulo 2

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Llevabas allí varias horas. Habías intentado dormir pero la preocupación no te dejaba ni cerrar los ojos. La habitación donde te encontrabas era pequeña y poco iluminada. Cuando se fueron te quedaste observando todo inquieta. Por casualidad miraste al suelo y viste que estabas sobre un pentagrama, rápidamente apartaste la mirada asustada. Cerraste los ojos intentando serenarte pero te absorbían los pensamientos negativos. Volviste a mirar el pentagrama, era de color rojo. "M*erda es sangre". Intentaste levantar los pies para no tocar el líquido ya seco pero no dio resultado.

"Soy policía, sé cómo reaccionar en cualquier situación de peligro. Vamos piensa como salir de esta". Esto te superaba, te habían secuestrado la mayor organización criminal de la ciudad. No podías dejar de preguntarte porque a ti, la hermandad siempre tenía una razón para atacar aunque pareciera que mataban al azar. "Mis amigos no me vendrán a salvar, si no conseguimos capturarlos en meses en unos días no va a cambiar. Tengo que buscar una solución yo sola." De repente la única vela que quedaba encendida se apagó. La oscuridad inundó la sala. Solo faltaba eso para tener todo el kit de desgracias. "Esto solo me pasa a mí, si es que ya decía yo que era gafe. Ahora más atenta que nunca, no sabes lo que hay en la oscuridad."

Después de un rato se te ocurrió una idea, al final la oscuridad te iba a servir de algo. Empezaste a frotarte las manos contra la silla salvajemente. Dolía un poco pero era pasable no obstante al cabo de unos minutos el dolor se volvió insoportable. Alrededor de las muñecas tenías la piel arrancada y te sangraba bastante. Las lágrimas empezaban a correr por tus mejillas pero tú seguías frotando. Pasaron dos minutos que parecían una eternidad y paraste porque todo se estaba nublando. Respiraste hondo y pensaste en todo lo que te ibas a encontrar cuando salieras para no desmayarte:

Alexby sería el primero en correr a abrazarte. Después Vegeta lo separaría de ti para estrecharte entre sus brazos. Cuando te soltara sería el turno de Luzu. Más tarde llegaría Auron que te intentaba contener las lágrimas y cogería en brazos a su querida hermana. Luego llegaría Rubius y te revolvería el pelo aliviado, y ya podías escuchar cómo te decía "¿Tas boba o qué? ¿Dónde has estado?" mientras te abrazaba.

Eso te dio ánimos y seguiste frotando. Ya casi estaba, la cuerda se había aflojado. Después de unos dolorosos minutos la cuerda cedió y el dolor se redujo. Te quedaste unos segundos quieta procesando todo el sufrimiento que habías pasado para soltarte. Te recompusiste rápido, no podías perder tiempo. Te desataste la soga de pecho y la de los pies. Ahora tocaba ocuparse de la herida de las muñecas, por suerte aun no se habían infectado. Arrancaste un trozo de tu camiseta y envolviste cuidadosamente tus muñecas.

Lentamente te levantaste, te secaste las manos y distes unos temblorosos pasos al frente. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, pared. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, pared. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, pared. Ya tenías las medidas para orientarte medianamente en la oscuridad. Fuiste hacía la puerta y te colocaste en el lado de las bisagras. Tocaba esperar, no sabías cuando iban a venir.

Después de una larga espera escuchaste pasos. Te levantaste rápidamente. Posición de combate, estabas preparada. La puerta se abrió y por ella apareció una figura con un candelabro. Al ver que no estabas se alertó pero era demasiado tarde. Con una limpia patada el candelabro se estampó con la pared apagándose de golpe. Un segundo después tu brazo estaba rodeando el cuello del extraño. Este se llevó las manos al cuello intentando liberarse pero un rodillazo en la espalda le hizo quedarse quieto.

-Un movimiento en falso y mueres ahogado- le amenazaste

-¿Segura?-dijo con voz burlona

En ese momento notaste algo metálico en tu nuca. "No puede ser, después de todo ese dolor..."pensaste decaída. Esa tristeza duro poco.

-¡ME ESTAS DICIENDO QUE CASI ME DESANGRO Y QUE CASI MUERO DE DOLOR PARA QUE TU VENGAS A ESTROPEARLO TODO¡ ¡OH NO NO NO¡- gritaste enfurecida.

Giraste a una velocidad increíble agarrando el brazo que sostenía la pistola y tomándolo como referencia para golpearlo con fuerza en la nariz. Llevaba mascara pero el daño se hizo igualmente. Oíste la pistola caer y te volteaste para pisarla antes de que la recuperaran. El primer sujeto estaba parado frente a ti apuntándote con otra pistola. Te quedaste quieta evaluando la situación. En estas ocasiones tenías muy buenos reflejos pero ahora tenías la mente en blanco. "Piensa rápido".

-¡PIENSA RÁPIDO¡-gritaste confundiéndole y así concediéndote unos segundos para correr hacia él y placarlo.

Caísteis al suelo con un golpe sordo. Antes de que se recuperara golpeaste nuevamente su cabeza contra el suelo. Te levantaste mientras cogías la pistola y disparabas a la otra persona que ya estaba casi recuperada del golpe. Cayó al suelo, pero no se veía sangre en su hombro. Revisaste la pistola y viste que era de tranquilizantes. "Vaya, al final resulta que no van a querer matarme. Mala suerte, porque yo con tal de salir de aquí si soy capaz." Pensaste mientras sonreías con una sonrisa un tanto sádica.

Te acercaste a los cuerpos para revisar que no se iban a despertar en un buen rato. Una vez terminado, estiraste la mano para retirar la máscara que cubría la cara del peliblanco. De pronto un ruido te sobresalto, el tercer personaje. "¿Cómo se me pudo haber olvidado?"Suspiraste enojada contigo misma. Agarraste bien la pistola y te apoyaste en la pared de manera que cuando entrara en la habitación estaría a tu merced.

Los pasos se estaban acercando. Cuando llegaron al primer cuerpo se detuvieron. Casi podías notar como su cuerpo se tensaba. Los pasos volvieron a sonar. Uno, dos, tres, ya solo quedaba uno y estaría a tiro, pero ese paso no llegó. El silencio inundó la sala, se podía notar la gran tensión que estaba contenida. Saliste apuntando al frente. La paciencia no era una de tus muchas virtudes, y eso te condenó. Justo antes de desmayarte por el golpe que recibiste pensaste en como Merlon tenía razón al decir que algún día la paciencia te traería malas consecuencias.


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Hasta aquí este capítulo. La verdad es que agradecería un montón que si os gusta la historia que la votarais la para estar motivada y seguir escribiendo. De todas maneras no voy a obligar a nadie :)

Secuestrada/Karmaland y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora