Capítulo 25

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-Tenemos que irnos.

-Lo se. Solo espera un poco.

-No tenemos ese poco, ya están aquí. Volveremos.

- Un segundo.

- NO HAY SEGUNDO.

- ¡MANOS ARRIBA!

- Mierda

Lentamente te diste la vuelta. Levantaste las manos y... Muertos. Todos y cada uno de ellos.

- Joder.

-Ni una palabra bebé. Ahora recoge la bolsa y nos vamos.

Pasaste entre los cuerpos con una mirada de genuino asco. Con el tiempo habías perfeccionado tu técnica con la pistola, hasta el punto de matar a un grupo de personas armadas en un par de segundos.

- Solo digo que no hacía falta matarlos a todos. Podías haber utilizado los dardos.

- Vaya vaya, parece que te has ablandado Willy. ¿Desde cuándo te molesta ver un par de muertos no previstos?

- No me he ablandado.-afirmo siguiéndote por la habitación.- Y no digas mi nombre.

- Que yo sepa los muertos no escuchan. Así que estate tranquilo Willito.

Te llevaste la mano a los labios y atravesarse el marco de la puerta de la casa. La puerta estaba derribada por completa, cortesía de los policías que habías matado minutos antes. Con un ruidoso repiqueteo limpiaste tus tacones llenos de sangre en la alfombrilla de la puerta. Amabas esos negros tacones, eran ideales para pisotear cráneos. Con ese particular ruido que hacían te dispusiste a bajar las escaleras cuando Willy te detuvo.

- Nena, mejor por las de incendio. Los refuerzos están por llegar.

- Pero está sucia.-protestaste con asco.

Justo entonces la sirena de policía resonó por todo el edificio.

- ¡Tenemos el edificio rodeado! ¡Salgan con las manos en alto y no habrá ningún herido! -grito el oficial por el megáfono.

Apretaste los dientes al oír esa familiar voz. Ese personaje se hacía llamar el Sr. Brown, un oficial de primera clase, dotado de un gran entrenamiento con armas de fuego, cuerpo a cuerpo y en persecuciones. Muchas veces estuvo a punto de desbaratar tus hermosos planes 

- Odio a ese tipo. - gruñiste para nada preocupada por la cercana amenaza.

- Yo también.

El peliblancos se acercó a la puerta de ellas escaleras de emergencia y se asomó con cuidado. Múltiples disparos resonaron en el aire, rozando a tu compañero. Cerro la puesta de golpe.

- Por aquí no.-declaró con una sonrisa cansada.

-Ya ya.

-¡Sabemos que seguís en el edificio! ¡Por favor, salid por la puerta principal con las manos en alto si no queréis sufrir daños!

- ¿Y si hacemos lo que dice Willy? -preguntaste burlona.

- Si ¿por qué no? Claramente solo quiere charlar con nosotros y darnos una taza de café calentita. - añadió él sarcásticamente.

- Ya, bueno de todas maneras nos darán unos valiosos minutos para pensar en un plan hasta que decidan entrar al edificio.

- Sí es que no lo han hecho ya. - dijo Willy preocupado.

- No, no lo han echo aún. Nos temen demasiado, saben que tendrán desventaja al entrar ellos aquí, por los quee prefieren quedarse allí fuera. Pero no tardarán en agotar su paciencia y venir a buscarnos.

Secuestrada/Karmaland y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora