Preciosa, acá encontrarás tus mejores fantasías.
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ACLARACIÓN IMPORTANTE: En este fanfic no se busca ofender ni incomodar a los artistas. Tengan en cuenta que al escribir sobre ellos, se toman como modelos que interpretan a u...
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Ahora mismo, odio madrugar.
No... No ahora, ¡Siempre! Y más cuando solo he dormido 5 horas porque, como toda amante de los libros, tuve la grandiosa idea de quedarme despierta hasta tarde leyendo. Me decía a cada segundo, "un capítulo más y ya", y eso realmente significaba 20 capítulos más. YoonGi se despertaba cada hora para que durmiera con él, pero estaba tan concentrada en la historia, que lo hacía devolverse a la habitación. Hasta el punto en donde dejó de insistir y se quedó dormido; fue ahí cuando me di cuenta de la hora y, dejando el libro en la mesita, me acosté a dormir junto con él.
Es en estos momentos en donde mi obsesión por la lectura cobraba factura. A regañadientes, me levanté como un zombie y caminé al baño, teniendo unas extrañas náuseas que me hicieron casi vomitar. Por suerte no lo hice, porque realmente odio hacerlo. Es la cosa más desagradable que puede existir.
Encogiéndome de hombros, pienso que es la falta de sueño y el cansancio, además de que mientras estaba leyendo la noche anterior, había comido demasiadas galletas de chocolate para mi gusto. Eso fue; no digerí bien la comida.
Terminando de arreglarme, me coloco mis pantuflas de gato y, echándole una mirada a YoonGi salgo de la habitación y me dirijo a la cocina, para preparar el desayuno y comenzar un nuevo día. Decido hacer unos sándwiches con jugo de fresa y un poco de frutas; siempre trato de hacer comidas saludables para mantener mi figura en el índice de normalidad, pero luego peco en las tardes cuando como cual cerda las tartas, botanas y demás comidas prohibidas. Ya teniendo el desayuno listo, decido ir a despertar a YoonGi, algo que siempre me ha dado miedo en el tiempo que llevamos viviendo juntos.
Despertarlo, es como despertar al mismísimo diablo dispuesto a hacerte picadillos. Y no, no estoy exagerando.
Para mí mayor suerte, cuando iba a entra en la habitación la puerta se abrió mostrándome a un YoonGi recién levantado y semidesnudo. Y es aquí cuando digo que deberían estudiar a este ser humano, porque considero un fenómeno el que luzca tan perfecto recién levantado, y que además luzca tan tierno y sexy al mismo tiempo.
—¡Buenos días, Min! Gracias al cielo no tuve que levantarte.
Sonríe divertido y me jala con un brazo de la cintura, haciéndome trastabillar un poco.—¿Soy tan malo por las mañanas?
—Muy malo. Creo que si tuvieras un cuchillo a tu lado cuando te despierto, me lo clavarías con tal de seguir durmiendo.
—No exageres, mujer.—me besa cortamente y me da una palmada en el trasero.—Tengo hambre. ¿Hiciste el desayuno?
—Sip. Vamos a comer que se nos hace tarde.
Desayunamos charlando un poco acerca de lo que haremos hoy, y de las cosas que estaban planeando y que iban a realizar en un futuro. Pronto lanzarían un nuevo álbum e irían a muchos sitios, haciéndome entristecer por unos minutos. Eso significa que no estará conmigo por un largo tiempo.
