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Cuando se terminó la película salimos de la sala y nos dirigimos a la calle mientras la comentábamos.

—Me ha gustado más que la otra. La trama me ha parecido más interesante—Dije.

En realidad mi parte favorita de la película había sido que él estuviese ahí. Sentir como su brazo descansaba en la butaca, tan cerca del mío. Pero obviamente esa opinión no la podía decir.

—A mí también me ha gustado más.—Respondió— Ha merecido la pena venir a verla.

—Sí; coincido contigo.

Nos miramos. Yo le sonreí y él me respondió con su tímida sonrisa mientras bajaba su mirada.

—Bueno, pues nos vemos el Sábado— Dije rompiendo el silencio— Y muchas gracias por avisarme de lo de la peli. Y por invitarme a venir a verla contigo.

—De nada. Y me alegro si lo has pasado bien. El Sábado te recojo a las 19:30, ¿vale?

Asentí y le dije adiós con la mano.

—¿Has venido andando?—Me preguntó antes de marcharse.

—No, hoy no. Como sabía que acabaría tarde he traído el coche.

—Vale. Nos vemos el Sábado.

Obviamente lo primero que hice al llegar a casa fue llamar a Claire. A Matt le dejé un mensaje, porque sabía que era el que más madrugaba y ya estaría durmiendo. Sin embargo Claire era raro el día en que se acostaba antes de una de la madrugada.

—He ido al cine con Jacob.—Le dije nada más respondió. Apenas se notaban las ganas que tenía de soltarlo.

—¿Al final sí que le pediste la cita entre semana?—Preguntó en un tono de "lo sabía" más que evidente.

—Más o menos. Me informó de que estrenaban una película  de terror hoy. Y bueno, los dos queríamos verla, así que me dijo que podríamos ir.

—¿Y te lo ha pedido él? Un poco descarado...Es casi  como si te obligara a tener otra cita para cobrar, ¿no? No me daba la impresión de que fuera así.

—De descarado nada, que no me ha cobrado. Y ha pagado todo él, de hecho.

—¿¡Qué!?—Exclamó.

—¿Cómo me iba a cobrar por ir juntos al cine, Claire?

—Oh, no se como se me ha podido ocurrir.... Ah, sí, ¿tal vez porque es un acompañante que cobra por ir a sitios con sus clientas, y que tú por cierto eres una de ellas?

—Ya, pero era para ir a ver una peli, ha salido de repente el plan, los dos queríamos ir, era hoy el estreno...No lo veo tan raro. Le das mil vueltas a todo.—Le dije riendo.

—No sé. Igual también le apetecía a él ir contigo.

—Que va. Además creo que también es porque sabe que el Sábado estaré nerviosa, y quiere que me distraiga. Y como ha visto que quería verla, pues me ha invitado. No es nada más.

Luego le pregunté por Martin. A lo que respondió que era un pesado pero que el Sábado seguramente irían a cenar al restaurante italiano.

—¿En serio? ¿Vais a quedar otra vez? Me parece una gran idea— Intenté ocultar la alegría que me producía esa noticia. 

—Creo que sí. Matt y Molly van a casa del hermano de ella y tú tienes la fiesta asquerosa esa.

—Puedes venir,  ya te lo dije el otro día. Me darías fuerza.

—Fuerza me tendrías que dar tú a mi para que fuese— Respondió Claire.—Todo lleno de pijos prepotentes...Que va, prefiero ir con Martin. Es un poco pesado, pero no está mal para ser humano.

Puse los ojos en blanco...Menos mal que no me veía desde el otro lado del teléfono. ¿Cuándo admitiría que el chico cada vez le gustaba más?

—Por cierto, ¿vas a quedar con Jacob antes de ir a la fiesta? —Me preguntó.

—Sí, bueno, media hora antes—Respondí.

—Pues deberíais quedar con más tiempo. Se me ha ocurrido esta tarde. ¿Sabes que en la fiesta seguro que os interrogan? Tendríais que poneos de a cuerdo para no quedar mal.

—¿De a cuerdo en que sentido?

—No sé...Cómo os conocisteis, cuándo os disteis cuenta de que os gustabais. Cosas de ese tipo que siempre pueden surgir en una conversación si se centran un poco en vosotros. Y lo harán.

—Pues igual tienes razón, sabiendo el cotilleo que arman por todo y como les gusta preguntar...

—Claro. Si lo que no sé es cómo no habíamos pensado en eso antes, menos mal que yo siempre busco soluciones.

—Sí, Claire al rescate.— Me reí.

Nos despedimos y le envié un mensaje a Jacob, diciéndole la idea de Claire y que, pensándolo bien no era del todo descabellado, pues seguro que algo nos preguntarían, y más siendo la despedida de Peter.

Me respondió a los pocos minutos que era buena idea. Y de paso también tendríamos respuestas por si en la boda nos preguntasen algo. Quedamos entonces a las cuatro de la tarde.

Después de ducharme me puse el pijama y me metí en la cama. Era bastante tarde, aunque no estaba cansada. Encendí la tele de mi habitación. 

Era algo que pocas veces fallaba. Al poco rato de encender la tele siempre me dormía. Incluso aunque quisiera terminar de ver la película, era juntar cama y televisión y yo ya estaba en el séptimo cielo. 

Pero esa noche no servía de mucho. Aunque sí notaba como me iba relajando no me llegaba a dormir, y era porque, aunque mis ojos estuvieran en la pantalla, mi mente estaba  lejos de allí, haciendo compañía a un altísimo chico de sonrisa preciosa que cada vez se estaba colando más por mis resquicios.





El precio del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora