BEHIND US

CAPÍTULO 15

—Dejemos de actuar como si Nathan ya estuviera muerto, ¿de acuerdo? No lo está —gritó Carter.

Rachel levantó la vista hacia él. Lo miró con cara de indignación y se puso de pie frente a él

—Llevaba varias horas sin responder y tú dijiste que debía ser una de las "cosas de Nathan" ¿Y ahora qué mierda sugieres que hagamos, Carter? ¿Que hagamos como si nada pasara? ¿Que llamemos a la policía? Ah, no. Espera. También tienes problemas con ellos, ¿no es así?

—Así que sí piensas que todo esto es mi culpa. ¡Qué interesante!

—¡Basta! —gritó Michael de repente—. Dejemos todos de pelearnos como niños pequeños porque eso no salvará a Nathan ni a Carter ni a nadie. Esto no es culpa de nadie más que el enfermo hijo de puta que puso a mi niño en esa situación ¿está claro? Ahora, vamos a resolver este asunto como adultos. ¿Alguna sugerencia?

—Voy a acabar con esto de una vez por todas. Voy a enseñarle a no meterse en mis putos asuntos y a que ¡Nadie jode con mi familia en frente de mi puta cara! —gritó Carter mientras entraba como una tromba a buscar un bolso con elementos útiles.

—Carter, tranquilízate. No podemos entrar allí como si fuéramos la milicia, desarmados y sin refuerzos. Si lo hacemos, estamos pidiendo que nos aniquilen a todos. Lo vi acribillar a mi mejor amiga enfrente de mí. ¿Entiendes? ¿Qué harás? ¿Le dirás "hola, padre. Vengo a decirte que me dejes en paz"?

—No voy a sentarme a consentir esto, Rachel. Mató a tu amiga, te amenazó a ti y ahora esto ¿qué será lo siguiente? Ya le di el dinero que le debía, le dije que se aleje de mi vida para siempre. Nada funcionó. No sé qué más hacer. No sé qué mierda quiere, pero pienso averiguarlo. Me estoy cansando de sentirme perseguido. Me lo sacaré de encima para siempre.

Rachel se acercó a él y tomó su cara entre sus manos.

Lo cierto era que ella también sentía la necesidad de actuar impulsivamente. De entrar en ese salón con un bate, romperles la cabeza a todos y rescatar a Nathan. Pero ella no era de naturaleza violenta y sabía que eso sólo llevaría a un interminable torbellino de violencia imparable.

—Vale. La única manera de hacerlo como es debido es pensar en un plan. No somos CSI, pero diagramaremos algo factible de realizar e iremos mañana en la mañana. Primera hora, ¿de acuerdo? Los asustaremos hasta la mierda si es necesario, pero si solo vamos a plantarle cara sin un plan medianamente pensado nos perjudicaremos todos.

Carter asintió y empezó a llorar. Lloraba sin parar.

Rachel se sorprendió enormemente. No por el llanto en sí, no es que las emociones la pusieran incómoda ni mucho menos, de hecho, ella era una bola de emociones la mayoría del tiempo. Se sorprendió porque Carter no lloraba. Carter, de niño, era el típico niño que si le sacabas un juguete te patearía, te mordería y te golpearía hasta conseguir que se lo devolvieras. De adolescente, también era de pelearse a golpes, sin dudarlo, con los hombres que, según él, le quitaban a sus novias.

Pero nunca llorar.

Esta vez, lloró tanto por todo lo que nunca había llorado en su vida y abrazó a Rachel con tanta fuerza que le cortaba la respiración, apoyando su cara en su cuello.

—Lo siento. Lo siento tanto. —murmuró entre llantos al oído de Rachel.

—Shh... está bien. Todo estará bien —susurró ella también acariciando su espalda.

Pocos minutos después, Michael se unió al abrazo.

Esa era una escena familiar.

Un momento familiar como pocos que ha tenido la familia Romwood. Una familia unida por la tragedia.