Cuando Texas vió que el peligro se había ido a su cama a intentar dormir otra vez, volvió con su padre y hermanos que estaban en el suelo intentando recuperar el aire perdido.
—Hace años no me reí así— menciono USA al recuperar el aire y la estabilidad para sentarse en el suelo. Luego, cayó en cuenta de lo que pasaba en silencio —¿Por qué están en el hospital?— preguntó callando por completo las risas de los chicos.
El silencio se hizo presente y la incomodidad empezaba a aparecer, hasta que Utah decidió hablar.
—Well, en el tiempo que tú.... Ya sabes— dijo con inseguridad de nombrar lo que pasaba—... pasaron cosas...—resumió en esas dos inseguras palabras.
—¿Qué tipo de cosas?— pregunto curioso intentando que el sentimiento de culpa desapareciera.
-No estabas ahí, jamás estuviste- hizo acto de presencia la voz otra vez volviéndolo inseguro.
-Pero lo estoy ahora, ¿No?- pensó seguro.
—T-te importa si..lo resumimos en una palabra— la voz de California interrumpió su charla interna.
—No, como ustedes quieran— dijo tratando de calmar los nervios de sus hijos.
Estos tomaron una gran bocanada de aire y lo soltaron de igual forma.
—Dacota del Sur nos pasó— dijo sin más rodeos Nuevo México con un semblante de seriedad que podría asustar a cualquiera.
USA no tuvo que preguntar nada más, solo miro a los niños asustados y abrazándose a ellos mismos.
—Nos jugo unas de sus tan reconocidas "bromas" y corrimos al hospital, simplemente fue lo primero que nos cruzamos— aclaró acomodando su pantalón— según él, había un asesino en la casa que nos iba a matar, se escondió en el sótano e hizo algunos ruidos, después en el ático y luego nos asusto— relató como si nada formando un abrazo con Texas y Utah.
—¿Y quién era el asesino?— pregunto inconcientemente.
—Al principio iba a ser Jack el destripador, pero después lo cambio a Leatherface para asustar aún más a Texas— interrumpió California.
El aire de la habitación se torno más frío y un poco incómodo, pero eso no duró mucho cuando la puerta de la sala se abrió, dejando ver a un pequeño de piel blanca con un escudo que no lograba distinguir por la oscuridad entrar con miedo a la habitación. Llevaba la misma bata de hospital que USA pero no parecía estar mal o algo, solo entró temeroso y camino unos pasos.
—..¿Hola?..—el eco de su voz retumbó en toda la sala llamando la atención de los estadounidenses que voltearon a mirarlo—...¿Catamarca?..— llamó en un pequeño susurro.
—Pss Caba, por aquí— susurro otro país pequeño desde más adentro de la habitación.
El primer pequeño fue caminando a pasó lento hasta el segundo chico y lo abrazo con fuerza.
—Creo que tengo que irme— dijo USA de la nada— tengo que volver a mi habitación— aclaró para tranquilizar las miradas de los pequeños.
—Bien..hasta luego papá— dijo Nevada algo triste dándole otro abrazo a su padre acompañado de sus hermanos.
Cuando USA se separó de ellos camino hasta la puerta de salida escucho a sus espaldas un pequeño y silencioso coro de despedida.
«Cuidate», «Te amamos», «Recuerda que todavía puedes curarte», «adios papá».
