Capítulo 14

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-¿Dónde estabas?

-En el banco.

-¿Y qué trajiste?

-Nada.

-¿Por qué?

-No sé, ¿Por qué crees tú?

Le respondiste cortante a causa de tu mal humor. Odiabas no obtener lo que querías, tras esforzarte. Y que no hubieras dormido tampoco ayudaba a que estuvieras receptiva.

-Esta así porque no consiguió la joya.-respondió Willy.

-¿Pero por qué es tan importante?-preguntó Fargan.

-Le dije lo mismo, pero no me quiso explicar.

Se giraron hacia ti pero tú pasaste de ellos, caminando hacia la sala. No te apetecía explicarles todo lo que tenías en mente, le costaría entenderlo, era mejor mostrárselo cuando tuvieras la joya en tu poder.

-Me gusta cuando se cabrea, habla menos.-dijo Willy.

-A mi también.-siguió Fargan.

-Dejar de hablar de mí como si no estuviera delante.

-¿Has oído a alguien Willy?

-No, Fargan, no he oído a nadie.

-Ya me parecía.

-Burros.

Pusiste en blanco lo ojos y saltaste hacia el sofá. Estabas agotada, demasiada emoción por un día. En un suspiro te quedaste dormida.

(...)

Abriste los ojos en un lugar oscuro. Parpadeaste intentando recordar dónde estabas, pero no conseguías nada. Lo último que tenías en mente era el sofá de la guarida, te habías quedado dormida. Caminaste un poco para ver si encontrabas el interruptor de la luz. Porque lo que estaba claro era que estabas en un lugar cerrado. Te chocaste con una caja pero no notaste dolo, extrañada te volviste a golpear, pero no reaccionabas. "Esto es un sueño, no puede haber otra explicación."

Sonreíste y como niña pequeña empezaste a correr por la sala. Te chocabas con muebles y paredes pero solo reías y continuabas tu carrera. Resultaba muy estúpido, no veías nada y no hacías nada más que tropezarte y caer contra el suelo, pero no te importaba. Entonces una luz iluminó la sala, pusiste las manos sobre los ojos, acostumbrándolos a la luz. Una figura apareció en la entrada, era delgada y masculina. Con una voltereta te levantaste del suelo, preparada para pelear, pero recordaste que solo era un sueño. Te acercaste para ver quién era y él también avanzo hacia ti.

Cuando estuviste lo suficiente cerca te fijaste en el singular traje que llevaba. Tenía algo así como un disfraz de lobo, era morado y negro. Soltaste una risita divertida, ¿Acaso estabas soñando con una fiesta de preescolares? Tapando sus rasgos portaba una máscara con hocico de lobo, solo podías entrever unos hermosos ojos violeta, cubiertos por un visor. Se acercó a ti, hasta el punto de hacerte sentir incómoda, pero no te apartabas, querías ver hasta donde llegaba. Para tu sorpresa te atravesó, te giraste para mirarlo extrañada. ¿Cómo carajo había hecho eso? Entonces te acordaste "es un sueño". Soltaste una risita y comenzaste a patearle la espalda, se sentía como pegarle al aire pero era divertido. Te lanzaste en plancha contra su espalda, atravesándole y estampándote contra el suelo. Desde el suelo viste como te pasaba por encima, no pudiste esconder una mueca de diversión. Por una vez te sentía completamente segura, nadie te podía hacer nada y eso debías aprovecharlo para divertirte.

Justo cuando estabas a punto de volver a tirarte algo llamó tu atención. Tu conocías esa sala, era la caja fuerte del banco, ¿Qué hacías allí en sueños? No era plan de soñar con tus derrotas. Te fijaste en lo que estaba haciendo el hombre allí. Con cuidado estaba revolviendo en los shulkers y estanterías. No le diste importancia, era un simple ladrón, tú también habías robado allí en varias ocasiones. Lo que no entendías era porque estabas soñando con esa tontería, normalmente no soñabas nada y cuando lo hacías no era tan detallado y no podías atravesar a gente. Esto era de lo más extraño. Entonces el ojimorado sacó un objeto de los shulkers. Una joya. Tu joya.

-¡Eso es mío!-gritaste abalanzándote sobre él.

Chocaste contra la pared inútilmente. Arañaste sus manos, intentando arrebatarle la joya, sin resultados. Gritaste, desahogándote. Sabías que no podías hacer nada por lo que inspiraste, relajándote. No iba a servir de nada pelearte con el aire. Además era un sueño, no podía haber sucedido ¿verdad? De cualquier manera te concentraste en averiguar la identidad del ladrón, podría servirte de ayuda en caso de tener que robarle la joya. Era grande y alto, encajaba más o menos con cualquiera del pueblo, solo tenía los músculos un poco más desarrollados. Te colocaste en frente de él para examinarle la cara, pero justo en ese momento el sueño comenzó a desvanecerse. "No, espera, necesito verle la cara"

-¡______!-escuchaste una voz que te llamaba. Te resultaba familiar pero sonaba muy lejos y no podías reconocerla.

Parpadeaste intentando no despertar, necesitabas toda la información posible.

-Venga, despierta. Te hice ensalada para comer.-la voz de Fargan ahora sonaba muy cerca.

Suspiraste resignada y te dejaste envolver hasta la realidad.

-¿Estas despierta?

-Ahora sí.-gruñiste, malhumorada. Te había interrumpido en un momento clave.

-Vamos, no seas gruñona. Te preparé tu ensalada favorita.

Sonreíste y te levantaste. No te habías dado cuenta del hambre que tenías, ya te ocuparías de lo otro luego.

(...)

-¿Pero estas segura de que no fue solo un sueño?

-No, pero este fue diferente a los demás. Y además Willy dijo que revisó todos los shulkers. No puede ser una simple coincidencia, a parte, no hace daño ir a mirar.

-Ya, pero la otra vez casi os pillan.

-Pero este será un golpe planeado. Miraremos en las dos cajas fuertes y si no hay resultado buscaremos al tipo con disfraz de lobo.

-Vale.

-Pues perfecto, mañana por la noche será el golpe.

(...)

Ya era por la noche, Alex estaba dormido. Lentamente te vestiste y cogiste tus armas, no querías despertarlo. En silencio corriste hacía la hermandad, y en apenas diez minutos ya estabas allí. Te reuniste con los demás, ya estaban listos, solo faltabas tú.

-Le costó dormirse.-dijiste a modo de disculpa.

Te pusiste el traje de la hermandad y volviste con ellos. Te miraban de forma extraña cuando te acercaste a ellos, alzaste una ceja, confundida.

-Aehhmm...-empezaste a decir.

De pronto Fargan sacó de detrás de la espalda un objeto. Lo miraste, sorprendida, ¿Qué estaba sucediendo aquí? Entonces te fijaste mejor y vistes que era una hermosa máscara negra. Te mordiste el labio inferior, emocionada.

-¿Para mí?-preguntaste acercándote.

Ellos asintieron. Cogiste esa belleza en tus brazos, era de un negro profundo, a excepción de una sonrisa torcida, abajo en el centro. Era perfecta.

-Muchas gracias.-dijiste abrazándolos.

-Ahora eres una de los nuestros.-dijo Rubius.

Asentiste, te gustaba eso de formar parte de su grupo. Aunque tanto ellos como tú sabíais quien mandaba allí. De todas maneras te parecía un regalo hermoso y a la vez muy útil. Simplemente perfecto. Te probaste la máscara y con satisfacción comprobaste que te daba visión nocturna. Sonreíste feliz, ahora estabas preparada para comerte el mundo.

-¿Lista?

-¡¡Yas!!-gritasteemocionada.

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Hola, ¿Que tal estais?

No se si lo notaron pero a lo largo de los capítulos hay cambios en la forma de ver el mundo de la prota. Eso es porque yo escribo mientras escucho música y dependiendo de si es movida, triste, alegre... escribo de una manera u de otra. XD Pero creo que eso hace la historia un tanto diferente, ¿Que pensáis vosotros? ¿Debería hacerme playlist para cada ocasión? 

Otra cosa, no me olvidé de Willy, aún tengo que aclara porque te quería matar. Ya tengo la idea, pero prefiero desvelarla en el momento perfecto, así que sean pacientes. 

Tomen zumitos y hasta en proximo cap.

Secuestrada/Karmaland y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora