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   Las botas de cuero de aquel casi país rebotaban contra el suelo del bosque. Corría tan rápido como podía. Luego, bajo la velocidad lentamente. Corrió, troto, camino y finalmente se detuvo. Ese sueño otra vez. Cerró los ojos y pensó en salir de ahí, en la sala con sus amigos e hijos. Pero, como siempre, no había salida. Camino unos pasos hasta ver una gran casa blanca.

  De repente, estaba en la cocina de está. Parpadeó un poco para ubicarse, hasta que escuchó un llanto de bebé. Venía de arriba. Se dirigió hasta las escaleras para subir, pero un gritó lo detuvo.

—¡AYUDA!— la voz sonaba desesperada. No sabía quién era, pero de todas formas corrió a la puerta de la cocina de la casa, la abrió y salió corriendo. Sus botas rebotaron en la tierra y cada vez se alejaba más de la casa.

  Había hecho eso miles de veces, al menos cincuenta en un sueño. Eran pesadillas continuas que tenía, siempre sin saber quién lloraba, o quién pedos ayuda. Solo corriendo. Esos sueños demoraban poco, pero si mente los hacía parecer años. Corrió por el bosque. Se detuvo. Camino. Vio la casa. Estaba en la cocina. Alguien lloraba. Alguien gritaba. Corrió.

Pero había algo..diferente está vez. Sentía su cuello inclinado hacia un costado y una presión en su hombro. Estaba en la cocina. Pensó un momento, el bebé. Subió las escaleras corriendo, sin importar los gritos. Encontró cinco puertas alrededor de la escalera, dos estaban cerradas, tres abiertas. Una era su cuarto, la otra el baño, y la otra una habitación vacía. Entro a la última y vio como un pequeño niño lloraba en la cama. Había una botella de Whisky junto a él, una cadena colgaba de su cuello y habían miles de vidrios tirados.

Despertó de golpe. Dándose cuenta de que ya era de noche. Estaba recostando su cabeza sobre la de Argentina mientras esté recostaba la suya en su hombro. Miro al rededor, sus estados estaban dormidos en el piso con unas almohadas, México y Canadá estaban acostados y acurrucados en el sofá, Uruguay y Chile estaban igual. Se levantó tomando la cabeza de Argentina suavemente y recostandola en una almohada, comenzando a acostarlo en el sofá, subió sus piernas a este y le quitó los zapatos con cuidado. Lo miro acomodarse un poco, nunca había notado la pequeña cadena que traía en el cuello.

Se fue a la cocina y tomo una botella de vino. Tal como lo hacia su "madre" cuando el era pequeño. Una vez, el se levantó con pasos tímidos y fue a la cocina por algo de leche, encontrando a Francia tomando una copa de vino. Volvió a su habitación, no quería que lo castigará por estar despierto tan tarde. La observo un poco, luego desistió. Salió al gran patio trasero y observo la oscuridad de la noche. Podría prender las luces de la piscina, o ponerse un abrigo. Pero en ese momento no le importó la nieve.

Dio un suspiro resignado, viendo como su respiración formó una pequeña nube. Miro el cielo, las nuevas cubrían las estrellas. Tocó su cabeza, su pelo estaba cubierto de nieve. Se agachó y tomo un poco de nieve, ignorando como está le quemó las manos. Hizo una pequeña bolita de nieve, perfectamente redonda, y la tiró con todas sus fuerzas a una de las piscinas. La bolita se desarmó al instante al chocar con el hielo de la piscina.

  Camino hasta una hamaca paraguaya en una esquina, le dio vuelta para sacar la nieve acumulada y se acostó ahí. La nieve empezó a caer y acumularse alrededor de su cuerpo. Cerró los ojos y se dejó caer en el suelo. Mientras la nieve poco a poco lo enterraba vivo.

Because (Coutryhumans, USA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora