CAPÍTULO 8

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Rachel comenzó a contarlo todo. No estaba de acuerdo al principio, pero se sintió acorralada por la situación. Sintió que, si tenían que idear un plan, nada mejor que hacerlo todos juntos. No estaba realmente de humor para arruinar la felicidad de su padre ahora mismo, y más tratándose de Carter, pero no había otra opción. No podían mantenerlo en la oscuridad y la ignorancia para siempre.

Ya habían ingresado ambos con sus maletas al interior de la residencia.

Rachel les contó toda la historia tal como Carter la transmitió. Contó sobre la noche en que huyó, sobre Seth, sobre el trabajo y sobre la cárcel. Todo. Añadió también las frescas novedades sobre la carta y las fotografías. Omitió el asunto de Mia porque no pensó que fuera el momento oportuno para sacarlo. No tenía nada que ver con el asunto y tampoco habría dado información relevante.

De todas maneras, Rachel se sentía incómoda porque Carter estaba justo ahí parado pasando por un aparente "brote emocional" que le impedía emitir una palabra. Era raro porque Rachel, en el fondo, sentía que esta no era su historia para contar.

—No te estaría contando esto si hubiera de solucionarlo otra manera, papá. Lo siento.

Michael se veía desconcertado. Estaba recibiendo demasiada información nada más llegar a la residencia. Amber permaneció de pie, visiblemente incómoda. Su lenguaje corporal indicaba que ella estaría bien en cualquier lugar menos allí. Michael había tomado asiento en el sofá individual, frente a Rachel y junto a Nathan. Estaba observando las fotografías de Carter y la carta sosteniendo su cabeza con sus manos y los codos en sus rodillas.

No había emitido una palabra en toda la narración de Rachel. Su mirada fluctuaba entre los ojos de Rachel y Carter, quien estaba parado a su izquierda esperando una reacción de su parte. Una palabra, una mueca, un movimiento, lo que fuera...

—Papá, di algo —suplicó Rachel una vez que había terminado de contar la historia, intentando llamar su atención.

Michael se puso de pie.

—Quisiera hablar con Carter un momentodijo Michael serio, pero dirigiéndose a Rachel y Nathan.

Los dos chicos asintieron y Rachel hizo una señal a Nathan para que la siguiera hacia la cocina. Estaba a punto de llamar a Amber para que los acompañara, pero ella no se encontraba prestando atención a la conversación. Ni siquiera estaba en el salón.

Rachel la pudo ver por la ventana, parada en el jardín del frente de la residencia, hablando por teléfono.

La observó unos segundos. Lo que fuera que estuviera hablando, parecía agitada con respecto al tema de conversación.

«Rachel, deja la paranoia», se dijo a sí misma.

Descartó cualquier pensamiento conspirativo y corrió a la cocina con Nathan.

En la sala, Michael se puso de pie y miró a Carter a los ojos.

Se mantuvo callado unos segundos. El aire se cortaba con una cuchilla.

—¿Alguna otra sorpresa más que deba saber?preguntó Michael finalmente. 

Carter negó con la cabeza, mirando sus pies y con las manos en sus bolsillos. Esta vez, no tenía orgullo que presumir. La había cagado del todo.

—¿Cómo pudiste hacernos esto, Carter? ¿Cómo pudiste traer esta mierda en nuestra familia? Pensé que eras mejor que esto Michael se veía realmente decepcionado. Hizo una pausa—. ¿Por qué te empeñas en arruinar esta familia?

Carter levantó la vista y empezó a atacar. Él se sentía atacado, como si estuviera sugiriendo que todo es su culpa.

—¿Disculpa? Tú no sabes nada de mí —gritó Carter.

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