Capítulo 28

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"Corre, corre, pequeño saltamontes" cantaba la voz en tu cabeza. "Vas a desaparecer cariño, y va a ser pronto, así que tu disfruta mientras puedas" con un escalofrío notaste como sonreía dentro de ti. Una sensación de vacío recorrió tu cuerpo y escuchaste una breve carcajada que surgía del interior de tu cuerpo. Asqueada, te tumbaste en el suelo y vomitaste entre temblores. No terminabas de acostumbrarte a su nuevo nivel de control. 

Te incorporaste y colocaste la mirada al frente, fija en el estrecho pasillo en el que te encontrabas. Seguiste caminando. El corredor estaba mal iluminado y muy sucio, podías observar varios tipos de  malas hierbas por suelo, techo y paredes. De vez en cuando se asomaban ratas por las grietas de las paredes. Era asqueroso. Suspiraste y te centraste en tu misión, encontrar el end. 

Desde tu discusión con Fargan, habías seguido la dirección que te indicaba el ojo, siempre al norte. Habías salido de la guarida con prisas, por lo que no pudiste coger ningún tipo de provisiones o armas. Lo solucionaste fácilmente atacando una pequeña tienda a las afueras del pueblo. Recolectaste sobre todo productos enlatados y agua, pero también herramientas como mecheros, lonas, prendas de abrigo, cuerdas y un botiquín.

Por suerte llevabas tú pico y pala encantados, por lo que cuando el ojo se detuvo, pudiste escarbar con facilidad el suelo. No tardaste en encontrar el túnel subterráneo. Llevabas caminando un día entero por esos pasillos enladrillado, enfrentándote a todo tipo de engendros. Lo que más había eran los lepismas. Los odiabas tanto que habías llegado al extremo de gritar cuando oías su chillido.

-JODERRRR

Tiraste una certera flecha y mataste al lepisma. "Solo uno? Que raro, seguro que hay más" y efectivamente aparecjeron otros cinco detrás del primero.  Acabastes con ellos rápido pero uno consiguió morderte en las desgastadas botas. "jaja pendeja"  Suspiraste agotada y hurgaste en la mochila para buscar la botella de agua. Te quedaban solo dos botellas, por lo que calculabas que si no encontrabas el end antes de mañana, tendrías que resignarse a volver a la superficie a por más agua. Y no te apetecía retroceder después de todo el trabajo.

-Por favor, que lo encuentre pronto- susurraste a modo de súplica. "Para que súplicas? Eres una mala persona, no te mereces encontrar ni una mísera moneda" Cerraste los ojos, apretaste los dientes y esblzaste una sonrisa sarcastica

Bebiste un poco y continuaste el camino. Te colocaste en la esquina del siguiente cruze y agudizarse el oído para asegurarte de que no había monstruos. Oíste un esqueleto y un zombie. Respiraste hondo y saliste con un salto a atacarlos. Una vez muertos el pasillos, admiraste el pasillo, esperando ver unas vallas metálicas o algo que te indicará que estabas  cerca. Pero solo había una puñetera puerta. "Te lo dije nena, solo una puerta, lo que te mereces, vamos"

Frotaste tus doloridas piernas y soltaste un grito de frustración. Con una furia salvaje te lanzaste hacia la puerta y la derribaste, cayendo al suelo con ella. Soltaste una risa amarga y levantaste la mirada, esperando ver un creeper o algo peor, pero en aquella habitación solo había libros. Tu risa paso de amarga a alegre y cristalina. Estabas acercándote al end.

-TIEMBLA DRAGÓN.-gritaste feliz.

Con placer, sentiste como la voz se frustraba y sacaste la lengua a modo de burla.

Te permitiste el lujo de admirar las imponentes librerías. Estabas cubiertas por una gruesa capa de polvo y telarañas. Pasaste al dedo por los ejemplares de la más cercana y leíste el título "Recetas de tartas". Resiste, extrañada y leíste otro "pócimas" y otro "criaturas de las minas" y otro "leyenda del end". Con una sed de saciar tu curiosidad, recorriste los estantes leyendo todos los títulos. Querías ver todos y cada uno de ellos, pero sabías que te llevaría días. Pasaste a la siguiente estantería e ignoraste completamente a la lógica mientras leías con avidez.

Cuando te diste cuenta de tu error ya habías perdido mucho tiempo.

-Mierda, mierda, mierda. A saber cuánto llevo en este lugar.- murmuraste enfadada contigo misma.-ni una palabra puta-dijiste antes de que la voz pudiera reírse de ti.

Ella solo se encogió de hombros y tu comenzaste a picar los ladrillos, en busca de una pared falsa. Te llevo unas cuantas horas, pero al fin encontraste un pasadizo estrecho detrás de una librería. Te deslizaste por él con dificultad, suplicando que llevara al portal. Pasaste unos angustiosos minutos ahí dentro, que te parecieron siglos, pero al final valió la pena.

Al otro extremo del pasadizo lograste vislumbrar una luz tenue pero constante. Te mordiste el labio, maravillada y comenzaste a deslizarte más rápido. Las paredes irregulares del pasadizo te arañaban la piel y la ropa, pero no te importaba. Lo habías conseguido.



Secuestrada/Karmaland y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora