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Una hija!!!!-exclamó Taehyung como si no estuviésemos en una cafetería rodeados de cerca de 50 personas entre ellas dos niños a los que regalé una sonrisa nerviosa por lo apenada que me encontraba.

-Quieres hablar bajo, no estamos solos, joder-suspiré para continuar-Sí, tiene una hija, la encargada del servicio resultó ser más agradable de lo que pensé y me lo ha contado todo.

-Hay que tener muy poco sentido común y ser un padre en extremo desnaturalizado para dejar a la deriva a tu propia hija, pobre chica-reflexionó Lin sorbiendo con desgano su malteada de fresa mientras su vista estaba perdida en el movimiento existente en las calles visible a través de las ventanas de cristal del local.

-Chicos, voy a necesitar de su ayuda, necesito más detalles del nacimiento de la niña, sobre todo su paradero, esa información puede ser de gran utilidad.-rasqué mi barbilla mientras en mi cabeza me imaginaba las mil y una cosa que podría hacer con tal primicia.

-Y qué piensas hacer con esa información?-preguntó Tae como si estuviese leyendo mis pensamientos.

-Entregarla a medios anónimos, no conseguiré nada, pero la satisfacción de descaracterizarle no tiene precio, así de paso aprende que un hijo no se niega.-contesté sin repasar un solo segundo mi respuesta.-El muy pendejo cree que a base de cenitas y vestidos caros me acostumbraré a su asquerosa presencia

-Sabes que si haces eso querrán comprobar la existencia de la niña, ni siquiera sabes dónde está-si algo bueno tenía mi mejor amiga era que prestaba atención hasta al más mínimo detalle.

-Exacto, por eso van a venir conmigo hasta el hospital central de maternidad, he logrado al menos que Young Mi revele esa información, la niña nació ahí, de seguro saben algo.-les sonreí a ambos como señal de que no me podían negar aquel favor.

-Supongo que eso será mañana, porque acaba de entrar un cliente, al parecer en lugar de café viene por explicaciones.-seguí el rumbo de su mirada y mis ojos se toparon con su imagen la misma que alteraba cada partícula de mi existencia.

-Joder-di una colleja en mi frente, tanto evitarlo no había servido de nada.

-Te vienes conmigo, tienes mucho que explicarme y será ahora-me tomó con fuerza del brazo obligándome a pararme y quedar frente a él.

-Lin en marcha, no hacemos nada aquí-indicó a Lin con un gesto de su cabeza-Mi Young, luego hablaremos-dijo una vez paso a mi lado, respondí con un asentimiento, mi garganta estaba seca y toda mi atención estaba consumida por el brillo de sus esferas azabaches, de las cosas más envolventes que había tenido el placer de observar detalladamente.

Continuábamos mirándonos sin decir una sola palabra, una vez mis amigos abandonaron el espacio carraspee mi garganta y decidí abrir la boca.

-Se puede saber que mierda haces aquí? Como me encontraste?-solté con fuerza mi brazo aprisionado por su mano, mirándole seriamente, cuando lo único que deseaba era colgarme de su cuello y borrarle la boca de un beso, no era poca la necesidad que tenía de Min Yoongi.

-Aquí las preguntas las voy a hacer yo-se acercó peligrosamente rodeando mi rostro con su aliento.

-Eres un gilipollas muy masoquista tú-miré a mi alrededor en busca de algún peligro detectable, si Kim se oliera que estábamos en el mismo espacio era capaz de matarnos.-De acuerdo, contestaré tus estúpidas preguntas, pero no aquí. Espérame en el patio trasero del colegio.

-Cuando no estés en 5 minutos en el puto patio, te aseguro que no te voy a dejar en paz-susurró en mi oído despertando los dormidos bellos de mi nuca.

Sonreí una vez comenzó a dejar la cafetería, poco a poco me daba cuenta de que también se puede ser adicta a una persona.

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Con sofoco y mirando a mis costados cada segundo que pasaba, en busca de algún movimiento extraño, sobre todo porque el chofer que parecía más un perro guardián estaba por llegar a recogerme, llegué a el patio trasero del colegio, lugar preferido y más seguro para que los drogatas del instituto mataran las ganas que en sus casas no podrían. Me esperaba recostado al muro que separaba los alrededores del colegio de las calles. Los jeans obscuros con roturas en las rodillas, el pullover largo y ancho justo del mismo color, incluso el cigarrillo en sus labios le hacía ver apetecible, hermoso, tan único y genuino, como siempre, la verdad es que a esas alturas Yoongi podría gustarme hasta con el disfraz más ridículo que existiese. Me detuve a mirarle unos segundos, antes de volver a la posición de tipa dura que se desenamora en un abrir y cerrar de ojos.

-Cómo has estado?- como si fuese una preadolescente que está frente a su crush,solo atiné a hacerle aquella pregunta con una respuesta demasiado obvia.

-A ti que te parece?-definitivamente , muy obvia, agaché mi cabeza por la pena que me causaba, era la bruja que le había jodido la vida una vez más, solo a su entender-Seré muy directo, no vine a dar rodeos niñata-mi corazón dio un vuelco al escucharle llamarme así después de un cuestionable tiempo sin verle-Estás enamorada de ese tipo?
-Yoongi, creo haber sido muy clara, que importancia tiene si estoy enamorada o no, solo me interesa la comodidad, es todo-apenas podía mirarle a los ojos, mentir no era mi de mis fuertes.

-Responde mi pregunta-me tomó de los brazos dejándome sorprendida por el impacto de mi espalda con el muro separador.-Yo creo que no, puedo oler tus nervios desde aquí, no has dejado de mirarme los labios ni un solo segundo-acercó sus labios a los míos, embriagándome con su olor.

-Yoon...gi –comenzaba la línea de tartamudeos, pero los efectos de su nariz acariciando suavemente la mía, mientras sostenía mi mirada no daba cabida a otra reacción que estuviese permitida en aquel momento, de otro modo me hubiese importado un comino el espacio público, sólo me llenaría de Yoongi.

Mi teléfono comenzó a sonar desde el bolsillo de mi chaqueta. Era el chofer, debía estar esperándome fuera, habían pasado más de 30 minutos después de concluido el horario escolar.

-Me tengo que ir.-alcé la vista luego de apartarla del móvil-Por tu bien será mejor que no me busques más. A veces la realidad que queremos vivir no es la que nos toca.-me escabullí de entre sus brazos para hacerme camino a la salida dejándolo detrás, contradictorio a mis ganas de escapar con él.

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    A veces la realidad que queremos         vivir no es la que nos toca

Me había quedado como un menso parado frente a la nevera con un botellín de cerveza en mis manos pensando una y otra vez en sus palabras. Que había querido decir aquello, se había referido a mí, o a ella. La cabeza me quería estallar y en lugar de respuestas solo encontraba cada vez más incognitas.Saliendo de mi trance abandoné la cocina para ir a la sala, lanzarme al sofá y aspirar la línea de cocaína que había dejado preparada. En el tiempo que llevaba pasando drogas había aprendido que bajo ningún concepto podías consumir de la mercancía, pero esa noche lo necesitaba. Después de aspirar, sobé mi nariz, le di un trago a la bebida y deje mi cabeza caer hacia tras con mis ojos cerrados. Necesitaba aislarme por un rato de la tormenta, una en la que solo tenía claro lo jodida que era mi vida y lo fascinado que estaba por Choi Mi Young.

Nota> Mis preciosuras, siento mucho la tardanza pero aquí tienen un nuevo capítulo que espero que disfruten mucho, la verdad es que he estado un poco ocupada entregando mis últimos trabajos de la uni y también en algunos proyectos de escritura no fanfic como por ejemplo un libro de cuentos infantiles, no se preocupen porque trataré de no demorar, mi cariño por Toxic es infinito sobre todo porque me mantiene conectada a ustedes.

Les quierotoooote.Un beso.

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TOXICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora