Capítulo XI. Los Ojos del Ocaso

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                                       La tarde del miércoles fue todo lo bien que Hollie pudo esperar, teniendo en cuenta que Serena permanecía presa de una inexplicable quietud silenciosa. Apenas había intercambiado algunas palabras con ella desde que habían vuelto de casa de Lucas. Ciertamente, el voto de silencio de su mejor amiga empezaba a sacarla de quicio.

     Hollie siempre había sido impulsiva. Impulsiva y sumamente inquieta. Lo que causaba Serena en ella con aquel silencio perpetuo era muy similar a la sensación que experimentaba cuando no sabía qué hacer e intentaba por todos los medios que el aburrimiento no diera con ella. Era una sensación espantosa a la que nunca llegaría a acostumbrarse.

     Observó a la pelirroja por enésima vez, perdida en sus pensamientos mientras fingía leer un libro. De haber estado en otras condiciones, incluso le hubiera parecido que estaba concentrada en la lectura. Sin embargo, un libro no se leía de derecha a izquierda, y el retroceder de página constante de Serena empezaba a sacarla de quicio.

     —¿Se puede saber qué te pasa? —inquirió, soltando un prolongado suspiro que no sabía que contenía hasta aquel preciso instante.

     Como toda respuesta, Serena empezó a morderse levemente el pulgar, dejando caer el libro en el sofá. Le dedicó una mirada indescifrable antes de que sus ojos volvieran a perderse. Hollie jadeó exasperada antes de levantarse.

     —Vale, ya está. Dime de una vez qué te pasa, Sera. Me estás preocupando.

     Serena suspiró y se pasó las manos por los rizos pelirrojos.

     —Ni yo misma lo sé, Holls. Créeme, si lo supiera, serías la primera persona a la que se lo diría.

     —Y la única —murmuró la rubia—. Pero de verdad, ¿tiene algo que ver con Lucas? Porque últimamente parece que te preocupa bastante lo que ese chico diga de ti.

     —Me echó en cara que yo era la razón de que le doliera la cabeza, Hollie. Prácticamente me culpó de sus migrañas y de que intentara leerle la mente.

     —Bueno, ¿no es eso lo que haces?

     —Hago no, intento. Sigo sin poder encontrarle una razón lo suficientemente lógica como para explicar eso. Quizá no sea del todo humano, no lo sé.

     —Eso es imposible —el ceño de Hollie se frunció-. Lucas no puede no ser del todo humano. Nunca he visto que hiciera nada sobrenatural o algo por el estilo. Y llevo viviendo en este pueblo mucho tiempo.

     —¿Qué otra explicación habría?

     —Crepúsculo.

     —¿Qué?

Plumas de Ceniza ║Seres Etéreos Libro I  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora