La felicidad era tan inmensa que no me cabía en el pecho, no podía apartar mis pensamientos ni un solo segundo de lo que estaba significando desarrollar sentimientos por Yoongi, tanto así que no estaba notando el tedio de la clase de algebras del profesor Song, mis comisuras permanecían estiradas recordando cada detalle de lo que había sucedido entre los dos hasta el momento.
-Mi Young quieres silenciar ese teléfono, no para de vibrar y no me puedo concentrar-pidió Tae desesperado, sacándome de mi burbuja.
-Si claro, perdón-tomé el aparato, pensé apagarlo pero el cúmulo de notificaciones llamó mi atención, la curiosidad de saber si algún mensaje era de mi chico, ganó.
No había ningún mensaje suyo, pero de un número que no conocía había recibido varios, movida por la intriga abrí el chat, eran fotos, y desde luego no con cualquier importancia, las fotos mostraban a Yoongi entrando esposado a lo que parecía ser una estación de policía. Mis manos comenzaron a temblar y recordé sus palabras: “voy a hurgar hasta encontrar tu maldito punto débil”.
-Mierda, no, no puede ser!!!-estaba desesperada, poco me importaba un reporte, me puse de pie para salir del salón, necesitaba entender que demonios era lo que estaba ocurriendo.
-Mi Young, qué sucede, estás bien?-pasando de las palabras de mi amigo comencé a caminar.-Estás loca, dónde crees que vas?- me la sudaba el castigo , que estuviese en peligro me preocupaba más.
-Señorita Choi ha olvidado pedir permiso. Puedo saber dónde va?-preguntó Song con su particularmente arrastrada voz.
-Lo siento, profesor, tengo un grave problema-contesté con evidente inquietud.
-Lo que sea puede esperar, regrese a su asiento.-su gesto era serio.
-Usted no ha entendido, no voy a esperar ni un segundo más, con permiso-ignorando sus palabras pase frente toda la clase saliendo de una vez.
Carcomida por los nervios al final del pasillo, marqué al número portador de la para nada agradable noticia.
-Veo que te ha gustado mucho mi regalito-rió, sabía que era una jugarreta suya.
-Eres un maldito hijo de puta!!!-ardía de rabia.
-Ha sido más fácil de lo que creí, un camello Mi Young, en serio, pensé que tenías gustos más exóticos.
-Si con exótico te refieres a algo como tú, no gracias, prefiero morir sola. Quiero a Yoongi fuera de ese agujero, ya!!!!
-Vale, si quieres a la escoria en la calle, es muy sencillo lo que tienes que hacer.-siempre debía sacar ventaja.
-Que mierda quieres, imbécil?-acentué el adjetivo.-Quiero que a partir de mañana te vengas a vivir conmigo-el mundo se me fue encima con aquella simple frase que de la boca adecuada sería una felicidad, aquel no era el caso.
-Estás loco, ni de coña voy a vivir contigo.-el desprecio era demasiado, imaginarme viviendo con él era similar a verme consumida por las llamas del infierno.
-Pues déjame decirte que con mis influencias a tu noviecito no lo saca ni Dios de la cárcel, ahora que lo pienso, incluso podría regalarle algún cargo más-era el mismísimo Lucifer en la tierra.
-Tú ganas, pero lo quiero fuera ya, no te acerques más a él, déjale en paz.-las lágrimas amenazaban con salir a la luz.
-Chica inteligente, así me gusta-su risa me repugnaba, hacía que mi ira fuese en aumento. Colgué la llamada abandonándome al llanto.
ESTÁS LEYENDO
TOXIC
Fanfiction''Es tan tóxico estar a tu alrededor,pero te has convertido en mi adicción,eres mi perdición Min Yoongi" ✔Lenguaje vulgar y explícito. ✔Heterosexual ✔Contenido adulto