Capítulo 15

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Ya estabais dentro del banco, había sido relativamente fácil, la ventana seguía abierta. Sin muchas dificultades os colasteis el despacho y desplazasteis la alfombra. Pusisteis el código y abristeis la caja, dentro estaba la hoja de color crema que buscabas ayer. También había otros papeles, pero no te importaban, te levantaste y dejaste a los chicos cotillear en los demás planos. Observaste la hoja cuidando de no dejar huella en ella, rápidamente copiaste todos los códigos en un papel que traías tú.

-Oye, mira esto.-dijo Rubius.

-¿Qué pasa?-preguntaste con curiosidad, no esperabas encontrarte nada de interés allí. Todo lo bueno se guardaba en el ayuntamiento.

-Es una deuda. Parece que nuestro amigo Lolito no anda bien de dinero.-dijo Fargan.

-Trae eso.-examinaste la hoja. No eran buenas noticias, si derrocaban a Lolo lo expulsarían de la alcaldía. Y no te convenía, con el pelirrojo en el mando tú estabas en una posición privilegiada, movías los hilos de la ciudad.

-¿Qué hacemos?-preguntó

-Quémalo.-ordenaste, sabías que no se opondrían, si por ellos fuera ardería el mundo.-Eso les retrasará. Tenemos que ayudar a Lolo.

-Vale, ¿Pero cómo?

-Ya se nos ocurrirá algo. Los problemas uno por uno, ahora vamos a cometer ese robo.

Te siguieron hasta la primera cámara, la abriste en unos segundos. Entrasteis y organizadamente os dividisteis, cada uno revisaba en una parte de la sala. Tras unos minutos de búsqueda intensiva os reunisteis en el centro, no habíais encontrado nada. Negaste con la cabeza, frustrada, pero lo peor era que te lo esperabas. Tenías la sensación de que en la siguiente sala tampoco lo encontrarías.

Cuidadosamente fuiste probando las claves, sin hacer saltar la alarma. A la tercera prueba la puerta se desplazó a un lado, mientras se movía aprovechaste y apuntaste en el papel. "3ª clave, cámara máx. seguridad" Cuando la puerta estuvo completamente abierta te asomaste al interior, un largo pasillo ocupaba todo lo que podías divisar desde la entrada. Era muy largo y estrecho, apenas estaba iluminado. Le hiciste un gesto a Willy y este lanzó unos polvos al aire, revelando unos láseres. Eso ya os lo esperabais y estabais preparados, sacasteis los arcos de la espalda y lanzasteis flechas, incapacitando los aparatos. Los rayos desaparecían solo durante unos segundos, por lo que debíais avanzar a la vez que disparabais. Era complicado pero habíais entrenado mucho.

Tras unos minutos de máxima tensión, lograsteis pasar esa zona, solo quedaban dos más. Desde allí, el pasillo parecía inofensivo, pero tú tenías una idea de lo que te esperaba. Metiste la mano en el bolsillo y sacaste unas canicas azules. Lentamente las dejaste rodar por el pasillo, pero no ocurrió nada. Los chicos te miraron, se suponía que lo tenías todo controlado, si las canicas no habían hecho saltar ningún mecanismo quería decir que habías fallado. Maldijiste en silencio, tu fuente de información había fallado. Ahora no sabías cual era la trampa que había delante.

-¿Y si no hay ninguna trampa?-pregunto Rubius.

-¿Te piensas que esos cerdos agarrados nos lo dejarían tan fácil?-preguntaste escéptica.

Se encogió de hombros. "Es demasiado optimista, una vez que pise una baldosa lo intentaran matar, de una manera o de otra." Te diste la vuelta para pensar, ¿Qué había salido mal? Te habían dicho que eran tres trampas, rayos láser, minas y gas venenoso. La primera la habíais superado sin problemas, pero esta estaba dando problemas. Sin no eran minas, ¿Cuál era la segunda trampa? Te masajeaste las sienes, te ayudaba a razonar mejor. Ellos confiaban en ti, no podías fallarles.

Entonces Rubius cometió una estupidez increíble. Se lanzó corriendo hacía el pasillo, mientras pinchos, pociones, lanzas y bolas de fuego caían rozándole. Ese imbécil estaba pidiendo a gritos que lo mataran, solo por estúpido. Apretaste los dientes, si te diera unos minutos más quizás habrías conseguido una solución y no tendría que arriesgar su vida. Una flecha le dio en el hombro, cuando ni siquiera había recorrido un cuarto."No lo va a conseguir, tengo que ayudarle."   Rápidamente sacaste de nuevo el arco, y comenzaste a disparar a los proyectiles que caían sobre Rubius. Lograste desviar la mayoría pero cayeron algunos sobre él, perforándole. Necesitaba atención médica porque se estaba desangrando, pero por lo menos no lo hirieron de gravedad. Llegó al final, herido, pero vivo. 

Secuestrada/Karmaland y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora