Capítulo XIII. Entre Cielo e Infierno

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                                               La sorpresa cubrió los rasgos de todos por algunos minutos. Nadie había esperado que la pregunta fuera esbozada de forma tan directa. Ni siquiera el propio Max. No obstante, el panorama actual parecía ya insuperable, y no sabía qué pensaban los demás, pero él empezaba a añorar algo normal. El estrés contenido y la impaciencia en su voz, con un leve deje de acusación, hicieron que Serena bajara la vista hacia sus manos y meditara.

     Finalmente, negó con la cabeza.

     —No lo sé. Pero si soy lo que busca, entonces eso le daremos.

     —¿Qué?

     —Cálmate, Holls.

     —No, no, no. Que me calme no. Ni hablar. ¿Cómo que eso es lo que le daremos? ¿Planeas servir de cebo? ¡No eres un puto anzuelo en una caña de pescar!

     —Escucha, Hollie. —Serena la tomó por los hombros e hizo que solo la mirara a ella—. Debemos activar dos paneles que se encuentran distribuidos por esta casa, el de la luz y el de seguridad. Si mal no recuerdo, el panel de luz está en el sótano, y el de seguridad en una sala adyacente al salón. Si activamos el de luz, podremos activar después el de seguridad, de esa forma el Demonio no podrá salir.

     —¿Me estás diciendo que unos cuantos cerrojos automáticos van a impedir que un Demonio salga de esta casa? —Lucas dijo, perplejo y sin poder creerlo.

     Serena se encogió de hombros.

     —Es lo mejor que tenemos hasta ahora. Estoy improvisando. Ah, también necesitamos que la casa esté lo más iluminada posible.

     —¿Por qué? —preguntó Max.

    —Porque a juzgar por el ambiente tan oscuro y que el Demonio en sí está hecho de sombras, no le gusta la luz.

     —Esto empieza a ser un poco absurdo —bufó Lucas. Max asintió de acuerdo.

     —Mirad, sé que esto es increíble y suena a broma de mal gusto, pero ese Demonio necesita la oscuridad para moverse. La casa acaba de convertirse en su ratonera, y nosotros somos los ratones a los que espera cazar. Para invertir las posiciones, necesitamos luz, y mucha. Si la casa está iluminada por completo, lo acorralaremos antes, porque utiliza las sombras para desplazarse. ¿Lo entendéis?

     Los tres asintieron y Serena dejó escapar una sonrisa cansada.

     —Muy bien. —Hollie puso las manos en sus caderas y losmiró a todos. Recordaba vagamente a una capitana pirata, de alguna forma—. Serena debe quedarse aquí, así que ¿quién se ofrece a ir a activar los paneles?

Plumas de Ceniza ║Seres Etéreos Libro I  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora