Preciosa, acá encontrarás tus mejores fantasías.
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ACLARACIÓN IMPORTANTE: En este fanfic no se busca ofender ni incomodar a los artistas. Tengan en cuenta que al escribir sobre ellos, se toman como modelos que interpretan a u...
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El cielo de ese día estaba como tus ánimos: decaído, triste y gris. Muy gris.
Era un clima típico en Corea, y estabas acostumbrada a ello. Pero algo en ese día hizo que todo pareciera un terrible y completo desastre. Ese algo era haber peleado con Taehyung, tu novio.
De repente recordaste como había comenzado todo. Un 14 de febrero, San Valentín para agregar, habías derramado accidentalmente tu preciado helado de soltera en el suéter del chico, el cual reconociste al segundo y casi te desmayaste al verlo frente a ti, en persona y no por foto o vídeo.
Era Kim Taehyung, artísticamente conocido como V, y el que decías era el amor de tu vida. Y no te equivocaste. El chico, luego del incidente, se mostró amablemente contigo y más aún cuando supo que eras una fanática. Tus lágrimas de felicidad por aquel encuentro lo demostraban.
Ese mismo día, luego de haber cruzado no menos de dos palabras con él, tuvo que marcharse debido a sus ocupaciones. Te entristeciste, claro está, pero le agradeciste mil veces al cielo por colocártelo en tu camino, sin importar que haya sido solo unos minutos.
Días después, fuiste a un fansign de los chicos gracias a una amiga que se esmeró en regalarte una entrada. Casi le besaste los pies el día del encuentro, pero no lo hiciste porque ya estaban a unos metros de ellos y no querías quedar en ridículo. Taehyung te reconoció al instante, y se interesó más por ti, algo que te hizo entrar en shock y nerviosismo. No sabías que hacer.
Conociste a todos los chicos, y lloraste más de una vez por ello. Y durante todo ese rato, notaste la fija mirada de curiosidad e interés de Taehyung. Pensaste que eran ilusiones tuyas, pero realmente todo salió como menos lo imaginaste. Comenzaste a crear un lazo con el chico a escondidas; charlaban todo el tiempo, salían y hacían las típicas cosas de parejas, hasta que fue cierto. Se hicieron novios.
Suspiraste rendida y te recostaste en una mesa con la cabeza enterrada entre tus brazos cruzados. Odiabas pelear con él; odiabas a veces su absurda actitud incomprensible, la cual te hacía sentir infeliz de una forma increíble. No era fácil ser su novia, y lo corroboraste cuando sentiste las lágrimas caer por tus mejillas otra vez.
Querías estar con él, porque al fin y al cabo lo amabas, pero también querías tener una relación normal y estable. No era el tiempo, pero algún día ibas a retomar la idea de tener familia e hijos, y entonces, ¿qué se supone que harían? Justamente fue uno de los puntos que discutiste con ese lindo chico, pero su terca cabeza ganó la batalla. Tenías ya cinco días sin hablarle, y sentías que ibas a morir.
Comenzaste a escuchar mucho alboroto a tu alrededor, pero no querías levantar el rostro para ver que ocurría por miedo a que las personas se dieran cuenta de que andabas llorando. No querías darle explicaciones a nadie. Notaste que muchas chicas comenzaron a chillar sin motivo, o eso creías. A pesar tu curiosidad, todavía no tenías los ánimos suficientes para levantar el rostro, hasta que una conocida melodía te hizo entrar en trance.
